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El Reino Del Matrimonio

Un Reino de Serenidad
El reino matrimonial, para la mayoría de las personas, es una prisión. Cada día se vuelve más difícil convencer a los jóvenes de que necesitan casarse. “¿Por qué?” dicen ellos “mis abuelos no fueron felices en el matrimonio; mis padres fueron miserables en su matrimonio. ¿Por qué voy a arruinar mi vida yo? ¿Por qué me voy a casar, cuando puede ser que me divorcie un mes más tarde? Mejor sólo voy a vivir juntos con mi compañera, y si todo sale bien podemos casarnos más adelante, pero pienso que no sería inteligente hacerlo por el momento”. La mayoría de los matrimonios hoy viven en constantes pleitos debidos a celos, a falta de respeto; hay mucha confusión debido a egoísmo y a orgullo; hay poco amor, poca confianza; y de esta manera ningún matrimonio tiene probabilidades de tener éxito. Muchas parejas piensan que pueden cambiar todo esto con tener hijos, pero lo que resulta es más soldados para pelear; en vez de tener dos personas que no se respetan y que viven en una rebeldía continua, ahora tenemos un batallón, ¿Por qué? Porque los hijos aprenden lo que sus padres les enseñan; y si en los padres no hay amor, confianza, paz y tranquilidad, tampoco en los hijos lo habrá. Pero los matrimonios no debieran ser así, cada matrimonio debiera reconocer que ya no son dos personas separadas, sino una sola. Jesús dice en Marcos 10:7-9 “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Cuando una pareja matrimonial no vive de acuerdo a los principios de la Biblia, dan mal ejemplo del matrimonio, y la Palabra de Dios es blasfemada. En 1 Pedro 3:1-7 podemos encontrar el siguiente consejo para matrimonios: “Vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también (y escucha bien esto) los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”. Y al marido dice en el versículo 7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. Al encontrar a una pareja que está entregada totalmente a Dios, y que vive de acuerdo a los principios expuestos en su Palabra, encontraremos un matrimonio que vive en un reino de serenidad. Dios desea que tu matrimonio sea un reino de privacidad, de seguridad, de estabilidad y de serenidad. Debe haber paz en tu matrimonio, y la habrá si ambos viven conforme a las reglas establecidas por Dios en las Sagradas Escrituras. No importa que el mundo esté en completa intranquilidad; no importa que todos los demás matrimonios se estén derrumbando, si sigues a Dios tu matrimonio será un reino sereno, Él se encargará de ello. El matrimonio puede logar ser un reino de serenidad, pero únicamente si Dios está en control. Existen muchos matrimonios quienes honestamente tienen el deseo de tener éxito, quieren hacer que sus matrimonios funcionen y están dispuestos a hacer todo lo que pueden, físicamente, para lograrlo. Al percibir algún peligro éstos corren a consejeros, psiquiatras, y aún a brujos y adivinos, con el fin de restaurar su matrimonio a la normalidad. Como dije anteriormente, hacen todo lo que pueden físicamente, pero se olvidan que el matrimonio verdadero se compone de un ingrediente espiritual también; y ese ingrediente espiritual es lo más esencial para hacer funcionar el matrimonio: es Dios mismo, y sin Dios ninguna pareja matrimonial tendrá éxito. Regreso siempre a Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Como siempre Dios es el centro de todo, incluyendo el matrimonio; y si el matrimonio va a ser un reino sereno, Dios tendrá que estar en control. La mayoría de los matrimonios fracasan simplemente porque sus motivos por cuidar su matrimonio no son correctos, contraria a la opinión pública uno no debe rescatar su matrimonio para complacer a la sociedad; uno no debe rescatar su matrimonio para no perder la buena vista de los padres o amistades; uno ni siquiera debiera salvar su matrimonio para el bien de sus hijos; uno debe buscar el bien de su matrimonio porque Dios lo requiere de uno. El matrimonio es ejemplo de la relación que Cristo tiene con su iglesia, y por lo consiguiente debe ser respetado y cultivado, ambos el marido y la esposa, deben buscar con sinceridad a Dios; entregándose diariamente a su voluntad para que Él sea honrado en del matrimonio; y cuando esto sucede, habrá paz y habrá serenidad. Será así porque ni el marido ni la esposa, estarán buscando complacerse a sí mismos, sino a Dios y a su compañero matrimonial. Mayormente encontraremos matrimonios donde el marido piensa únicamente en lo que él desea, y donde la esposa está pensando únicamente en lo que ella desea; tenemos a dos personas egoístas que usan el uno al otro, solamente para satisfacer sus gustos, placeres y deseos. Lindo matrimonio ¿Verdad? Pero la pareja entregada a Dios no es así, la pareja dedicada a Dios vive en un reino de serenidad, complaciendo a Dios el Creador, y complaciendo el uno al otro; y esto es lo que trae gran satisfacción a sus propias vidas. Dios desea que la pareja matrimonial tenga tiempo para sí mismos; Él creó al hombre y la mujer; Él les hizo con deseos y necesidades; Él les dio lo necesario para disfrutar de esos deseos dentro de la institución del matrimonio, y quiere que el matrimonio sea un lugar de seguridad, de estabilidad, amor y serenidad; Él sabe que los matrimonios deben dedicar tiempo el uno al otro para tener una relación saludable y fuerte; Él lo ha expresado en su Palabra. Por ejemplo, 1 Corintios 7:33 y 34 dice que el “casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido”. Dios lo sabe, como podemos ver en esos versículos, Él sabe que la pareja matrimonial tiene necesidad de tiempo para sí mismos. Y el marido y su esposa deben buscar esos momentos de agradar el uno al otro. Ya conocemos el dicho: “No todos los días son de fiesta”, pero, siempre y cuando se pueda, la pareja matrimonial debe buscar un lugar donde puedan estar a solas para reafirmar sus votos el uno al otro, y Dios estará con ellos. Qué tremendo es ver a un hombre que no vive para sí mismo, sino para Dios, su esposa y sus hijos. Qué tremendo es ver a una mujer, quien vive para Dios, y su marido y sus hijos. Esto es precisamente lo que trae serenidad al matrimonio, el marido vive en paz porque sabe que Dios está en control de todas las cosas; sabe que su esposa le ama y que vive sujeta a él porque ella es obediente a las enseñanzas bíblicas; sabe que al llegar a casa se encontrará con alguien quien quiere lo mejor para él, y eso le permite descansar con tranquilidad. La esposa vive en paz porque ama a Dios, y confía totalmente en Él para cuidar de su matrimonio; ella sabe que su marido la ama, porque Dios es primero en su vida; ella sabe que el momento en que entra su marido por la puerta de su casa, ella podrá sentir el calor y la seguridad de su fuerza; ella se siente segura y protegida, y eso trae serenidad a su reino. Si en tu matrimonio no existe esta paz y serenidad, ¿Será por el hecho de que no han permitido que Dios tenga el control de su matrimonio?, ¿Será que Él no es primero en sus vidas?, ¿Será que en vez de vivir ambos para Dios, y el uno para el otro, están viviendo egoístamente, buscando cada quien el bienestar de sí mismo? Si es así, por qué no entregarlo todo a Dios en este momento, tu vida, la vida de tu marido o esposa; por qué no decir a Dios: Te entrego todo hoy. Porque solo así es que tu matrimonio llegará a ser un reino de serenidad. Vamos a orar. Padre hoy hemos llegado al final de estos estudios sobre el reino del matrimonio. Tú, en tu Palabra nos has dado los principios para aplicar a nuestros matrimonios, para tener matrimonios fuertes y saludables. Gracias, en estos momentos pedimos tu ayuda y presencia en nuestros matrimonios, sabemos que sin ti fracasaremos. Padre queremos honrarte, y queremos que nuestros matrimonios te honren, danos lo que necesitamos para vencer. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 07, 2022
El Reino Del Matrimonio

Un Reino Estable
En nuestros últimos estudios hemos observado algunas cosas muy interesantes acerca del maravilloso mundo del matrimonio. Hemos visto que el reino matrimonial debe ser un reino privado y seguro; también hablamos del hecho que es un reino que Satanás intenta destruir a todo costo, porque es una institución de Dios. Pienso que una de las cosas de más importancia que hemos discutido, es el hecho de que para que un matrimonio pueda funcionar correctamente, Dios tiene que estar presente y debe ser número uno en la vida de que componen el matrimonio, sino van a haber problemas. Lo que estoy diciendo es que Dios es quien hace que un matrimonio tenga éxito, y la pareja que deja a Dios a un lado va a fracasar. Sin embargo, cuando Dios es primero en el matrimonio, entonces podemos tener todo lo que hemos hablado: privacidad y seguridad. Hoy queremos añadir otra cosa positiva a lo que concierne al matrimonio, cuando la pareja sigue los principios de la Biblia, su matrimonio será un reino estable, tendrán estabilidad. Si hay algo que he aprendido en mis años de aconsejar es que tenemos en el mundo hoy, muchas cosas movedizas; todos buscamos algo firme sobre lo cual pararnos y no caer; toda persona busca estabilidad en su vida, en sus estudios, en su trabajo, en su hogar, en todo lo que uno hace, quiere algo de estabilidad. ¿Qué señorita desea casarse con alguien, quien le promete que después de un año la va a abandonar? Ninguna, todos queremos algo firme, algo sólido, algo estable. Lo bueno es que en un matrimonio entregado a Dios tenemos precisamente eso: un reino estable, es un lugar firme que no caerá, pues, está basado sobre principios bíblicos; tiene organización; y por el simple hecho de que Dios es número uno. Cualquier cosa que hacemos a base de la Biblia tiene la tendencia de tener éxito, y en esto tenemos que incluir el reino matrimonial, si hay algo estable en este mundo de caos en que vivimos es la Palabra de Dios. Jesús hablando de lo mismo dice en Mateo 24:35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Por esta sencilla razón es que las cosas que se hacen de acuerdo a la Biblia tienen éxito. Las personas que son obedientes a Dios recibirán bendición, han existido muchas personas de gran inteligencia que han fracasado por vivir de acuerdo a sus propios principios, el asunto es que podían tener la misma capacidad mental de razonar lo que debiera funcionar, pero dejaron fuera a Dios. No todas las personas razonan de la misma manera, y sólo Dios puede cambiar corazones y actitudes, y enderezar caminos torcidos. La razón a veces falla en ese aspecto, por eso es que la Biblia nos dice en Proverbios 3:  5 y 6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos sus caminos, y Él enderezará tus veredas”. Sólo Dios puede asegurar estabilidad, aun cuando no suena lógico. ¿Qué lógica explica el hecho de que Jesús y Pedro hayan caminado sobre las aguas del mar de Galilea? Ninguna, pero lo hicieron; y la misma estabilidad prevalecerá en cualquier lugar donde Dios es número uno y la Biblia es obedecida. Cada individuo que practica principios bíblicos con alegría, y que pasa meditando en la Palabra de Dios, será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará. Así es también con el matrimonio, si ambos practican lo que la Biblia enseña, siendo obedientes al Señor, su matrimonio prosperará y será un lugar de mucha estabilidad. Será así porque al practicar lo enseñado por la Biblia, habrá organización; al encontrar un matrimonio que es obediente a Dios, siguiendo sus principios señalados en las Escrituras Sagradas, encontraremos a un hombre o marido que ama y respeta a su esposa; un hombre que es líder espiritual enseñando Biblia, instalando valores espirituales en la vida de su esposa e hijos; encontraremos a un marido que trae seguridad y estabilidad al matrimonio; encontraremos a un hombre firme, pues sabe que lo único que le conviene es obedecer a Dios; su relación con Dios está bien, y por lo consiguiente su relación con otros está bien. Es un hombre tentado, pero no cede a las tentaciones, porque reconoce que el practicar desobediencia a Dios sólo trae dolor y destrucción. El marido entregado a Dios entiende que él es responsable delante de Dios por el bienestar de su familia, tanto en lo físico como en lo espiritual; él sabe que la vida no es fácil, pero sabe que Dios está a su lado, y confía en Él para darle la victoria; él sabe que esa es la única manera para vencer en esta vida; como cualquier otro marido él podría huir de su responsabilidad como jefe de hogar, pero no lo hace porque es obediente a Dios, es un hombre de verdad. Eso es organización, y eso trae estabilidad al matrimonio. El marido es una roca porque está parado firmemente en la roca Cristo Jesús. Al encontrar un matrimonio que practica lo enseñado por Dios, encontraremos una mujer, o esposa, que ama a su marido; ella lo ama y le respalda en lo que hace, pues reconoce que ser jefe de hogar no es fácil; ella sabe que el peso de proveer por la familia, en lo físico y lo espiritual, es inmenso; y ella cuida de su marido amándole y felicitándole por el buen trabajo que hace; encontramos a una esposa sujeta a su marido, pues ella reconoce que el matrimonio es un cuadro representativo de Cristo y la iglesia; ella entiende que así como la iglesia está sujeta a Cristo, ella lo debe estar a su marido, no por el hecho de que su marido sea más inteligente, o superior a ella, sino porque eso es lo que Dios pide de ella y en obediencia a Dios ella es sumisa a la voluntad de su marido; ella comprende que no pueden haber tres jefes; también comprende que para ejemplo de obediencia a sus hijos ella debe cumplir. Si ella respeta la organización que Dios ha establecido, siendo obediente en ser sujeta a su marido, entonces sus hijos también aprenderán por el ejemplo de ella a hacer lo mismo. Y todo esto traerá estabilidad al matrimonio, siempre que hay organización hay estabilidad. Necesitamos entender que Dios es un Dios de orden y no de confusión, un matrimonio que deja fuera a Dios será un matrimonio de caos y confusión, y en ese tipo de matrimonio no hay estabilidad. Lo que causa esa estabilidad no es el hecho de que la esposa es primera, ni que el marido es primero en el matrimonio, sino que Dios es número uno en la vida de ambos. Para que el matrimonio pueda funcionar correctamente Dios tiene que ser número uno, el marido no debe vivir por la esposa, ni la esposa debe vivir por el marido, sino que ambos deben estar viviendo para Dios, y la obediencia a Él es lo que trae estabilidad al matrimonio; porque al buscar primeramente el reino de Dios y su justicia todas las cosas serán añadidas. Al ser obediente a Dios, Dios infundirá responsabilidad y amor en la vida del marido; Dios es amor y sin Él, el marido no puede amar como es debido. Al ser obediente a Dios, la esposa recibirá de Él el deseo de sujetarse al marido. Es Dios quien trae estabilidad al matrimonio, Él es el único quien puede traer protección, seguridad y estabilidad, en un mundo de tanta confusión. Sin Dios el matrimonio no puede sobrevivir; Él es el ingrediente esencial a su éxito. Si tu matrimonio falta de estabilidad, podrías pensar seriamente en lo que hemos hablado hoy, hazte estas tres preguntas: ¿Está basado mi matrimonio sobre principios expuestos en la Biblia?, ¿Hay organización en mi matrimonio?, ¿Es Dios número uno en mi matrimonio? Y si la respuesta es no, a cualquiera de las tres preguntas, entonces toma pasos afirmativos para corregir el asunto. Asegúrate de que Dios sea número uno, y estudia la Biblia para darte cuenta de principios que ayudarán a establecer algo de orden en tu matrimonio. Dios te ayudará, Él quiere que tengas un matrimonio seguro y estable, haz las cosas a su manera y todo saldrá bien. Vamos a orar. Padre hemos entendido en nuestro estudio hoy que Tú deseas que nuestros matrimonios sean un reino de estabilidad. También hemos comprendido que la única manera en que lo lograremos es por medio de darte primer lugar en nuestras vidas, y por medio de estudiar y practicar las reglas que Tú has expuesto en tu Palabra. Señor en nuestro orgullo y egoísmo nos es muy difícil hacer esto, y vamos a tener que pedir que nos ayudes, necesitamos Tú fuerza y poder en nuestras vidas para poder vencer. Así que ayúdanos por favor, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 06, 2022
El Reino Del Matrimonio

Un Reino Seguro
Uno de los reinos más fascinantes, entre todos los reinos que existen, es el maravilloso reino del matrimonio. Entre los cristianos debe ser un reino donde dos personas se unen bajo la dirección y bendición de Dios, para poder servirle aún mejor que cuando estaban solteros. Antes de entrar al matrimonio, uno debe pensar y razonar con gran cordura, pues una vez que ha dado este importante pasó, ya no debe hacerse para atrás. Yo he visto como muchas personas han hecho voto ante Dios, y muchos testigos, de ser firmes en su matrimonio, pero unos cuantos días después, se retiran corriendo porque no aguantaron las responsabilidades. En esos momentos me dan ganas de preguntarles: ¿Y qué pasó con yo te tomo para tenerte y guardarte, desde este día en adelante, para bien o para mal, en riqueza o en pobreza, en enfermedad o en salud, para amarte y protegerte, hasta que la muerte nos separe, según las ordenanzas santas de Dios? ¿Qué pasó con todo eso? El matrimonio no es asunto de juego, el matrimonio no es un lugar donde uno se deshace de sus deseos sexuales, no es algo de medio tiempo, no es un lugar donde uno entra para ver si le gusta y si no se retira tranquilamente. El matrimonio es algo serio, fue instituido por Dios, el matrimonio es un lugar en donde dos personas dejan de ser dos, y se convierten en una sola carne. Jesús mismo hablando del matrimonio dice esto en Marcos 10:7 y 8 “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno”. Es muy importante entender que no son dos carnes separadas que están amarradas con las cuerdas del matrimonio, no es asunto de sólo disolver las cuerdas matrimoniales para que puedan tener ambos su liberación otra vez. Aquí estamos hablando del hecho que, en los ojos de Dios, cuando uno se une en matrimonio con otra persona, Dios ya no los ve separados, sino como una sola carne o una sola persona, por eso es que Jesús añadió a sus palabras: “Por tanto lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. El propósito de Dios en su diseño del matrimonio es que fuera un lugar de seguridad, una fortaleza en un mundo confuso y trastornado, un santuario donde la pareja en su reino privado puede recibir ayuda espiritual de Dios, y ayuda mental y física el uno del otro. Por eso es que cuando los dos componentes del matrimonio están totalmente entregados a Dios, no hay problema; cuando la pareja está buscando llevar a término la voluntad de Dios en sus vidas y están siguiendo los principios señalados por Dios en su Palabra, vemos un matrimonio sano, y da gusto ver matrimonios así. Son una gran bendición y ejemplo a todos con quienes tienen contacto, y todo eso viene debido al hecho de que tienen seguridad. De esta manera es que debiera operar todo matrimonio, pues Dios lo diseñó para que fuera un lugar de seguridad. El matrimonio debiera ser un reino seguro. Hay dos cosas que respaldan esa seguridad, y esas dos cosas son: comunicación y relación sexual; o podríamos decir: comunicación mental y comunicación física. La comunicación es esencial a una relación que desea sentir seguridad, en el matrimonio debiera haber muy buena comunicación, digo esto porque no toda comunicación es buena. Hay comunicación destructiva, que puede ser dañina al matrimonio. En mi trabajo vivo dando consejos a personas todo el día, al llegar a casa no deseo hacer nada; no quiero oír nada; y no quiero decir nada; por otro lado, Yasmina, mi esposa, ha hablado con muy pocas personas y está lista para conversar, al comenzar a hablarme ella yo he aprendido como ver a una persona a la cara y apagar mi mente al mismo tiempo, de manera que ella está hablando, pero yo mentalmente estoy descansando. ¿Qué bueno verdad? No, porque cuando ella me hace una pregunta, que para ella es muy importante, yo no puedo contestar, y al no contestar ella se siente herida, es como que yo le dijera lo que te sucede a ti es de menos importancia, que lo que les sucede a las demás personas. Aún sin decir ni una sola palabra, he comunicado negativamente, y la cosa va muy mal. Comunicación es asunto de dos vías, para que pueda haber comunicación hay que tener dos mensajeros y dos recipientes. Si en el matrimonio el marido habla todo el tiempo y la esposa sólo escucha, eso no es comunicación, ambos deben dar mensajes positivos, y ambos deben escuchar el uno al otro. Aprender a comunicarse con otros es muy interesante, de hecho, la comunicación es un arte, la persona que domina el arte de la comunicación, es una persona que tiene poder sobre sí mismo, cosa que muy pocas personas tienen. Así que la pareja debe practicar comunicarse el uno con el otro, pero también deben practicar la comunicación con Dios. Cuando tú sacas a Dios de cualquier cosa, lo que tienes es nada. Y lo mismo sucede cuando sacas a Dios de la institución matrimonial, un matrimonio sin Dios no es matrimonio. El marido y la esposa deben aprender a orar unidos con Dios; deben orar juntos dando gracias a Dios por las bendiciones que han recibido como matrimonio; deben exponer a Dios los problemas que están teniendo; deben pedir a Dios que les de fuerza para conquistar en este mundo y vencer los ataques que Satanás lanza diariamente sobre el hogar que han formado; y después de exponer sus pensamientos a Dios, deben callar y dejar que Él les hable por medio de su Palabra. La pareja matrimonial debe ser una pareja estudiosa de la Biblia, deben anotar los principios bíblicos que el fundador del matrimonio les ha dado para que puedan funcionar correctamente. La comunicación con Dios es muy importante al sostén y bienestar del matrimonio. También la forma de expresarse en la comunicación es importante, un matrimonio necesita aprender a comunicarse sin sentido de amenaza, deben aprender a controlar su tono de voz, y expresarse positivamente. Las personas necesitan aprender a pensar antes de abrir sus bocas, para poder comunicarse positivamente con otros es necesario pensar, tomando en cuenta la reacción del otro, y pesando en la balanza el hecho de que si en verdad vale la pena decir lo que uno va a decir. Me causa mucha risa la realidad de que cuando una pareja matrimonial estaba en su etapa de noviazgo, se decían cosas tan dulces que hasta daba náuseas escucharlos, pero ahora que están casados, les da pena decirse cosas dulces. Hoy cuesta oír decir a un marido que el ama a su mujer en público, a veces el marido y la esposa sienten que no es necesario decir te amo, piensan que su pareja ya debiera saber que se ama. Pero, así como Dios quiere oír la alabanza de su pueblo, aunque Él ya sabe que Él es maravilloso, así también la pareja necesita y desea oír las palabras “Yo te amo”, y esto lo deben hacer incansablemente. Otra manera de comunicación es la comunicación física, o la relación sexual; esta relación trae seguridad, porque es la función que hace sentir el matrimonio que son una sola carne. De hecho, la relación sexual es reconocida por Dios únicamente dentro del matrimonio, todo acto sexual fuera del matrimonio es adulterio y una abominación a Dios. Es una verdadera lástima que la palabra sexo, se haya convertido en una palabra sucia, Dios hizo al sexo como algo lindo para ser compartido entre un hombre y una mujer, que deseaban unirse en uno solo para servirle el resto de sus días. Y eso es lo que es el sexo en realidad, pero como todas las demás cosas que Dios ha creado, Satanás también lo ha pervertido, quitándole todo su valor y convirtiéndolo en un acto de egoísmo, y autosatisfacción, sin embargo, el sexo todavía es algo limpio y bueno, cuando es hecho y practicado dentro de los límites establecidos por Dios. Hebreos 13:4 nos dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el hecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. Ya se nos ha acabado el tiempo, espero que hayas aprendido algo acerca del matrimonio como un reino de seguridad, ¿Por qué? Porque ambas personas que componen el matrimonio, si son entregadas a Dios, sentirán gran seguridad dentro de la institución que Dios fundó para ellos. Vamos a orar. Padre gracias te damos por algo tan bonito como lo es el matrimonio. Padre sabemos que la comunicación es muy importante para reforzar seguridad dentro del campo matrimonial, y te pido que cada día nos ayudes a tener una comunicación más sincera entre nuestros matrimonios cristianos. Lo pido en el nombre de Jesús, para honra y gloria de tu Santo nombre. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 05, 2022
El Reino Del Matrimonio

Un Reino Bajo Ataque
Habían compartido sus vidas juntos por varios años ya, eran felices, él era médico, ella era enfermera; había sido amor a primera vista, después de un corto tiempo de noviazgo decidieron vivir juntos, hablaron un poco del asunto y decidieron no casarse sino solo vivir unidos. Se conocieron con otra pareja de jóvenes quienes los invitaron a un retiro espiritual, aceptaron la invitación y fueron. El lugar del retiro fue en las montañas, había muchas flores en esa época del año y la pareja se sintió muy a gusto en ese lugar tan bonito. Respiraban el aire limpio y fresco, lejos del olor de todos los desinfectantes y medicinas del hospital. El conferencista del retiro tenía mucho conocimiento de la Palabra de Dios, y la pareja prestó mucha atención a las enseñanzas. Al final del segundo día del retiro, ellos se hacían preguntas concernientes a su relación con Dios; al tercer día el Espíritu Santo obró poderosamente en ellos convenciéndoles del pecado que había en sus vidas, y de la necesidad que tenían de un Salvador Jesucristo. Esa noche ambos entregaron sus vidas al Señor, inmediatamente sus vidas cambiaron, todas las cosas tenían sentido, sus vidas ahora tenían propósito. Al pasar de los días estudiando la Palabra de Dios, realizaron que ellos no estaban legalmente casados. Ellos querían hacer correctamente y legalmente las cosas, así que decidieron casarse; tanto fue su sinceridad en el asunto que se separaron, fijaron la fecha de la boda, y fueron a vivir con sus padres como solteros otra vez. La boda estuvo preciosa, no hubo ninguna hipocresía pues ambos dieron testimonio del mal que habían hecho y expresaron su deseo de corregir el asunto y hacer las cosas de acuerdo a la Biblia, querían agradar a Dios y querían vivir bajo su bendición. Por un par de semanas todo estuvo bien, pero de repente algunas cosas comenzaron a suceder, los recién casados que nunca habían peleado cuando vivían juntos, ahora estaban peleando a cada rato. Parecía que entre más bien querían hacer las cosas, más mal le salían. ¿Qué sucedió? La respuesta es sencilla: se conocieron con el enemigo del matrimonio, el enemigo de Dios, el enemigo de todo lo bueno y puro. Nunca te has fijado como las personas que hacen mal siempre aparentan salirse con la suya, ¿Por qué es así? Quiero que entiendas bien esto, cuando una persona va en contra de Dios, Satanás no le estorba, eso es precisamente lo que el diablo desea, él no estorbará, más bien ayudará al individuo a salirse con la suya. Dios hablará con señas suaves al que hace mal; Dios es paciente y misericordioso, y en su amor Él brinda oportunidad tras oportunidad al pecador de arrepentirse; sin embargo, Dios también es justo, y cuando una persona sigue necia en la maldad, rechazando una y otra vez las oportunidades que Dios le da, de repente llega el momento cuando Dios dice: Hasta aquí, no más. Y entonces todo se acabó. Pero de parte de Satanás no habrá ningún estorbo, por otro lado, cuando uno quiere servir a Dios, Satanás el enemigo hace todo lo que está a su alcance para obstaculizar el proceso. En el caso de la pareja, cuando estaban viviendo juntos en adulterio, Satanás les ayudaba, pero cuando se casaron buscando la voluntad de Dios, Satanás comenzó a molestar. ¿Por qué Dios permite eso? Para su honra, cuando el hombre, que es creación de Dios, da sus espaldas al pecado y se entrega a Dios viviendo por Él, aun cuando Satanás le está haciendo la vida imposible, Dios es honrado, y por eso es que lo permite. Conste que la persona que sigue con Dios nunca sale perdiendo, porque Dios siempre ganará, pero regresando al tema ¿Por qué es que Satanás se lanza tan violentamente en contra del matrimonio? La primera razón por la cual Satanás ataca con tanta vehemencia al matrimonio es por el hecho de que es una representación de la relación entre Cristo y la iglesia, si vamos al Libro de Efesios y leemos, en el capítulo 5, los versículos 22 al 25, podemos ver esta representación, dice: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. Al distorsionar la representación del matrimonio, el cuadro de lo que es Cristo con su iglesia, se vuelve borroñoso para los del mundo; en el matrimonio como lo dicen los versículos que terminamos de leer, la esposa debe estar sujeta al marido, y el marido debe amar mucho a la esposa. Pero viene Satanás y hace que ambos miren los defectos del otro y de noche a día vivir en armonía a las Escrituras se vuelve una imposibilidad. Claro está que ambos tienen excusa, el marido dice: “Si tú me fueras sujeta, yo te amara”; y la esposa dice: “Si tú me amaras, yo te fuera sujeta”. Y tras de las escenas se encuentra un diablo riéndose a todo dar, pues otra cosa preciosa que Dios ha creado ha sido destruido. Otra razón por la cual Satanás ataca los matrimonios es para destruir un arma que le podría causar grandes estragos. El arma que podría causarle tanto daño es la oración. En Mateo 18:19 encontramos esta promesa de Jesús: “Otra vez os digo, que si, dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. No existe equipo orador más poderoso que el de un matrimonio, dos personas que se han vuelto una sola carne, piénsalo, sin embargo, cuántas parejas conoces tú que oran juntos, ¿Y sabes por qué no oran juntos? Porque a Satanás no le conviene, y él se ha encargado de que la pareja se sienta ridícula al orar. Al hablar con muchos matrimonios la respuesta es casi siempre la misma: oramos aparte, es más fácil así. ¿Sabías tú, que cuando hay pleitos en el matrimonio, la oración del matrimonio pierde potencia, y es estorbada grandemente? Escucha lo que dice 1 Pedro 3:7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas (hablando de las esposas) sabiamente, y dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. Una pareja entregada a Dios que oran juntos, podrían hacerle gran daño al movimiento de Satanás, y por eso es que el insiste en destruir al matrimonio a todo costo. La tercera razón por la cual el diablo quiere destruir el matrimonio es porque un matrimonio está propenso a convertirse en un hogar; el matrimonio tendrá hijos, y si estos hijos reciben una buena enseñanza de lo que es en realidad la vida, quién es Dios y cómo deben comportarse, entonces Satanás tendrá dificultades en el futuro, le es más fácil acabar desde un principio con el matrimonio. Si el matrimonio está deshecho, el hogar no tiene oportunidad de crecer sanamente, y por eso es que él ataca con tanto furor a la institución, que Dios el Creador, fundó. Existen muchas otras razones por las cuales el diablo ataca al matrimonio, pero creo que estas son las razones primordiales. Es muy importante que cada matrimonio entienda que la única manera que puede sobrevivir estos ataques de Satanás es por medio de poner a Dios primero en el matrimonio, sé que alguien me dirá: “Pero, Ricardo, yo ni creo en Dios, y nuestro matrimonio es sano. Llevamos años viviendo juntos y todo nos va muy bien”, pienso que estás muy equivocado en lo que enseñas. Escúchame y escúchame bien: no tienes problemas porque Satanás ya te tiene donde quiere tenerte, estás engañado y él no va a perjudicarte, pero te aseguro una cosa si comenzaras a buscar a Dios y la verdad las cosas pronto cambiarían. Vamos a orar. Padre te pido por todos los que están escuchándome en estos momentos, pido que tu Espíritu fortalezca los matrimonios de tus hijos, y que los que no son cristianos sean advertidos acerca de su situación peligrosa. Padre ayúdame en mi matrimonio, a luchar por vivir entregado siempre a ti, y proteja a mi esposa y a mí de cualquier trampa que satanás pudiera tendernos. Porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 04, 2022
El Reino Del Matrimonio

Un Reino Privado
El hombre fue creado con el fin de honrar el nombre de su Creador, ese es el deber y propósito de cada ser humano. Y cada persona que nace es responsable delante de Dios de cumplir el propósito por el cual fue creado. A veces me canso de personas quienes me señalan con el dedo y me dicen: “Ustedes los cristianos le quitan toda la alegría a la vida”. Tal acusación es falsa, te aseguro que, si cada persona viviera su vida de acuerdo a principios bíblicos, tendríamos un mundo mejor, la acusación de quitar toda la alegría a la vida se debe a que estamos en contra del pecado. El amigo piensa que el pecado trae alegría, pero el pecado es precisamente lo que este mundo tiene de mal. Todas las enfermedades, los hogares quebrantados, las enemistades y guerras son simplemente el resultado del pecado que hay en los corazones de los habitantes de este planeta, y si no fuera por el pecado, nuestro mundo sería un lugar de gozo, paz y vida. Dios ha creado en su amor cosas bellas para que el hombre al mismo tiempo de alabarle y honrarle pudiera gozar de ellas. Dios desea que sus hijos sean felices, todas las instituciones que Dios ha organizado han sido con el fin de ayudar al hombre, y al mismo tiempo traer honra a su nombre. Hoy quiero comenzar una serie de estudios sobre la primera institución formada por Dios: el matrimonio. Deseo que entendamos como es que el matrimonio debe funcionar, cuál es su propósito, y cómo es que honra a Dios. Pero aparte de ello quiero también mostrar como el matrimonio es algo lindo, siempre y cuando uno sigue las reglas proporcionadas por Dios, concerniente a su propia institución. Novio quiero que escuches los siguientes cinco estudios que tendremos; novia piensa en lo que vamos a decir; recién casado pon atención; y aún si tienes años de estar casado con alguien, quiero que me escuches atentamente, porque vamos a entrar al reino del matrimonio. El mundo es un lugar de aprendizaje, cada día aprendemos algo nuevo, y mi deseo es que en esta serie de estudios aprendamos juntos acerca del matrimonio y cómo agradar a Dios a través de dicha institución. Si tienes tu Biblia quiero que vayas conmigo al Primer Libro, el Libro de Génesis, y vamos a leer en el capítulo 2, los versículos 20 al 24, luego haremos algunos comentarios que creo nos van a ser de mucha ayuda. Génesis 2:20-24, dice así: “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Hay mucho que podemos aprender de estos versículos. Hoy quiero que pensemos en lo que hemos leído, pero a la luz de lo que debe ser un matrimonio. En esos versículos yo observo que el matrimonio es un reino privado, es algo muy especial que puede ser compartido únicamente entre un hombre, una mujer y su Creador; es un reino que necesita de privacidad para poder funcionar correctamente; es un reino donde nadie más debe ser permitido entrar; es un lugar donde dos personas de sexo opuesto se convierten en una sola carne; es un lugar que separa de una manera especial a una pareja de todas las demás personas; es un lugar donde dos personas unen sus fuerzas para ayudarse mutuamente; es un reino privado. Lo que hace que el matrimonio sea un reino privado, es el hecho de que ante los ojos de Dios la pareja casada se convierte en una sola carne, como lo dice nuestro texto: “Por tanto el hombre se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Yo sé que existen muchos hombres que creen que ellos son el regalo de Dios al sexo opuesto, y que el fin y la alegría de todo verdadero hombre es ver cuántas mujeres puede añadir a su lista. Tales personas desconocen lo que significa el matrimonio, y lejos están de estar dentro de la voluntad Dios. Yo he oído todas las excusas que tales individuos con sus mentes torcidas han inventado, excusas como: “yo sólo estoy cumpliendo con el mandato de Dios de fructificar y multiplicar la tierra”; y “¿Cómo Salomón pudo tener tantas mujeres?”; y “Si Dios hubiera querido que el hombre tuviera una sola mujer, ¿Por qué hay tres mujeres por cada hombre que hay en la tierra?”. Tales excusas son tan inteligentes, casi no encuentro respuesta yo que dar, sin embargo, permítame hacer un intento. En primer lugar, cuando Dios dio órdenes a Adán y Eva de fructificar y multiplicarse, no había nadie más, solo ellos los dos. Me parece mí que, si Dios hubiera querido que el hombre tuviera más que una mujer, hubiera hecho tres o cuatro Evas en vez de una sola; en el caso de Salomón, sólo hay que leer sus escritos para darnos cuenta de que él se daba cuenta del grave error que él había cometido, tener tantas mujeres fue su ruina, pues todas ellas le alejaron de Dios. El consejo de Salomón en Proverbios 5:18-20 es: “Alégrate con la mujer de tu juventud. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre. ¿Por qué andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña?”. Sin más decir, creo que podemos entender que el plan de Dios es un hombre y una mujer viviendo unidos con Él en matrimonio, y tener relaciones sexuales con otras personas es cometer adulterio, el séptimo mandamiento de Dios es: “No cometerás adulterio”, así es de sencillo, si un hombre quiere ser representante de Dios en la tierra, predicando el evangelio y guiando a otros por medio de enseñar la Biblia, debe ser marido de una sola mujer. Esto es lo Dios requiere, escucha lo que dice 1 Timoteo 3:1 y 2: “Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer”. Siendo el matrimonio un reino privado nadie más debiera meterse, al casarse una pareja ellos deben alejarse de la autoridad de sus padres, pues ahora son otra unidad familiar. Nuestro texto en Génesis 2:24 dice: “Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne”. Al unirse en matrimonio el marido llega a ser jefe su nuevo hogar, eso no puede ser si su padre es jefe, por eso es necesario que el nuevo matrimonio se aparte. Por otro lado, la esposa del nuevo matrimonio, llega a ser la reina del hogar, y eso no puede suceder si ambos viven en casa de sus padres, o con cualquier otra persona. Ellos deben estar aparte en su reino privado y deben pensar en ello, antes de unirse en matrimonio; el marido no debiera tener que competir con su padre ni con su suegro; y la esposa no debiera tener que competir con su madre ni con su suegra. Claro está, que cada matrimonio representa o presentará la excusa de que ellos son la excepción, pero el asunto es que Dios nos conoce mejor que nadie, Él nos creó. Yo he visto a decenas de matrimonios separarse debido al simple hecho de que no vivieron solos al inicio de su matrimonio, vivieron con alguien de la familia, y nunca tuvieron la oportunidad de ser una unidad separada, y ese fue su fracaso. Al ponerle Adán todos los nombres a los animales, se dio cuenta de que él era el único que no tenía pareja y Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él; y entonces Dios hizo a Eva”. En el reino privado del matrimonio existe la ayuda mutua, es un lugar donde dos personas pueden alejarse por ratos de toda la locura y desahogarse; es un lugar donde ambos pueden expresarse de una manera maravillosa en amor; sintiendo el calor de una relación íntima; es un lugar donde caben solamente dos personas y su Dios; es un reino, un reino privado que Dios en su amor creó para ser disfrutado por su creación. Pero al mismo tiempo de ser un reino privado es un reino que debe ser protegido a todo costo, y de ello hablaremos en nuestro próximo contacto cristiano. Vamos a orar. Padre te damos gracias por el reino privado y maravilloso del matrimonio. Ayúdanos a actuar con prudencia de acuerdo a tu Palabra para tener matrimonios felices y saludables. Esto te lo pedimos, en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 03, 2022
Lo Que Me Trae Gran Gozo

Es El Mostrar Mi Gratitud
Todos sabemos lo que siente uno cuando es invitado a un cumpleaños, pero no tiene regalo que llevar. Yo he estado en esa situación varias veces, y no es nada agradable, al mirar a las demás presentar sus regalos al cumpleañero uno busca como disimular por medio de esquivar la mirada del cumpleañero y entrar en conversación con otro, y todo parece estar bien hasta el momento en que el cumpleañero llama a tu nombre. Él llama tu nombre para ver si quieres otro pedazo de pastel, o para invitarte a participar en alguna actividad de diversión, pero tú piensas que es para pedirte su regalo. De repente sientes que todos los ojos de las demás personas están sobre ti, todo entra en cámara lenta y tú comienzas a buscar una excusa, si es que no has inventado una ya. Ese segundo se extiende a un siglo, y ya estás listo para contestar cuando el cumpleañero te agarra de los hombros y te dice: “¿Quieres otro pedacito de pastel?”. Y entonces viene el alivio, ya la presión de no tener un regalo pasa, pero prometes nunca volver a encontrarte en esa situación otra vez. Ese sentir de no tener un regalo que dar es bastante doloroso, aun cuando el cumpleañero no es buen amigo nuestro. Pero ¿Cómo se magnificaría ese dolor, pena y vergüenza, si el cumpleañero fuera nuestro mejor amigo? ¡Imagínate! ¿Sabías tú que algún día nuestro Señor va a tener una fiesta en la cual todos los que han sido salvos por su sangre preciosa, van a estar presentes? Apocalipsis 4 nos habla del evento, en el versículo 10 encontramos mención de veinticuatro ancianos, que son simbólicos de todos los creyentes, tanto del Antiguo Testamento como también del Nuevo Testamento. Estos veinticuatro ancianos son simbólicos de las doce Tribus de Israel y los doce apóstoles, quienes representan las dos eras, pero quiero que escuches atentamente a lo que dice el versículo 10 y 11, escucha: “Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder”. Mi amigo si tú has aceptado a Jesús como tu Salvador, vas a estar conmigo en ese evento. De repente Jesús entrará al escenario, y tú y yo nos inclinaremos y lanzaremos nuestras coronas o regalos a sus pies, si es que tenemos algo que regalarle. Ahora, imagínate la vergüenza que vamos a sentir si no tenemos nada para lanzar a los pies de nuestro Salvador, en muestra de nuestro aprecio y en muestra de nuestro agradecimiento por todo lo que Él ha hecho por nosotros. ¡Qué pena! Pero no podremos excusarnos para no ir; vamos a estar ahí, no podremos mentirle ydecirle que nos agarró la tarde y las tiendas estaban todas cerradas. ¿Qué vamos a hacer? No podemos escondernos de su rostro, nos vamos a sentir mal, muy mal. Juan, el amado, nos da buen consejo en 1 Juan 2:28, él dice por inspiración del Espíritu Santo: “Y ahora, hijitos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de Él avergonzados”. Aquí en la tierra es el único lugar donde vamos a poder probar nuestro amor a Dios, cuando lleguemos al cielo vamos a alabarle y a adorarle por toda la eternidad, pero será diferente, pues, tendremos cuerpos glorificados, ya no tendremos deseos de cometer pecado o ir en contra de nuestra naturaleza divina. Pero mientras que estamos en el mundo tenemos la oportunidad de probar nuestro amor a Dios, podemos escoger servirle sobre los placeres que el mundo ofrece, podemos escoger servirle aun cuando no realizamos ninguna satisfacción por el momento, podemos probarle en nuestro amor. Cada vez que el creyente en Cristo va en contra de su naturaleza carnal para obedecer a Dios es prueba de su fidelidad y amor para con Él. Cada vez que hace el bien habiendo tenido la oportunidad de hacer mal, es prueba para con Dios. Y es aquí en la tierra el lugar donde nosotros tendremos esa oportunidad. 1 Juan 2:15 nos dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él”. Santiago 4:4 dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Otra vez te digo que, como hijos de Dios, cuando nosotros rechazamos el llamado del mundo para obedecer a nuestro Padre, le mostramos nuestro amor, y esto hace que Él se sienta feliz, y trae gran gozo y satisfacción a nuestras vidas también. Lo bueno de obedecer a Dios aquí en la tierra es que estoy acumulando riquezas en el cielo donde está mi verdadero hogar. Jesús dice en Mateo 6:19 y 20 que nosotros debemos de poner nuestros tesoros en el cielo y no aquí en la tierra, sus palabras exactas son estas: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan y hurtan”. Pero ¿Cómo es que uno se hace tesoros en el cielo? Por medio de cumplir la voluntad de Dios aquí en la tierra, 1 Corintios 3:9-15, nos habla del cómo nosotros somos colaboradores de Dios. Según esta cita Dios ha puesto un fundamento en nosotros sus hijos, edificamos sobre este fundamento. Sin embargo, tenemos que tener cuidado de cómo sobre edificamos, si somos obedientes a Dios siguiendo la dirección del Espíritu Santo en nuestras vidas haremos buenas obras las cuales se convierten en oro, plata y piedras preciosas, con las cuales edificamos sobre el fundamento establecido por Dios aquí en la tierra. Pero si seguimos la naturaleza de nuestra carne, haciendo lo que nosotros queremos, pues nuestras obras se convierten en madera, heno y hojarasca. El asunto es que, al final, el edificio será puesto a prueba por medio de fuego, claro está que el que edificó con madera, heno y hojarasca verá destruido la parte que edificó él; sin embargo, el que construyó con oro, plata y piedras preciosas, verá que su parte de la construcción no fue destruido, pues aguantó el calor del fuego, y el buen obrero recibirá recompensa por su labor. Tú me dices: “Pero hermano Ricardo, yo pensé que te oí decir en otros estudios que al llegar al cielo todo sería nuestro por ser coherederos con Cristo. Y si es así, ¿Para qué quiero tesoros extras?”. Es muy buena la pregunta, y tienes toda la razón, si somos coherederos con Cristo todo nos pertenecerá, pero lo que no te he explicado es esto el acumular estos tesoros en el cielo no es para nosotros. ¿Te acuerdas del momento cuando Jesús entrará al cuarto, en medio de todos los santos, de toda la vida? Es para ese momento, las recompensas que recibimos por fiel servicio al Señor en este mundo serán coronas; tú y yo estaremos en ese salón enorme, y nuestro Señor y Salvador entrará, al verle todos vamos a desear honrarle de alguna manera u otra; de repente un hermano mira sus coronas y se da cuenta que él no las merece, que es Jesús quien es digno de toda honra y gloria; y toma una corona y la lanza en alabanza a los pies de nuestro salvador, y otro hermano, y aún otro hace lo mismo, y tú me ves a mí con gozo estoy lanzando mis coronas a los pies de Jesús, y tú comienzas a hacer lo mismo con alegría en tu corazón. Pero ¿Qué de aquellos que nunca hicieron nada para el Señor aquí en la tierra? ¿Cómo se sentirán? Se sentirán como el niño que va al cumpleaños y no lleva regalos. Si me ves sirviendo al Señor con alegría, en este mundo, quiero que sepas algo, no lo hago por ganancia propia, ya tengo todo lo que necesito en esta vida y diez mil veces más en el cielo; mi Padre celestial se ha encargado de eso, si lo hago, lo hago con alegría, porque sé que tendrá algo con qué apremiar a mi Salvador. Él merece mucho más, pero siquiera un cariñito para mostrarle lo mucho que agradezco lo que hizo por mí, por eso es que le sirvo, y saber que tengo algo para lanzar a sus pies, me trae gran gozo. Vamos a orar. Padre gracias te doy por la oportunidad que nos das de mostrar nuestra gratitud por todo lo que nos has dado. Te pido Señor que nos des las fuerzas que necesitamos para vencer sobre nuestra naturaleza carnal y nuestro enemigo espiritual. Ayúdanos a edificar bien mientras que estamos aquí en la tierra. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 30, 2022
Lo Que Me Trae Gran Gozo

Es Haber Edificado Al Cuerpo De Cristo
Muchos hermanos en la fe se han privado de grandes bendiciones debido al hecho de que piensan que si no pueden hablar en público no pueden servir a Dios. Muchos me han hecho el comentario de que tienen un deseo ardiente de predicar y de enseñar a otros, pero no pueden llevar a término su deseo debido a que le tienen un terror al público. Pero escúchame, Dios no quiere que todos hablemos a grandes cantidades de personas al mismo tiempo; Él no ha dado ese don a cada persona, sin embargo, por medio del discipulado tú puedes predicar, enseñar y entrenar a una persona a servir al Señor a tu propio paso, y en privado. Y eso es lo lindo del discipulado. Pero para discipular tienes que entrenarte tú primero. Quiero que vayas conmigo al libro de Efesios, y vamos a leer en el capítulo 4 los versículos 11 y 12; Efesios 4:11 y 12 dice: “Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. En estos versículos vemos una cadena de eventos que culminan en la edificación del cuerpo de Jesús. Dios ha dado a la iglesia pastores, evangelistas y maestros, para que ellos perfeccionen, o entrenen a los miembros de la iglesia, para llevar a término la obra del ministerio. Y cuando los miembros hacen la obra del ministerio el cuerpo de Cristo es edificado, o sea la iglesia se vuelve más poderosa y fuerte para poder realizar un trabajo más efectivo para el Señor. Muchos hermanos me dicen: “Hermano Ricardo estoy leyendo mi Biblia, estoy orando, y estoy tratando de dar un buen ejemplo con mi vida, pero no me siento satisfecho. Si estoy cumpliendo la voluntad de Dios, para mi vida, ¿Por qué no soy feliz?”. La respuesta es sencilla: es verdad que Dios quiere que leas su Palabra, y quiere que ores, y también quiere que vivas una vida ejemplar; pero Él no está esperando que hagas esas cosas solo para que puedas recibir gozo y contentamiento; Él no está allá en el cielo viendo para abajo diciendo: “Allá está mi hijo leyendo su Biblia otra vez, tengo que enviarle una bendición” o “Mira, está orando, tengo que enviarle otra”. No, ese no es el propósito de estudiar, orar y testificar con vivir una vida ejemplar. Algunos tienen en la mente que, si van al templo los días domingo a cantar, oír el mensaje y hacer una oración, que eso contenta a nuestro Padre celestial y ahora pueden regresar a casa satisfechos de haber cumplido con sus responsabilidades como cristianos. Pero tal pensamiento no es bíblico, ese pensar es más bien satánico. A mí me gusta hacer la comparación de la iglesia con una fábrica, en su niñez Jesús una vez dijo a sus padres terrenales: “¿No sabíais, que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”. Para mí la iglesia es el lugar donde esos negocios se llevan a efecto; la iglesia es una organización con estructura que tiene el fin de representar el producto de la salvación en Cristo Jesús, y entrenar a nuevos empleados para representar bien ese producto. La estructura es bastante sencilla de comprender: Dios, es el dueño; Jesús, es el fundador de la organización; los apóstoles y profetas tomaron los primeros pasos en expandir la organización y poner todo en blanco y negro, para tener algo por medio del cual dirigirnos; los evangelistas, son los encargados de relaciones públicas anunciando a las masas acerca del producto que representamos; los pastores son los supervisores de las diferentes sucursales, las iglesias locales, y son responsables de ver que el producto de la salvación está siendo bien representado en el área que le corresponde; los maestros, están encargados de enseñar a los agentes representantes de la salvación, enseñándoles los principios y reglas del manual escrito por los apóstoles y profetas, bajo inspiración divina del dueño de la empresa espiritual; los santos, son los miembros obreros de la empresa, ellos son los representantes del producto, encargados de llevar el producto al individuo con el fin de que este, lo reciba y se convierta en miembro de la empresa, lo cual hace que la empresa se engrandezca día tras día. Lo maravilloso es que cuando uno se une a la empresa espiritual, no sólo tiene empleo, sino que se convierte en accionista. La Biblia enseña claramente que los que recibimos a Jesús llegamos a ser coherederos con Él, en realidad no sólo nos unimos a la empresa, sino que nos convertimos en familia de Dios al momento de recibir salvación en la persona de Cristo Jesús; siendo que la empresa es en parte nuestra ¿Por qué no vamos a luchar para engrandecerla? Como representantes de la empresa de nuestro Padre celestial, tenemos la responsabilidad de presentar el reino de Dios de la mejor manera que podamos. Esto requiere dedicación, empeño, tiempo y energía; de hecho, requiere nuestra vida total, donde quiera que vayamos somos representantes de Dios, y no existe el momento cuando dejamos de serlo. Toda nuestra vida debe ser una de busca como mejorarnos para representar ampliamente lo que significa el reino de Dios, nuestro proceder debiera ser tal que todo el que se encuentra con nosotros desee unirse a la empresa. Para lograr esto tendremos que ser entregados al estudio de la Biblia, la oración y tener un buen testimonio. Con estudiar la Biblia llegaremos a comprender cambios que necesitamos hacer y métodos que tendremos que emplear para logar nuestra meta de engrandecer la empresa. Con la oración podemos exponer nuestros sentimientos al Padre, quien es dueño de la empresa, contándole los problemas que tenemos, los errores que hemos cometido y pidiéndole que nos enseñe como dirigirnos en ciertas situaciones complicadas. Con nuestro testimonio, estamos mostrando al mundo que creemos que el producto que les presentamos es el mejor, y de vital importancia a la vida, nadie quiere comprar el producto de un vendedor si ni siquiera lo usa el mismo. Muchas personas van camino al infierno hoy por la sencilla razón de que los cristianos, aunque tienen la verdad, no la saben presentar bien, por no vivir de acuerdo a la verdad que tienen, y eso es lamentable. Los cristianos que no viven de acuerdo a las reglas de la empresa están atrasando la extensión de ella, a parte es que necesitan drásticamente de la salvación. Pero ¿Qué tiene todo esto que ver con satisfacción? Tiene que ver mucho porque el hijo de Dios nunca podrá estar satisfecho, a menos de que esté cumpliendo bien sus responsabilidades, como representante de la empresa. Es cierto que puedes estar leyendo la Biblia, orando y asistiendo a la iglesia, pero debes comprender que estas tres actividades no pueden ser el cumplimiento de tu propósito de existencia. Estas tres actividades son instrumentos que Dios te ha dado para auxiliarte en llevar a término tu ministerio, pero no son tu ministerio; tu ministerio es engrandecer el reino de Dios por medio de presentar el evangelio al mundo, y hacer discípulos de Cristo a aquellos quienes reciben tu presentación. Sólo así es que el hijo de Dios puede sentir satisfacción. El pastor no puede sentir satisfacción hasta ver que su congregación está siguiendo en los pasos del Señor, anunciando salvación en Jesús y discipulando a los nuevos convertidos. El maestro no puede sentir satisfacción hasta ver que sus alumnos están desarrollando en sus vidas los principios que Él les ha expuesto en sus enseñanzas. El cristiano miembro de la iglesia no puede estar satisfecho hasta llevar a término el trabajo que Dios le ha entregado. Si tú me dices: “Hermano Ricardo yo estoy leyendo mi Biblia, estoy orando y estoy asistiendo al templo, pero siento que hay algo que me hace falta. No me siento satisfecho, todavía hay un vacío en mi vida”. Mi respuesta es esta: yo me alegro de que estás leyendo y estudiando la Biblia, eso es necesario y es muy importante. Yo me alegro de que estas orando, eso también es necesario; y también me alegro de que estés asistiendo a las reuniones regulares de tu iglesia. Dios quiere que tú hagas esas cosas, pero te está haciendo falta lo más importante ponerte en acción y utilizar lo que has aprendido para engrandecer el reino. Hazlo y verás el gozo que vas a sentir. Vamos a orar. Padre reconocemos que debemos estar activos aquí en la tierra engrandeciendo tu reino, debemos prepararnos, pero al mismo tiempo debemos estar trabajando y poniendo en práctica lo que aprendemos. Gracia Padre por la enseñanza de hoy. Ayúdanos a ser obedientes a tu voluntad. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 29, 2022
Lo Que Me Trae Gran Gozo

Es Haber Peleado La Buena Batalla
En 2 Timoteo 4:6-8, encontramos las siguientes palabras: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. Al escribir estas palabras el apóstol Pablo ya presentía que sus días eran contados, y sin embargo no escuchamos un son de lamento en su voz, lo que oímos es son de seguridad y satisfacción. ¿Cómo es que una persona puede estar cerca de la muerte, y escribir con tanto optimismo? Te diré la respuesta, lo puede hacer únicamente si está satisfecho con su vida, si puede ver atrás en su vida y observar que ha tenido éxito, entonces puede hablar de esta manera. Muy pocas personas pueden hacer esto, yo he visto a ricos morir miserables, al irse dejaron hospitales y buena cantidad de dinero para sus familias, más sin embargo murieron tristes. ¿Por qué? Creo que Lucas 12:15 nos puede revelar la razón, dice: “Guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. O sea que el éxito de la vida no está en la cantidad de dinero que uno ha acumulado durante su tiempo de vida aquí en la tierra. Muchos hombres han levantado hospitales, pero la mayoría lo han hecho no para el bien de otros, sino para ser un monumento a su éxito, como quien hace una estatua de sí mismo para lograr algo de inmortalidad. Y quien hace eso seguramente no estará satisfecho al llegar el día de su muerte pues todo ha sido un acto de egoísmo de su parte. ¿Qué satisfacción puede haber en eso? La única manera en que el hombre puede morir satisfecho es si ha cumplido con el propósito de su existencia. Dios ha creado a todo hombre con un propósito, si el hombre cumple con ese propósito, puede morir satisfecho, si no lo cumple morirá miserable. El apóstol Pablo pudo enfrentarse a la muerte sin ningún resentimiento, en sus propias palabras dijo que había peleado la buena batalla, había acabado la carrera y había guardado la fe. Y esto es el tema que vamos a estudiar hoy, qué quería decir Pablo con esto de pelear la buena batalla, acabar la carrera y guardar la fe. Bueno, cuando Pablo habla de pelear la buena batalla, está hablando de la batalla espiritual, en la cual todos estamos involucrados. Pablo sabía que había algo más importante en esta vida que lo material, hay algo más allá de la muerte física, ese algo es la vida espiritual. Pablo sabía que es aquí en la tierra donde uno escoge su destino eterno, el lugar donde decide uno si va con Cristo al cielo o si va al tormento eterno en el infierno. Durante la primera etapa de su vida Pablo había odiado a Cristo y a sus seguidores, luchó fervientemente para acabar con el cristianismo, pero llegó un día cuando Dios le abrió los ojos, se encontró con Jesús en el camino a Damasco y desde ese día su vida cambió. Si antes luchaba en contra del cristianismo, ahora luchaba con doble dedicación a favor de él. Anteriormente Pablo quería silenciar y dar fin al mensaje del evangelio, pero en Romanos 1:16 él dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Por el evangelio que Pablo antes odiaba, estuvo dispuesto a sufrir encarcelamientos, azotes y aún la muerte. Sí, Pablo peleó la buena batalla, peleó al lado de su Señor con gran valor, peleó fuertemente en contra del enemigo espiritual Satanás. Hubieron veces cuando sus mismos hermanos en la fe le abandonaron, pero siguió adelante. En 2 Timoteo 4:16 y 17, Pablo hace este comentario a Timoteo: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león”. Pablo no sólo peleó la buena batalla espiritual por fuera, sino también por dentro. El apóstol Pablo es la persona que Dios utilizó para hablar de la doble naturaleza de los cristianos: la carnal y la espiritual. Pablo nos enseña en Gálatas 5:16 y 17 que el cristiano debe “andar en el Espíritu y que no debe satisfacer los deseos de la carne, que se oponen a la voluntad de Dios. Pablo dice que el deseo de la carne es contra el Espíritu; y el del Espíritu es contra la carne”. En Romanos 7:21-23 Pablo escribe: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”. Y ¿Qué hizo Pablo para ganar esta lucha interna? Pues, no le era fácil, pero él mismo nos dice en 1 Corintios 9:26 y 27: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea al aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre”. Por estas y muchas cosas más es que Pablo tuvo la satisfacción de decir he peleado la buena batalla. En cuanto a acabar la carrera, el apóstol está hablando de no darse por vencido, muchas personas entran a la carrera cristiana, pero muy pocos terminan la carrera. Unos pocos días después de iniciar la carrera, se dan cuenta que la pista va cuesta arriba, que tienen muchos obstáculos y que hay muchos peligros; ven elsacrificio que tendrán que hacer para llegar a la meta final, y no están dispuestos a pagar el precio; se sientan en la pista y ya no echan pasos para adelante. Seré sincero contigo, es cierto que la carrera que llevamos en esta vida es dura, especialmente para los cristianos de verdad, han habido veces cuando yo ya estaba por detenerme y tirar la toalla, pero mi Señor me dio fuerzas para seguir adelante, y ¿Sabes qué? Me alegro, yo no quiero ser una de esas personas que cuentan que entraron a la carrera pero que luego tuvieron que salir; yo quiero ser como el apóstol Pablo y tener la dicha de decir: “He acabado la carrera” Y esto nos trae al último punto de nuestro estudio, el de guardar la fe. Qué precioso, llegar al final de su vida y haber padecido tantas injusticias, pero todavía decir: “Sé que Cristo es el camino, la verdad y la vida. He dado mi vida por Él. Me han pasado injusticia tras injusticia, y sin embargo no cambio mi mensaje: Estoy dispuesto a sufrirlo todo otra vez, porque sé que lo que tengo es la verdad”. A Pablo lo apedrearon, no cambió su mensaje; lo azotaron, no cambió su mensaje; le echaron preso, no cambió su mensaje; sí, el enemigo hizo todo cuanto estuvo a su alcance para que Pablo perdiera su fe en la persona de Jesús, pero no lo pudo hacer. Al llegar al final de seis días Pablo, con gran satisfacción, pudo decir: “El tiempo de mi partida está cercano, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. Como dije al principio de nuestra enseñanza de hoy el éxito de nuestra vida no está en los bienes materiales que hemos acumulado a través de los años, sino en lo que hemos hecho por Cristo. Alguien ha escrito: “Pronto una vida pasará, sólo lo hecho para Cristo durará”. Si nosotros no hemos cumplido con propósito por el cual fuimos puestos aquí en esta vida, no vamos a partir a la eternidad con cara de gozo, necesitamos pelear la buena batalla, acabar la carrera y guardar la fe; así podemos irnos satisfechos de que nuestra vida fue usada por Dios, para traer honra y gloria a su Santo nombre. Ese será nuestro gozo, el saber que nuestra vida fue útil para el Señor. Vamos a orar. Padre nuevamente llegamos al final de otro estudio, en estos momentos queremos darte las gracias por tu Palabra y por las cosas de incalculable valor que nos enseñas en ellas. Padre hoy hemos hablado de pelear la buena batalla, de acabar la carrera y de guardar la fe; reconocemos que nosotros no podemos emprender esta tarea a solas, necesitamos tu fuerza, necesitamos tu poder. Como tus hijos te pedimos que nos ayudes, queremos que nuestras vidas te sean útiles; queremos tener la satisfacción de verte feliz por medio de honrarte con nuestras vidas. Contéstanos esta petición, porque te la presentamos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 28, 2022
Lo Que Me Trae Gran Gozo

Haber Completado Mi Misión
Por muy pequeña que sea la tarea que nos entreguen, siempre podemos sentirnos satisfechos si la cumplimos a nuestra mayor capacidad; la esposa que prepara el platillo favorito de su marido con amor, siente gran satisfacción cuando oye al marido alabarla por su manera de cocinar. Aún el niño que es enviado a limpiar su cuarto se sonríe de oreja a oreja cuando uno de los padres le dicen bien hecho. Todo esto sucede porque Dios hizo al hombre con la necesidad de avanzar y conquistar. Dentro de cada persona está la necesidad de saber que son útiles para algo, la persona que pierde este sentir busca como quitarse la vida pues, su vida ya no tiene valor. La Biblia habla mucho acerca de esta necesidad que tenemos, haciéndonos ver que cada uno de nosotros tenemos un trabajo que realizar. Cada uno de nosotros somos importantes pues tenemos un trabajo que debemos cumplir. Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Santiago 1:22 dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Estas dos citas son prueba de que el creyente tiene un trabajo que cumplir, es necesario para su propio bienestar cumplir el trabajo que tiene ¿Por qué? Porque el hombre fue creado con la necesidad de cumplir el propósito de su Creador, si no cumple con su propósito su vida no tiene significado; y si su vida es insignificante ¿Para qué vivir? Y esa es la razón por la cual todo creyente debe cumplir con la misión que Dios nos ha designado, esta misión se encuentra en Mateo, capítulo 28, versículos 19 y 20, dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Como hemos visto, en nuestros estudios pasados, es deber de cada cristiano discipular a otros; la razón por la cual uno debe discipular es sencillo el Señor lo ha ordenado, y a menos de que cumplamos con su orden no podemos sentirnos satisfechos; al no sentir satisfacción nos desanimamos y nos sentimos inútiles, tal es el sentir de la vasta mayoría de cristianos hoy día. Nunca fueron discipulados y no están discipulando, no están cumpliendo el propósito por la cual fueron llamados por Dios; por lo consiguiente son cristianos tristes. Como miembros de una iglesia local es nuestro deber asegurar, no sólo que nuestros amigos y familiares conozcan a Jesús como Salvador, sino que le sigan en el bautismo, identificándose con Él y que se instruyan para servirle. No hemos cumplido nuestra misión hasta que nuestros amigos tomen estos tres pasos. Claro está, que sentiremos satisfacción con cada paso que dan; pero no estaremos totalmente satisfechos hasta haber cumplido con nuestra misión en la vida de ellos. La nueva pareja se siente satisfecha al ver el nacimiento de su primer hijo, pero no están totalmente satisfechos porque la tarea de padre no ha sido cumplida; ambos padres se gozan cuando el bebé se identifica con ellos por medio de decirles mamá y papá; pero no están totalmente satisfechos porque aún no terminan sus deberes como padres. Pero cuando el hijo puede defenderse por sí solo, debido a la buena educación que le han dado, y sale del hogar para formar su propio hogar, entonces los padres pueden sentir la completa satisfacción de haber cumplido sus responsabilidades como padres, si es que hicieron correctamente su trabajo. De igual manera, el cristiano no puede sentir completa satisfacción hasta cumplir su misión de discipular. El primer grado de satisfacción viene cuando uno guía a otro a los pies de Jesucristo; qué gozoso es hablar a otra persona de su necesidad de arrepentirse y aceptar a Jesús como Salvador. Pienso que una de las bendiciones más grande que hay en la vida es ver el nacimiento de una persona en la familia de Dios; oír a la persona pedir perdón de sus pecados; e invitar a Cristo a entrar en su corazón para ser su Salvador y Señor; saber que esa persona ha pasado de muerte a vida, y que ya no hay condenación para ellos. Qué tremendo se siente ser usado por Dios para librar a un alma de las llamas del infierno, el saber que Satanás ha sido derrotado una vez más, es suficiente para traer una sonrisa al rostro de cualquier soldado de Jesús. Pero eso no es el fin de la misión, es apenas el inicio, todavía hay mucho trabajo qué hacer; y no puede haber completa satisfacción en este momento debido a que falta mucho por hacer. El segundo grado de satisfacción vendrá cuando el nuevo creyente toma el paso de bautizarse, identificándose así con Cristo; eso es motivo de gozo porque es un acto externo de lo que ha sucedido dentro de su corazón; es el momento cuando el nuevo creyente dice: “Soy hijo de Dios, he aceptado a Cristo; he muerto al pecado; y he sido resucitado, o he resucitado a una nueva vida en Jesús”. Muchas personas dicen aceptar a Cristo, pero no muchos siguen al Señor en bautismo, ¿Por qué? Simplemente porque el bautismo es algo visible. En cierta forma es algo, comprometedor, ya se sabe que al tomar este paso de obediencia ahora lo tendrán que seguir con otro, y aún con otro. Es un paso positivo que indica el deseo del cristiano de ser obediente y de luchar por la verdad; es un paso que indica que uno pertenece al ejército del Señor y por eso trae gran gozo a los demás discípulos de Jesús; porque ahora hay otro compañero combatiente que les ayudará en la lucha contra el mal. Sí, es un paso que trae gran satisfacción, pero no es el fin; aún falta mucho que aprender; aún faltan muchas batallas por delante; el bautismo no trae experiencia y madurez, es un paso necesario que trae satisfacción, pero no satisfacción total; aún no se ha cumplido la misión; aún no termina el discipulado. El tercer grado de satisfacción viene con la enseñanza de la Palabra de Dios, y el preparar al discípulo para enfrentarse al enemigo por medio de entrenarle en guardar las enseñanzas de Jesús. Cuando digo guardar no quiero decir poner las enseñanzas de Jesús en un lugar seguro bajo llave, un amigo me hizo ver que la mayoría de los cristianos cumplen bien esto de guardar las enseñanzas de Jesús, las tienen tan bien guardadas que ellos mismos no saben dónde están; pero en este caso guardar las enseñanzas de Jesús es cumplirlas. Claro está, que para cumplirlas primero tenemos que saberlas, y es el trabajo de nosotros pasar la enseñanza de nuestro Señor a nuestros hermanos nuevos en la fe. De eso se trata el discipulado, al terminar este paso, y al ver el nuevo discípulo practicando lo que ha aprendido por medio de discipular a otro, nuestro corazón se llena de gozo; es en ese momento que podemos ver a la persona a quien hemos entrenado, esta persona con quien hemos gastado nuestras energías, y decir Misión Cumplida. ¡Qué satisfacción! Sin embargo, nuestra vida no ha terminado, por lo tanto, seguimos adelante cumpliendo misión tras misión; con cada persona que discipulamos nuestro gozo aumenta; con cada persona que discipulamos nos sentimos más satisfechos; ¿Por qué? Porque estamos cumpliendo con el propósito por el cual fuimos llamados a ser hijos de Dios. Estamos caminando en los pasos de nuestro Señor, pasando sus enseñanzas de generación a generación, hasta que Él regrese por nosotros; y conste, que yo soy del pensar que ya no nos queda mucho tiempo, necesitamos discipular al mundo y necesitamos hacerlo ya. Si no has tenido la dicha de tener a alguien quien te enseñe, pues pide nuestro curso bíblico por correo, estúdialo, comparando su enseñanza del estudio con la Biblia para asegurarte de que es la verdad, y comienza a enseñar a otro lo que has aprendido. Esto te lo digo por tu propio bien, porque nunca serás feliz y satisfecho hasta cumplir con el propósito y mandamiento de Jesús, y su mandamiento es discipular. Vamos a orar. Padre, hoy hemos reconocido, que no hemos cumplido nuestra misión hasta que nuestros amigos y familiares te hayan recibido, seguido en el bautismo y hasta que hayan aprendido a cumplir con tus enseñanzas. Te pido que nos implantes un deseo ardiente de discipular a otros, porque solo así es querealizaremos el trabajo que nos has dejado. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 27, 2022
Lo Que Me Trae Gran Gozo

El Saber Que Mis Hijos Caminan En La Luz
Siempre me he gozado al ver la cara de un padre cuando le cuentan algo bueno que su hijo ha hecho. Ese padre puede hacer todo lo que quiere para tapar su contentamiento, pero le es imposible. Puede luchar por mantener una cara sin expresión, pero de repente las esquinas de sus labios comienzan a subir y un brillo llega a sus ojos; es que no puede contener el gozo, el cual es producto de su satisfacción. Hoy deseo que consideremos un aspecto diferente del discipulado. En series pasados nosotros hemos notado que el discipulado es algo que involucra mucho trabajo, tiempo y energía, pero el discipulado tiene sus recompensas también; al discipular a alguien no sólo obtenemos la satisfacción de saber que estamos cumpliendo con el mandato de nuestro Señor, de ir y discipular a todas las naciones, sino que también tenemos el gozo de ver crecer en el Señor a la persona que estamos Discipulando. Y cada vez que esa persona hace algo productivo traerá gozo a nuestras vidas, porque nosotros habremos tenido parte en su educación y vida. Si tienes tu Biblia quiero que busquemos 3 Juan, capítulo 1, y vamos a leer el versículo 4 para entrar al estudio de hoy. 3 Juan 1:4, dice así: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”. Este será nuestra última serie de estudios concerniente al asunto de discipulado, antes a esto hemos pasado unos cuarenta y cinco estudios hablando sobre este maravilloso tema. Es maravilloso porque es parte de la vida cristiana, de hecho, el discipulado es como mostrarnos a Dios que le amamos; es nuestra obediencia a Él; es servirle por medio de servir a otros en su nombre. Y esta serie de estudios lleva por título: “Mi mayor Gozo”. Vamos a ver en los siguientes días por qué vale la pena discipular y cómo es que puede traernos gozo. Yo siempre he sido del pensar que los padres verdaderos de uno son aquellos quienes lo crían y lo educan y le dan amor. En nuestros días es difícil encontrar buenos padres. Yo tengo un hermano adoptado a quien amo igual que a mis demás hermanos, quizás le doy más preferencia a él, que a los otros por el simple hecho de que él es el menor. Mi hermano no conoce a sus padres naturales, y si los conociera estoy seguro de que los saludaría con cariño, pero no habría aquel amor que tiene para mis padres. ¿Por qué? Porque ellos no lo criaron; no le han invertido sus vidas. He dicho esto porque cuando una persona trae a otro a los pies de Cristo, y comienza a criarlo en las cosas del Señor, discipulándole, se convierte en su padre espiritual. Cuando Juan dijo “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”, él no hablaba de hijos naturales, él hablaba de aquellos a quienes él había criado en el Señor. En este caso él hablaba de un discípulo en particular, hablaba de un hombre llamado Gayo. En algún momento de su vida Juan había adoptado a Gayo; y le había invertido tiempo, energía y trabajo: le había instruido en el camino del Señor; ahora Gayo ha salido al mundo y está practicando lo que Juan le ha enseñado. Otros han visto el trabajo de Gayo, vienen a Juan y comienzan a contarle como Gayo ha hecho esto y lo otro para el Señor, viviendo una vida ejemplar. Y ¿Cómo se siente Juan? Claro que sí, se siente orgulloso de su hijo en el Señor; se siente igual como el padre de un futbolista cuando su hijo mete su primer gol. ¿Y tiene derecho de sentirse así? Por supuesto, ¿Acaso no invirtió, su tiempo y vida para obtener tal resultado? ¿Quién no se va a sentir orgulloso? Yo tengo hijos espirituales en diferentes lugares, y siempre siento gran gozo cuando alguien me cuenta del buen trabajo que están haciendo para el Señor. Uno se goza más al oír de otros acerca de un hijo, que al estar uno mismo con el hijo. Esto es así porque los hijos muchas veces actúan de una manera con los padres, y de otra manera cuando no están con ellos; al oír de otros que el hijo de uno anda bien y que está progresando, uno tiene la satisfacción de saber que el tiempo, dinero y energía que uno invierte en la vida del hijo, no ha sido perdido, sino que está dando buen resultado. Es el mismo sentir que tiene el agricultor cuando recoge la cosecha, el gozo que Juan siente en nuestro texto es ver la cosecha de lo que él había sembrado en la vida de Gayo. Juan había instruido a Gayo en las cosas del Señor, pero no podía estar seguro de haber sembrado en buena tierra. Juan había hecho todo lo posible, dando a Gayo toda la información necesaria para capacitarle en servir a Dios, pero no podía esforzar a Gayo poner en práctica lo que había aprendido. Gayo podía haberse alejado de las cosas de Dios al salir al mundo, Juan estaba simplemente esperando; y al fin llega la palabra Gayo está progresando en la fe; y el gozo que Juan siente es inexplicable. El gozo que siente es resultado de haber tenido éxito, las horas de enseñanza y entrenamiento dieron resultado. Todos quienes conocían que Gayo era discípulo de Juan podían felicitar a ambos por un trabajo bien hecho. Juan pudo haber sido egoísta invirtiendo su tiempo en cosas que fueran placenteras para él. Él no tenía que instruir a Gayo, pero por cumplir con el mandamiento de Jesús y por amor a Gayo tomó el tiempo para discipularlo y tuvo éxito. Se puede decir que Gayollevaba en su vida parte de la vida de Juan. Y cuando el discípulo tuvo éxito, el maestro tuvo éxito. Cuando el hijo tiene éxito, el padre tiene éxito. De eso se trata. Muchos cristianos no tienen gozo en sus vidas, porque no están discipulando. Ya hemos recibido de Dios el mandato de ir y hacer discípulos, si no cumplimos con ese mandato, no podemos estar contentos porque para tener éxito en la vida uno tiene que cumplir con el propósito de su existencia. El propósito de nuestra existencia como cristianos, aquí en el mundo, es el de engrandecer el reino de Dios por medio de ser obedientes a su mandato de discipular. Tenemos que procrear espiritualmente, es nuestro deber entrenar a nuestros hijos espirituales para que ellos puedan entrenar a sus hijos espirituales, y así sucesivamente. Y al ver que los hijos de uno han entendido este concepto, y están haciendo su parte, tiene que traernos gozo. Conste que no todos los hijos van a cooperar. Yo he tenido varios hijos a quienes he discipulado, invirtiendo mi vida en ellos, pero quien ahora son una vergüenza para mí. Después de años de estudio, tiempo, dinero y energía han vuelto al mundo. Son dolor para mi vida, lo único que puedo hacer para ellos es, es orar. Pero no debo permitir que eso me desanime, también he tenido hijos que son de gran bendición a mi vida, están sirviendo al Señor y trayendo a otros a los pies de Jesús, ellos han discipulado y yo tengo el gozo y privilegio de ser parte de todo lo que hacen, porque permití al Señor usar mi vida para ayudarles en crecer espiritualmente. Y de eso se trata la vida cristiana. Puedes tú decir como Juan: ¿No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad? ¿A cuántas personas has ayudado a avanzar en las cosas del Señor? ¿En quién has invertido tu tiempo enseñándole a leer y estudiar la Biblia, orar y testificar a otros de Jesucristo? ¿A nadie? Sabes, discipular no es algo que los cristianos podemos hacer si así lo deseamos, no es una opción o una alternativa; discipular es nuestro deber. ¿Por qué no buscas alguien hoy en quien invertir tu vida? Al ayudar a otro a conocer la salvación y al instruirle en el camino del Señor, pronto podrás decir desde lo más profundo de tu corazón: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”. Vamos a orar. Padre gracias te damos por todos aquellos quienes han tomado esta enseñanza en serio y que han decidido en sus corazones empezar hoy a discipular. Te pido que pronto puedan ellos conocer el gozo que Juan menciona en nuestro texto. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 26, 2022
Discipulando A Otros

Multiplicación versus Adición
Uno nunca abre un negocio para salir perdiendo dinero, si invertimos nuestras finanzas en una empresa es con el fin de multiplicar y aumentarle a nuestra inversión. Ya llevamos tiempo estudiando sobre el asunto de discipular; hemos hablado de lo que significa haber aceptado a Cristo; de una nueva perspectiva; de identificarnos con Cristo; del Espíritu Santo; de la Biblia; de la oración; de nuestro ministerio; de la iglesia; y ahora de cómo discipular a otros. En total hemos hecho cuarenta y cinco estudios sobre el tema de discipulado, y nos faltan cinco más después del estudio de hoy, para terminar nuestra la serie.   He dicho todo esto porque discipular es un trabajo, es trabajo de Dios. Es una empresa de Dios. Pero es una empresa espiritual, que paga espiritualmente. El mundo hoy día se preocupa únicamente por lo material, las personas quieren obtener dinero y más dinero. Todo esto está bien, con la excepción de que el dinero y cosas materiales pierden su valor, pues, no son cosas eternas. Jesús dice en Mateo 6:19-21: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. En otra ocasión Jesús dijo estas palabras que encontramos en Mateo 16:26: “Porque, ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo y perdiere su alma?”. Yo me he dado cuenta de esta verdad, tú me dices “Hermano Ricardo ¿Por qué predicas? ¿Por qué pierdes tu tiempo hablando de la Biblia y de cosas espirituales?”. Mi respuesta es sencilla: en primer lugar, no es pérdida de tiempo; y en segundo lugar, porque como hijo de Dios, estoy metido en los negocios de mi Padre. En su empresa tengo la responsabilidad de engrandecer su reino. Lo hago porque amo a Dios, y porque mi Padre celestial ama al hombre. Mientras que otros están acumulando sus bienes aquí en la tierra, yo estoy invirtiendo mis tesoros alla en el cielo. ¿Por qué trabajo con empeño? Porque las recompensas que uno recibe, la gratificación y satisfacción que hacer algo que alaba a Dios, son mayores de acuerdo a la inversión que uno hace; como en cualquier negocio si inviertes poco, sacas poco. En el asunto del discipulado las reglas son iguales, si uno invierte poco trabajo en discipular, los resultados serán pocos; pero si uno le invierte trabajo los resultados son de incalculable valor. El problema con el cristianismo hoy es que los obreros no han invertido sus vidas en el negocio del Padre celestial. El discipular es asunto serio, lleva tiempo, energía, lleva dinero. En la gran comisión que Jesús dio a su iglesia, Él especificó la necesidad de convertir, bautizar y enseñar. Los obreros hoy hacen buen trabajo de hacer ver a otros su necesidad de recibir a Jesús, y a veces convencen a los nuevos creyentes de seguir en el paso del bautismo, pero no están dispuestos a invertir el tiempo necesario para enseñar acerca de la vida cristiana y lo que Dios espera de nosotros como hijos. A través del tiempo el asunto de discipular ha sido sepultado. A consecuencia de ello, lo que tenemos hoy es un montón de cristianos infantiles que están más involucrados en lo material, que en lo espiritual. En realidad, no se les puede culpar a ellos, porque sus hermanos mayores en la fe fallaron por no enseñarles sus deberes y responsabilidades como hijos de Dios. Sin embargo, no hay excusa porque el Espíritu Santo, quien mora en cada creyente, dará a entender a cada hijo de Dios la necesidad de discipular. Y te digo, que algún día los que hemos recibido a Jesús como nuestro Salvador, rendiremos cuenta a Dios por no haber discipulado a otros. Te digo que yo ya estoy cansado de personas que dicen que son mis hermanos en la fe, pero que bailan, fuman, toman, engañan, mienten, y viven al igual que cualquier otra persona. Estoy cansado de hablar de Cristo a las personas, sólo para que me señalen a un tal hermano y me digan: si eso es el cristianismo, yo no quiero tener nada que ver con ello. Ya es tiempo de que invirtamos nuestras vidas en el negocio de nuestro Padre celestial, ¡Ganemos almas!, bauticemos, pero también es necesario que enseñemos a los recién convertidos guardar todas las cosas que Jesús nos ha mandado. Y tú que acabas de recibir a Jesús, como tu Salvador, escúchame bien: yo me alegro de que hayas recibido a Jesús como tu Salvador; esa es la decisión más importante que has hecho; te felicito, eres salvo, ya no hay condenación para ti porque has pasado de muerte a vida. Sin embargo, déjame recordarte que ahora eres un hijo de Dios, y como hijo eres responsable de representar bien a tu Padre celestial. Efesios 2:10 dice que tú eres “hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduvieras en ellas”. O sea, que Dios te ha llamado a ser su hijo, pero con un propósito, y el propósito es de servirle por medio de engrandecer su reino trayendo a otros a los pies de Jesús, y capacitándolos para que ellos hagan lo mismo. Y eso es discipular. Así que no importa cuánto tiempo tienes de haber aceptado a Jesús, ya necesitas hablarle a otro y enseñarle las cosas que tú ya sabes. La razón por la cual uno tiene hijos es para que crezcan y tengas hijos, y así la familia vaya creciendo, fortaleciéndose y aumentando cada día en número. Si no se practicara la procreación de hijos la raza humana ya no existiera, así también el cristianismo se moriría si nosotros no esparciéramos la semilla del evangelio. Seguro está que uno desea tener hijos inteligentes, por eso uno hace todo lo que está a su alcance para darles una buena educación, lo mismo debe hacer el cristiano: debe evangelizar y cuando la persona recibe a Jesús, puede ser considerado como el hijo espiritual de uno, y ahora es tiempo de educarlo en los caminos del Señor. Pero ¿Por qué discipular? ¿No sería mejor sólo dedicarse tiempo a la salvación de almas? Discipular lleva tiempo, nosotros sabemos que el tiempo es corto, ¿Por qué perder el tiempo entrenando y discipulando, cuando podríamos estar presentando el evangelio veinticuatro horas al día? La respuesta a esas preguntas es también sencilla: es porque es más rápido multiplicar que sumar. Jesús sabe bien lo que hace, y Él nos manda que discipulemos. Quiero que pienses bien en lo que te voy a decir y luego entenderás la necesidad de discipular: imaginémonos a una persona que gana a una persona diariamente para Cristo, después de diez años esta persona habría ganado a 3,650 personas en Cristo. Tremendo ¿Verdad? Lo único malo es que los 3,650 no son fieles porque nadie les enseñó sus deberes como hijos de Dios. Pero, por otro lado, vamos a suponer que yo gano a una persona cada seis meses; y le enseño sus deberes como hijo de Dios; y le enseño a hacer la misma cosa que hago yo, los primeros seis meses somos dos; al final del año somos cuatro; en los primeros seis meses del segundo año somos ocho; al final del año somos dieciséis. En los primeros seis meses del tercer año somos treinta y dos; al final del año sesenta y cuatro. Y así vamos multiplicando discípulos firmes en el Señor, al final de los diez años el compañero se ganó a 3,650 almas para Cristo, pero el que discípulo, por medio de multiplicación, se ganó a 262,144 personas, cada seis meses su número dobló, por eso es que Jesús nos manda a discipular. ¿Te das cuenta del cambio que podría haber en tu ciudad si todos los miembros de tu iglesia discipularan? Tú podrías comenzar el movimiento, lo único que te costará es tu vida. ¡Hazlo! Jesús te lo ordena. Vamos a orar. Padre en estos momentos vengo a pedirte que uses el estudio de hoy para despertar en nosotros un interés tremendísimo en el asunto de discipular. Señor por algún motivo el discipulado ha sido apartado a un lado cuando debiera ser lo primordial en la vida de cada uno de tus hijos. Te pido que nos ayudes a comenzar hoy debidamente la comisión de nuestro Señor Jesucristo. Te lo pido en su nombre. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 23, 2022
Discipulando A Otros

Entrenando A Los Discípulos
¿Por qué será que la mayoría de los cristianos nunca crecen espiritualmente? Buen número de personas reciben a Jesús como Salvador cada año, y sin embargo no se ha visto que el cristianismo avance a gran paso, ¿Por qué? La respuesta es sencilla, lo que sucede es que la mayoría de los creyentes no reciben entrenamiento. Lo podríamos comparar a soldados que son reclutados al ejército y enviados a pelear a la batalla sin haber aprendido a usar las armas que les fueran proporcionadas; sin haber cómo defenderse pueden hacer dos cosas: morir o correr.   En la mayoría de los casos cuando una persona recibe a Jesús como Salvador, les damos un abrazo por unirse al ejército del Señor, les entregamos una Biblia proporcionándoles su arma y los enviamos al mundo a pelear con el ejército de Satanás sin ningún entrenamiento: o mueren o se corren. Y por eso el movimiento cristiano no avanza con más rapidez. Lo que necesitamos hacer es entrenar a nuestros soldados, necesitamos discipularlos y capacitarlos para servir con más eficiencia. El mandato de nuestro Señor no ha sido “Id y ganad almas”, su mandato es completo, Él dijo con gran claridad en Mateo 28:19 y 20: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. El sólo ganar a una persona para Cristo, convenciéndole de recibir a Jesús como Salvador, no es cumplir con este mandato. No hemos cumplido tampoco cuando la persona entra al bautisterio; no hemos cumplido hasta que hayamos entrenado a nuestro hermano, o hermana en la fe, en las cosas de nuestro Señor. Al entrenar a una persona cristiana hay tres cosas que deseamos instalar en sus vidas: seguridad, buen conocimiento de sus armas espirituales y mucho, mucho amor; si logramos sembrar esas tres cosas en su vida, entonces estará preparado para pelear. Seguridad es lo primero que debemos enseñar al nuevo soldado espiritual. Él necesita entender que no está a solas en esta batalla; debe comprender que él es parte de un movimiento grande por engrandecer el reino de Dios aquí en la tierra; debe comprender que cuando tiene un problema, que en vez de tratar de esconderlo debe comunicarlo para que los demás puedan ayudarle. He visto a tantos soldados del Señor salir derrotados y heridos porque no querían que los demás se dieran cuenta de que ellos tenían un problema con pornografía, licor, chismes, o cualquier otra cosa. En vez de pedir ayuda se hicieron los fuertes, pues tuvieron miedo de ser menospreciados; y lo triste es que, al caer herido en batalla por su debilidad, causaron la caída de otros también. Todo soldado debe tener la seguridad de poder pedir ayuda con sus debilidades, sin ser menospreciado por los demás, debe comprender que cada uno de los creyentes tenemos nuestros propios puntos débiles, y es ahí donde Satanás va a atacarnos. Debe también tener la seguridad de que no importa lo que sucede, él es hijo de Dios y no hay nada que puede cambiar eso; él debe comprender que el momento en que recibe a Jesús como Salvador, su nombre está escrito en el Libro de la Vida, ha pasado de muerte a vida, y que ya no hay condenación para él; debe comprender que lo que fue salvo fue su espíritu y no su cuerpo, y que su espíritu que acaba de nacer de Dios no puede pecar. Yo sé que hay algunos que creen que hay un ángel allá en el cielo con un lápiz de grafito escribiendo los nombres de uno en el Libro de la Vida cuando recibe a Cristo, y borrándolo cuando comete una falla, pero déjame decirte algo mí nombre está escrito con la sangre preciosa de Cristo Jesús y nadie lo puede borrar. Yo he cometido muchas fallas en mis años de ser cristiano, y lo que me hizo levantarme no fue el pensar que podría perder la vida eterna, yo no me gané la vida eterna; Jesús la ganó para mí; y mi confianza no está en mi capacidad de mantenerme tampoco, mi confianza está en Jesús. Yo no pude ganar mi salvación ni puedo mantenerla; yo no soy mi propio salvador, Jesús es quien me salva y Él me mantendrá a salvo, y eso es lo que me da fuerza para seguir adelante. Pablo dice en Romanos 7:21: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí”. Y el mal va a estar en nosotros hasta que muramos o hasta que Cristo venga por nosotros. ¿Lo que tenemos que hacer es que nuestra carne se vuelva espiritual? No, eso es imposible, pero si podemos hacer que nuestra carne se sujete al Espíritu, y obedecer al Espíritu, y algún día Cristo nos librará de este cuerpo miserable que intenta detenernos de hacer la voluntad de nuestro Padre. Comprendiendo esta verdad, el soldado puede entrar a batalla y luchar con fuerzas, sabiendo que nadie puede arrebatarle de la mano de Jesús. Otra cosa importante es que el soldado sepa cuáles son sus armas, y cómo manejarlas. En estudios pasados hemos hablado de la Biblia, la oración y el testimonio; estas son las armas del discípulo de Jesús. El soldado que quiere ser experto en guerra espiritual tendrá que conocer bien la Palabra de Dios, no sólo saberla intelectualmente sino saberla aplicar a las diferentes situaciones de la vida. La oración es un arma sumamente peligrosa, aunque no entendamos bien su función, sí sabemos que ser negligentes en la oración es debilitar grandemente nuestro potencial como soldados; aunque Dios ya conozca nuestros pensamientos Él quiere que sus hijos estén en constante comunicación con Él, expresando sentires y pidiendo ayuda. Muchas batallas espirituales han sido ganadas con la oración, y muchas han sido perdidas por falta de ellas. En cuanto al testimonio, pues, sabemos que el uniforme no hace al soldado; el hecho de que una persona lleve una Biblia bajo el brazo y vaya bien vestido a la iglesia no significa nada. Su comportamiento en el cuartel, la iglesia, es importante; pero es más importante su forma de actuar en el campo de batalla; su hablar y actuar debe ser el hablar y actuar de un hijo de Dios. Diariamente debe crecer en conocimiento y fuerza, entró al ejército como soldado raso, pero cuando su Señor venga por él debe encontrar todo un general hecho y derecho. Y, por último, el discípulo debe ser enseñado a amar, debe tener mucho amor para Dios y para el ser humano que está siendo engañado por Satanás. Tendrá que tener tanto amor para Cristo que esté dispuesto a sacrificar sus propios deseos para hacer la voluntad de Dios en su vida. Siendo discípulo tendrá que hacer lo mismo que hizo Jesús cuando se despojó de sí mismo para ayudar a la humanidad. Aprenderá a amar sin esperar nada a cambio. El discípulo de Jesús no ha sido entrenado hasta que estas cosas básicas hayan sido establecidas en su diario vivir, estas cosas deben llegar a ser tan natural para el soldado del Señor, como lo es el respirar, comer y dormir; el discípulo debe tener seguridad, conocer bien sus armas y tener y practicar el amor. ¿Cómo llegará a darse cuenta estas cosas? Pues, de sus hermanos mayores en la fe, no del pastor, no del evangelista, no del maestro de escuela dominical; lo debe aprender de ti. Es de mí pensar que toda persona que recibe a Jesús debiera caer de inmediato bajo la supervisión de un hermano mayor. Este hermano o hermana tendrá la responsabilidad de ayudar a su hermanito crecer en la fe, algún día ese mismo hermanito crecerá y tendrá la responsabilidad de entrenar a otro; y esto es discipulado Vamos a orar. Padre hemos llegado al final de otro estudio de discipulado, pero de nada sirve que tengamos esta enseñanza de tu Palabra, si no la vamos a aplicar a nuestras vidas. Señor te pido que nos perdones por ser tan negligentes con nuestros hermanitos. Ayúdanos a discipular, así como nos lo ordena nuestro líder y capitán Jesús. Te lo pedimos en su nombre. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 22, 2022
Discipulando A Otros

Evangelizando
Evangelismo es la práctica más común del discípulo de Jesús. Es así porque evangelizar es un mandato a todo discípulo. No es algo que puede elegir hacer uno, si es que lo desea hacer, es algo obligatorio. Uno no puede llamarse discípulo de Jesucristo, sino comparte el evangelio con otros, en Marcos 16:15 encontramos este mandato de Jesús a sus discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.   ¿Y qué es el evangelio? El evangelio es la buena noticia de que hay esperanza para el hombre pecador en la persona de Cristo Jesús. El apóstol Pablo dijo en Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. El evangelio es el mensaje que anuncia que el hombre pecador, quien está condenado al infierno, puede ir al cielo si tan solo se arrepiente de sus pecados y acepta a Jesús como su único y suficiente Salvador. Es el mensaje más precioso que uno podría proclamar, y sin embargo hay quienes tienen pena de anunciarlo, pues temen ser acusados de locos. Pero gracias a Dios el verdadero discípulo de Jesús no teme anunciarlo; él sabe lo que ha sucedido en su ser; él conoce el poder del evangelio; él sabe que al principio se van a burlar de él, pero que luego se van a dar cuenta que su mensaje es verás; y prefiere ser ridiculizado hoy, que le llamen loco a ser acusado de poco amor en el futuro. Yo prefiero que se burlen de mí hoy, y no que en el futuro me miren con odio y me digan ¿Por qué no me avisaste de esto? El tiempo es tan corto, quizás nosotros pensemos en la vida como una gran cantidad de años y consideramos a cien años como si fueran mil; pero la vida, en comparación a la eternidad, es sólo un segundo. Santiago 4:14 dice que nuestra vida es como “neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece”. En vista de esta realidad el discípulo debe aprovechar cada oportunidad que tiene de compartir el evangelio con otros. Porque podría ser la última vez que él tiene para compartirlo con alguien, o podría ser la última vez que la otra persona tendrá la oportunidad de escucharlo. El refrán “El tiempo es oro” es verídico, y debido a ello es que el discípulo de Jesús se preocupa, o necesita preocuparse por usar bien su tiempo buscando oportunidades para compartir su testimonio, y aprovechando cada oportunidad que se le presenta. Teniendo en mente lo valioso que es el tiempo, quiero compartir algunas cosas que pienso servirán para aprovechar las oportunidades a lo máximo. Quiero compartir algunos principios que podemos utilizar en nuestro diario evangelizar. Una cosa que podemos hacer es buscar la oportunidad de pedir un favor, esa es una manera magnífica para comenzar una charla con alguien; Jesús usó este medio cuando pidió a la mujer samaritana que le diera de beber, no le pidió algo difícil de hacer, ni algo que fuese fuera de lo común; Jesús tenía sed y le pidió que le hiciera el favor de darle agua. Esto sorprendió a la samaritana, porque los judíos nunca se humillarían a pedirle un favor a un samaritano, preferirían morir. Nosotros vivimos en un mundo de autosuficiencia donde pedir un favor es indicar debilidad, sin embargo, cada persona tiene necesidad de ser útil, y cuando ayudamos a otros a entender que ellos son importantes, entonces hemos logrado algo bueno por muy pequeño que sea el favor. Yo he entablado buenas conversaciones con todas clases de personas por medio de pedir favores insignificantes como “¿Podrías explicarme lo que significa esto?” o “¿Podrías tenerme estos libros mientras me amarro el zapato?”; o “¿Sabes tú cómo se hace esto?”. Claro está que algunas cuantas personas no tiene tiempo, pero la mayoría de las personas sí, y esto abre la puerta a una amistad la cual nos permite entrar al corredor de evangelizar. Sólo una advertencia antes de continuar no pidas cosas difíciles como “¿Podrías cambiarle la llanta a mi carro?” o “¿Podrías darme dinero?”. Pide favores sencillos, que no cuestan, queremos abrir puertas, no cerrarlas. Otra cosa que podemos hacer para evangelizar es llamar la atención con algo llamativo, cuando Jesús habló con la samaritana Él despertó en ella un interés con las palabras: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber; tú le pedirías y Él te daría agua viva. Cualquiera que bebiera de esta agua volverá a tener sed; más el que bebiera del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás”. Seguro está que la samaritana quería saber más acerca de esta agua que le saciaría la sed para siempre, y es así como Jesús le agarró la atención, y luego pudo hablarle de su necesidad de la salvación. Jóvenes pueden usar playeras o camisetas que lleven palabras que llamen la atención, permitiéndoles testificar de su salvador. El otro día miré a un joven con una camiseta que llevaba las letras: “D.N.H.T.C.T.”, al preguntarle qué significaban esas letras me dijo: “Dios No Ha Terminado Conmigo Todavía”, y entró a una conversación explicándome de cómo Jesús había entrado en su vida y cómo Dios diariamente le estaba ayudando a vencer obstáculos en su camino. He visto a otros usar un prendedor por ejemplo de un anzuelo, cuando otros le preguntan: “¿Qué significa ese anzuelo?”, ellos responden: “Significa que soy un pescador de hombres” y comienzan a ganarles para Cristo. Una cosa muy importante que debemos recordar en cuanto a evangelizar, es no dejar que nos desvíen de presentar a Cristo, cuando Jesús estaba hablando con la samaritana ella intentó, sin querer hacerlo, desviarse del tema de su necesidad de salvación varias veces; pero Jesús siempre regresaba al tema de su salvación. Muchas veces al hablar con otros ellos te harán preguntas bíblicas que no tienen nada que ver con ser salvo y aceptar a Cristo. Al tratar de desviarnos del tema debemos usar astucia, ser cortés y regresar al tema, si no nunca llegaremos a ninguna parte. Necesitamos comprender que esta podría ser la última vez que alguien les puede hablar de Cristo, no debemos desviarnos del tema. Uno de los errores más comunes en evangelizar es el de hacer menos los pecados que la persona ha cometido, al evangelizar uno tiene que decir la verdad, no medias verdades; la verdad es que todos somos pecadores y a menos de que recibamos a Cristo como nuestro Salvador, vamos a terminar en el infierno. Podemos ser excelentes personas a vista del mundo, pero a la vista de Dios el hombre es pecador. Yo he visto a muchos evangelizar diciendo: “Pero recibir a Jesús no tienes que dejar de hacer nada de lo que estás haciendo, lo importante es recibirle”, pero eso, eso es completamente falso, uno no puede recibir a Jesús como Salvador a menos de que esté dispuesto a abandonar todo para Él; no puede haber fe en Jesús sin antes haber arrepentimiento en el corazón del pecador y seguro está que la persona no podrá dejar de hacer lo que hace sin antes recibir a Jesús, pues es Jesús quien hará el cambio en su vida. Pero si tiene que haber un reconocimiento de que estoy viviendo en pecado y que ya no deseo continuar viviendo de esa manera, tiene que haber ese reconocimiento. Lo más importante en cuanto al evangelizar a otros es ser sensitivo al liderazgo del Espíritu Santo. Si somos sensitivos a su dirección Él nos guiará en todo el proceso ayudándonos con las palabras que vamos a decir y haciendo su trabajo en el corazón de la persona que nos está oyendo. Es necesario vivir con el pensamiento de lo más importante en el mundo; y lo más importante no es alcanzar dinero, sabiduría ni fama; lo más importante es alcanzar salvación, y esto sólo se obtiene por medio de recibir a Jesús como Salvador. Así que lo más importante para nosotros los discípulos de Jesús es evangelizar y debemos hacerlo todo el tiempo, debemos evangelizar con nuestras palabras y acciones. El mundo debe oír de Cristo. Vamos a orar. Padre, así como Satanás y sus agentes venden su producto destructor al hombre, así nosotros también debemos representar a Cristo, no para la destrucción del hombre sino para su salvación. Señor hay demasiados hijos tuyos que mantienen callado el evangelio. Cada uno de nosotros debemos evangelizar y espero que usarás el estudio de hoy para animar a algún hermano mío en comenzar a evangelizar y pasar el mensaje de salvación a otros, Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 21, 2022
Discipulando A Otros

El Precio Del Discipulado
¿Por qué es que nosotros no vemos a muchos verdaderos discípulos de Jesús hoy? Oímos a los cristianos hablar de ser discípulos, pero son muy pocos los que realmente viven el discipular. Lo que pasa es que uno piensa en un discípulo como alguien que no puede tener nada en la vida; no puede andar en auto, tiene que caminar a pie; no puede sonreír; no puede divertirse; en fin, no puede hacer nada; sólo leer la Biblia y comunicarse con Dios. Es una persona especial, a quien Dios le ha dado una sobredosis de auto sacrificio para llevar a término su obra aquí en la tierra, pero ¿Sabes qué? Este pensar es falso.   En primer lugar, Dios no necesita de nadie para hacer su obra aquí en la tierra, no te alagues, si Dios ha permitido el discipulado es para el propio bienestar del discípulo y no de Él; ser discípulo del Señor Jesucristo es el honor más grande que uno pudiera recibir. Nunca he conocido a un verdadero discípulo de Jesús quejarse de tener que sacrificar algo, no se queja porque reconoce el costo de ser buen discípulo. Quiero que hablemos hoy de este asunto de los cristianos que son tan infelices por los sacrificios que hacen, déjame decirte que el único cristiano infeliz es aquel que no es obediente a su Señor. Es cierto que Dios pide que le entreguemos toda nuestra vida; Él quiere nuestro tiempo, energías, dinero, en fin, todo lo que somos; pero cada vez que le damos algo Él nos devuelve más. Leí de un hombre que viajaba con su familia en un carro pequeño, pasando apretados por la carretera en un día de mucha lluvia, vieron a una pareja joven caminando con un bebé en sus brazos, los tres estaban bien mojados. El padre de familia detuvo el auto y preguntó que “¿Por qué caminaban en la lluvia?”. El joven les contó que un rayo había caído en el techo de su casa causando un incendio y que todo lo que poseían había sido destruido, ahora iban caminando a casa de una hermana, que vivía a dos kilómetros, para poder pasar la noche. El señor dijo al joven que sentía mucho que habían perdido todo y pidió disculpas por no tener espacio en su carrito para encaminarlos, sacó un billete de veinte dólares de su cartera y lo pasó al joven, quien lo recibió gozoso. Toda la familia se despidió de la joven pareja y de su bebé. Dejó de llover y la familia se alejó de los tres, habiéndoles deseado muy buena suerte, pero no habían caminado en el auto ni cien metros cuando se detuvo y regresó. El padre de familia se bajó del carro y viendo al joven con el bebé en susbrazos le dijo: “Devuélveme los veinte dólares”; el joven le vio de una manera confundida, pero metió la mano en su bolsillo y sacó el billete regresándolo al padre de familia; el señor lo tomó, lo metió a su cartera y sacó otro billete diciendo: “Prefiero que tengas este billete de a cien”; y eso es precisamente lo que hace Dios con nosotros: Él pide que le demos, pero siempre nos regresa más de lo que le damos. Nunca podemos darle más a Dios de lo que Él nos da a nosotros, es imposible. El discípulo necesita reconocer que si va a tener victoria sobre Satanás, no puede estar pensando en su propia vida, al hablar con soldados que han regresado de alguna guerra la razón que dan por haber regresado con vida es siempre la misma, ellos dicen que antes de entrar a combate a pelear, que se consideraron muertos y que no iban a salir de allí con vida, dicen que hacen eso porque casi pueden concentrarse en pelear; mientras que el que está pensando en su vida, por no concentrarse en la lucha pierde la mente y comete errores y los salen matando. El consejo para sobrevivir en una guerra: considérese muerto. Apocalipsis 12:11 da la fórmula para vencer a nuestro enemigo Satanás y su ejército de demonios, dice que los que entran a batalla con el diablo y han salido victoriosos “le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Si uno va a vencer a Satanás en esta vida; tendrá que haber aceptado a Cristo como Salvador; tendrá que vivir de acuerdo a principios bíblicos; y tendrá que estar dispuesto a dar su vida, o sea considerarse muerto por la causa de Cristo. Los creyentes no tenemos problema con las primeras dos cosas: ya hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador; tenemos vida eterna y somos hijos de Dios, en esa área espiritual de nuestra vida ya hemos vencido a Satanás, él no puede tocarnos. También creemos en la Biblia, la estudiamos, la amamos; es la Palabra de Dios y eso no lo discutimos, pero donde Satanás nos tiene atemorizados a nosotros es en el asunto de menospreciar nuestras vidas. Todavía hay cosas del mundo que son preciosas a nuestra vida, y es aquí donde el enemigo nos tiene bien controlados. 1 Samuel, capítulos 13 y 14, nos habla de cómo Israel había hecho trato con los filisteos entregando, poco a poco, todo su armamento de guerra para comprar granos para sembrar. Un día Jonatán hijo del Saúl, rey de Israel, se dio cuenta que el terreno que ellos ocupaban les había sido dado por Dios, y que no pertenecía a los filisteos; así que él confiando en Dios, tomó a mil hombres israelitas y atacó a una guarnición de los filisteos y les venció. El rey Saúl al oír de lo que había hecho su hijo, hizo tocar trompetas en Israel y declaró guerra contra los filisteos; tres mil israelitas se juntaron con él para pelear; por el otro lado losfilisteos levantaron un ejército de treinta mil carros, seis mil jinetes y soldados como la arena del mar; y vieron a batalla en contra de Saúl, Jonatán y tres mil israelitas. Al acercarse el ejército numeroso de los filisteos Saúl sacó su espada y Jonatán sacó su espada, pero al mirar atrás, al ejército de tres mil, se dieron cuenta que ninguno tenía armamento con qué pelear pues habían entregado sus armas para comprar granos para la siembra. Tuvieron que huir a las montañas para poder salvar sus vidas, pero Jonatán no se quedó así, él dijo a su paje de armas ven pacemos a la guarnición de esos incircuncisos quizás haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. Jonatán solo, fue a pelear acompañado de Dios y su paje de armas, ¿Y sabes qué?, al entrar Jonatán a la batalla Dios hizo temblar la tierra, los filisteos se confundieron y empezaron a matarse los unos a los otros. Y todo esto sucedió porque Jonatán confió en Dios y estuvo dispuesto a dar su vida, si es que era necesario. ¿Qué tiene que ver esto contigo? Ya te lo diré, ¿Te acuerdas cuando recibiste a Jesús como tu Salvador y empezaste a servirle? Estudiabas tu Biblia y estabas peleando como buen soldado, pero en algún lugar de tu vida Satanás hizo un trato contigo y te dijo: “Entrégame tu espada, de todos modos, sólo tú estás pelando, ya no luches, siéntate y descansa”. Y lo triste es que tú aceptaste, entregaste tu espada por una cerveza, por un paquete de cigarros, una novia; yo no sé qué fue, solo tú sabes; y desde ese día ya no has peleado porque no tienes con qué pelear. Ahora vives una vida derrotada y triste. Yo sé cómo se siente, yo pasé por ahí, pero me he dado cuenta de que no tengo que hacer trato con Satanás. Yo he tomado la espada de nuevo y estoy luchando para engrandecer el reino de mi Señor. Claro está que Satanás ha levantado un ejército enorme en mi contra, pero Dios me ha dado victoria tras victoria. Yo te invito a unirte a mí, si has entregado tu espada a Satanás, cambiándola por algún placer o vicio, te pido que la tomes de nuevo y comiences a pelear. Te prometo que, si consideras, y te consideras muerto por la causa de Cristo, que Dios te dará la victoria. ¡Hazlo! Vamos a orar. Padre gracias te damos por tu palabra que nos enseña cómo podemos ser victoriosos sobre Satanás. Reconocemos Señor que, que debemos considerarnos muertos al mundo para poder ser victoriosos y vivir de verdad. Ayúdanos a comprender y a aplicar esta valiosa lección a nuestras vidas. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 20, 2022
Discipulando A Otros

La Clase De Persona Que Dios Usa
No podemos ser verdaderos discípulos de Jesús, a menos de que nosotros practiquemos sus enseñanzas y hagamos discípulos a otros. El discípulo de Jesús va a discipular a otros, el mandato del Señor es “Id y haced discípulos a todas las naciones”. El apóstol Pablo era buen discípulo de Jesús, él discípulo a muchas personas, uno de sus aprendices era un joven llamado Timoteo. En cierta ocasión Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribió una carta a Timoteo haciéndole ver la importancia de discipular a otros, encontramos su consejo al joven en 2 Timoteo, capítulo 2, versículo 2, dice: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.   Pablo deseaba que Timoteo comprendiera la necesidad de pasar la historia de Jesús, y el mensaje de la salvación, de persona a persona y de generación a generación. Pero debemos fijarnos en un detalle muy importante entre las palabras que habló Pablo a Timoteo, quiero que leamos el versículo otra vez, pero esta vez al leerlo quiero que te hagas la pregunta ¿Qué clase de persona es la que usará Dios para hacer discípulos? Escucha: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. ¿Te fijaste? ¿Qué clase de persona usará Dios para discipular? Eso es, hombres fieles ¿Por qué? Pues, porque personas fieles son, son idóneas para el trabajo. Hoy vamos a ver algo acerca de estas personas fieles a quien Dios usará para discipular a otros. Una persona fiel está dispuesta a pagar el precio porque cree en lo que hace. El discípulo de Jesús tiene gran confianza en su maestro, sabe que Jesús desea lo mejor para todos y que nunca haría nada para perjudicarle. El discípulo de Jesús tiene el mismo objetivo que su Señor, y su objetivo es engrandecer el reino de Dios, para honra y gloria del Padre. El discípulo de Jesús sabe que será difícil su tarea, pero también sabe que si no cumple con su misión que miles de personas pagarán la consecuencia del pecado e irán al infierno por toda la eternidad. Es por eso que el discípulo de Jesús paga el precio, aún a costo de su propia vida para que otros se den cuenta de la realidad y acepten a Jesús antes de que sea demasiado tarde. Todo siervo de Dios sabe que está en una batalla, diariamente las personas se burlan de mí, y me dicen que, que estoy perdiendo el tiempo y que debiera estar ganando dinero en vez de gastándolo para predicar al mundo el mensaje desalvación. Pero yo no tengo tiempo para enredarme en las cosas de este mundo; el tiempo es demasiado corto y es necesario hacer lo que hago hoy, y no mañana, pues puede ser que ya no tenga otro mañana. Jesús me habla por medio de su palabra en 2 Timoteo 2:3 y 4, diciéndome: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. Te cuento mi amigo que a la edad de siete años cuando invité a Jesús a entrar en mi corazón, Él me tomó como un soldado suyo; el diablo me ha tratado de enredar en las trampas de este mundo más de una vez, pero mi Señor siempre me ha librado, y sigo peleando al lado suyo, así como el apóstol Pablo yo te digo que no me avergüenzo porque yo sé a quién he creído; y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Claro está que tenemos que trabajar para sobrevivir, tenemos que comer. El apóstol Pablo muchas veces tuvo que arreglar tiendas de campaña para tener con qué pagar alquiler de algún lugar donde operar y tener con qué alimentarse. Pero el trabajo secular nunca llegó a tener primer lugar en su vida. Qué triste es ver a hermanos en la fe, que han perdido su primer amor; se olvidan de lo espiritual y regresan a lo carnal; se olvidan de su misión y comienzan a engrandecer sus propios reinos en vez del reino del Señor. Gálatas 3:3 hace esta pregunta a tales hermanos: “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”. Alguno me dice: “Pero hermano Ricardo, yo tengo que proveer por los míos, ¿Quién se va a encargar de ellos?”. Mi respuesta sería Mateo 6:33, Jesús dice: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Dios no paga mal; Él se preocupa por nosotros y nos cuida; el que pierde su vida por la causa de Cristo la hallará; Dios usará a la persona que tiene esta mentalidad; Dios usará a personas fieles, que se entreguen a su servicio sin reservas; Dios también usará a personas que tienen espíritu de cooperación. Es bueno que cada creyente se preocupe por sí mismo, pero no es bueno que sea independiente; Dios requiere cooperación con su plan y no que hagamos nuestras propias cosas aparte de ese plan. La persona que va a ser usada por Dios para discipular deberá reconocer el trabajo de la iglesia, o sea el cuerpo de Cristo, y trabajar como miembro de ese cuerpo; para cooperar de esta manera se necesita de mucha paciencia, de dedicación y un corazón servicial. Jesús dice en Mateo capítulo 20, versículos 25 al 28: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Cuántas cosas no tuvo Jesús que aguantarles a sus discípulos, bien se pudo haber independizado de ellos; más bien ellos le atrasaban en su ministerio debido a su poca fe y la falta de madurez espiritual. Pero si hubiera hecho eso a dónde estaríamos nosotros hoy, el cristianismo no se trata de un sin número de individuos, cada quien haciendo lo que le da su regalada gana para engrandecer el reino; la Biblia exhorta unión, unión y más unión; somos un cuerpo y tenemos un mensaje y un Salvador, y todos debemos trabajar unidos para engrandecer el reino de Dios. La persona que tiene espíritu de independencia perjudicará grandemente el avance del ejército del Señor; el discípulo de Jesús trabajará unido al plan del Padre Celestial, dependiendo totalmente de la sabiduría de Dios; hacer lo contrario es rebelión espiritual. La persona que Dios usará tendrá que dar muerte a su manera de pensar y actuar, dependiendo totalmente de Dios para todo. 2 Corintios 1:9, dice: “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”. El buen soldado de Jesús deberá proclamar con sinceridad las palabras de Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”. Viendo todo esto llegamos a esta conclusión: la vida de la persona a quien Dios usará en su servicio es una vida disciplinada, y de ahí viene la palabra discípulo alguien que se disciplina a llevar su vida de acuerdo a reglamentos, y en este caso obediencia a la Palabra de Dios. Si tú eres una persona muy independiente, falto de paciencia y amor para con otros, debes pedirle a Dios que te ayude a cambiar; debes tomar pasos afirmativos para cooperar con la iglesia y los demás miembros que la componen; debes hacer un esfuerzo enorme de compartir lo que Dios te ha enseñado con otros. Eso es lo que Dios quiere. Vamos a orar. Padre en este momento te alabamos por tu poder, nosotros reconocemos que nos sería imposible poner en práctica la enseñanza de hoy, sino fuera por tu Espíritu quien nos ayuda. Padre perdona nuestra falta de cooperación, perdónanos por desobedecerte. Te pedimos que toques nuestra vida de una manera muy especial, permitiéndonos aplicar la enseñanza de hoy a nuestro ministerio, no podemos solos, dependemos de ti. Gracias por oír y contestar nuestra petición, sabemos que nos concederás lo que pedimos porque lo hacemos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 19, 2022
La Iglesia

Mi Lugar De Servicio En La Iglesia
No sabes cuánto me alegra poder estar contigo hoy para compartir otro estudio acerca de la iglesia. Hoy llegamos al último estudio de esta serie, ya hemos visto varias cosas de gran importancia concerniente a la iglesia. Hemos visto que ella es el cuerpo de Jesús, que su función es cumplir con la gran comisión, que su poder proviene de Dios en áreas de la oración, estudio de la Palabra y el testificar, hemos visto que su mayor enemigo es el diablo el cual lucha en contra de ella día y noche sin descansar. Y hoy vamos a hablar acerca de la iglesia, pero desde otro punto de vista, ya sabemos que todas las personas desean sentir que sus vidas tienen un propósito, todos queremos ser amados y saber que somos necesitados por otros, Dios nos ha hecho así. Ninguna persona quiere pensar llegar al final de su vida sin haber logrado algo en este mundo, cada persona desea ser recordada en la memoria de los demás. Quiero que sepas que Dios tiene un lugar para ti dentro de la iglesia, tiene preparado un puesto para ti donde puedes desarrollar el ministerio que Él te ha dado. Conozco a muchos creyentes en Jesús que no están haciendo nada para el Señor, están tristes porque no pueden estar satisfechos si no están sirviendo a Dios, esto es normal porque no podemos ser improductivos y estar felices. El cristiano que no da fruto es un cristiano triste. La tristeza proviene de una vida que no cumple con la voluntad del Padre. Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Dios nos ha creado en Jesús para hacer buenas obras y si no las hacemos no estamos cumpliendo con el propósito por el cual fuimos creados, esto trae gran insatisfacción y por ello nos deprimimos y vivimos vidas derrotadas. Pero, por otro lado, si cumplimos el propósito por el cual fuimos creados, vamos a sentir satisfacción y vamos a ser felices. No podemos decir que amamos a Jesús si menospreciamos a su iglesia, si de veras amas a Jesús te unirás lo más pronto posible a la iglesia y buscaras tu lugar o posición para comenzar a servir a tu Señor. He visto a muchos creyentes quienes tratan de servir al Señor aparte o fuera de la iglesia, dicen que ellos no necesitan las frustraciones que viene con la falta de madurez entre algunos miembros de la iglesia, dicen que pueden servir mejor a Dios si lo hacen a solas. El asunto es que la única manera en que podemos servir a Dios es por medio de servir a otros en su nombre, de hecho, de eso se trata la vida cristiana, el ayudarnos los unos a los otros. Pablo nos ruega en Efesios 4:1 y 2 que andemos dignos de la “vocación con que fuimos llamados, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor”. Colosenses 3:12-13 y 16 dice “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”. Gálatas 6:2 dice que debemos “sobrellevar los unos las cargas de los otros, cumpliendo así la ley de Cristo”. 1 Tesalonicenses 5:14 y 15 dice “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros y para con todos”. Romanos 15:1 dice “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos”. Ahora, yo no soy sabio, pero no creo que se necesita de una tremenda cantidad de inteligencia para ver que Dios desea que trabajemos unidos y que realicemos su obra por medio de la iglesia. Dios no ha instituido a la iglesia para que todos nos convirtamos en llaneros solitarios luchando individualmente para engrandecer el reino, la iglesia es el cuerpo de Cristo y el trabajara a través de su cuerpo. Quizás seas la única persona en tu iglesia que estas totalmente entregado a Dios, quizás otros hermanos te critican cada vez que haces algo para el Señor. Pues no debes ponerte como Elías quien comenzó a llorar pensando que él era el único en todo Israel quien estaba dispuesto a servir a Dios, lo que debes hacer es seguir adelante siendo ejemplo e instrumento de ánimo. Quizás Dios te use a ti para llevar a cabo un avivamiento en tu iglesia ¿No sería maravilloso eso? En vez de correr y tratar de luchar a solas necesitas cumplir con Tito2:7 y 8 que dice “Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”. Es necesario comprender que los que reciben a Jesús son nuestros hermanos en la fe, pertenecen a la familia de Dios y por muy inexpertos que sean en lo espiritual todavía son nuestros hermanos y debemos amarles y luchar para que puedan crecer en lo espiritual. Si quieres estar seguro de tener el poder de Dios a tu lado, necesitas servir a tu Señor a través de su iglesia. Jesús dice en Mateo 18:19 y 20 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Con razón es que Hebreos 10:25 nos dice que no debemos “dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre”. Mi hermano es sumamente importante que comprendas que Dios hará un trabajo grande aquí en la tierra, pero ese trabajo se va a realizar y se va a llevar a cabo por medio del cuerpo de Cristo, la iglesia. Dios tiene un lugar para ti en su iglesia, tiene un trabajo muy especial que tú debes realizar. Dios no desea que tú trabajes aparte separado del cuerpo, tú necesitas de la iglesia y la iglesia te necesita a ti. Dios quiere que seas activo, pero dentro de la iglesia. Aun los evangelistas que viajan por todos lados y nunca están en un solo lugar deben ir respaldados por una iglesia. Si están trabajando aparte de la iglesia hacen mal. Efesios 4:11 y 12 nos enseña claramente que aun los evangelistas son dados a la iglesia para la edificación del cuerpo. Cuando Pablo y otros salieron a sus campañas de evangelismo y para establecer nuevas misiones, fueron bajo autorización y las oraciones de la iglesia a la cual pertenecían ¿Por qué? Pues porque Dios recibe honra y gloria a través de la iglesia la cual es su institución. Hermano escúchame, si no estás activo en tu iglesia arrepiéntete, pide perdón y ponte a trabajar. Vamos a orar. Padre gracias te damos por tu iglesia. Ayúdanos a comprender la urgencia del mensaje de hoy, es necesario que cada miembro de tu iglesia se ponga activo, es necesario que lo hagamos ya pues nuestros días son contados. Gracias, Padre por tu Palabra que nos enseña estas verdades. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 16, 2022
La Iglesia

El Enemigo De La Iglesia
Me alegro de que estés conmigo otra vez hoy para continuar nuestro interesante estudio sobre la iglesia. En los últimos estudios hemos observado que la iglesia es el cuerpo de Cristo, que su función es cumplir con la gran comisión de hacer discípulos, bautizarlos y educarlos en los caminos del Señor y también que, para llevar a cabo esta comisión, la iglesia cuenta con un poder especial mediante la oración, el estudio de las Escrituras y el testificar. Hoy comenzamos con el cuarto estudio. Deseo que abras tu Biblia al libro de Mateo y vamos a leer los versículos del 24 al 30 del capítulo 13. Mateo 13:24-30 dice así “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. La iglesia al igual que las demás instituciones que Dios ha fundado podría ser una cosa linda si no fuera por un solo obstáculo: Satanás. Este enemigo de Dios y de la humanidad ha tratado de destruir todo lo que Dios ha creado convirtiéndolo en ceniza. El diablo ha dedicado su vida entera a esta tarea y no descansara hasta cumplir su misión, aunque el mismo sabe que está totalmente vencido. Apocalipsis 12:12 dice en parte “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!  porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. El diablo está empeñado en destruir todo lo que Dios ha instituido, especialmente se ha dedicado a deshacer al matrimonio, la familia y la iglesia las cuales son instituciones que Dios ha fundado. Estas instituciones son la columna de nuestra sociedad, al ser destruidas estas instituciones el diablo tiene rienda suelta para hacer todo lo que desea y él lo sabe. El matrimonio y el hogar son instituciones que dan ejemplo de lo que debiera ser la iglesia y la familia de Dios. En Efesios la relación entre marido y esposa es comparada a la relación que hay entre Cristo y la iglesia, así como el marido y la esposa deben ser fieles el uno al otro, así también la iglesia debe ser fiel a Cristo. En cuanto al hogar, pues esta institución es un modelo en pequeña escala de lo que es la familia de Dios, todos los hijos debiéramos vivir juntos en armonía luchando por el bienestar de la familia. A estas dos unidades Satanás ha lanzado un ataque sin tregua, él ha hecho todo lo posible por distorsionar el cuadro matrimonial y familiar. Yo me acuerdo de un tiempo cuando divorcio era sucia, hoy es algo común y corriente, me acuerdo antes cuando las familias eran unidas y hacían juntos todos los miembros de la familia actividades que propagaban compañerismo y unión, hoy cada individuo lucha por sí mismo haciendo sus propias cosas, no hay tiempo para la familia. Satanás ha hecho un excelente trabajo en separar matrimonios y hogares. Hoy no nos sorprendemos cuando alguien habla de un hogar destruido, eso lo hemos aceptado como la norma, nos hemos acostumbrado a ello. Pero eso no significa que debiera ser así, nosotros en nuestros matrimonios y hogares debiéramos reconocer que estos movimientos para destruir el hogar son ataques de Satanás y debiéramos luchar con todas nuestras fuerzas para repelar sus ataques. ¿Cómo logra su objetivo Satanás para destruir? Tenemos que comprender que el diablo es un ser inteligente mucho más inteligente que cualquiera de nosotros ¿Ya has oído el dicho: “Si no puedes vencerlos, pues únete a ellos”? Pues eso es precisamente lo que ha hecho Satanás, al principio intento acabar con la iglesia por medio de fuerzas externas, pero cuál fue su sorpresa al encontrar que la iglesia bajo presiones externas creció y se hizo más fuerte que nunca. Al no poder vencer a la iglesia por fuera el diablo se unió a ella y ahora la está tratando de destruir por dentro. Con gran tristeza te digo que lo está logrando, con gran astucia el lobo se ha vestido de oveja y ha entrado en medio del rebaño, aprendió el lenguaje de los cristianos y es difícil distinguirle de los demás. Lo único que lo detiene es una promesa que Jesús hizo a su iglesia, y aunque el enemigo es inteligente y aunque haya logrado sembrar cizaña entre trigo nuestro Señor no puede ser engañado, el conoce a cada uno de los suyos por nombre. Jesús dice en Mateo 7:22-23 “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Como te digo, Satanás se ha infiltrado y tiene sus agentes que están con el propósito de destruir todo lo que la iglesia representa. Satanás tiene misioneros, pastores, diáconos, evangelistas y a muchos otros quienes trabajan por él, difícil de creer ¿Verdad? Pero es cierto. La religión es una de las organizaciones más grandes que existe hoy día, no sé cuántas veces me han dicho a mi “Todas las religiones son buenas”. Pero permítame decirte algo, esa frase no es cierta. Cualquier religión que enseña doctrinas que van en contra de lo enseñado por la Biblia no es buena. El verdadero cristianismo no es algo que uno hace por un par de horas cada fin de semana, es algo que se vive 24 horas al día, los 7 días a la semana. El cristianismo no es algo que uno intenta hacer, es un cambio que se lleva a efecto en el corazón en el momento en que uno se arrepiente de sus pecados y recibe a Jesucristo como único y suficiente Salvador. Claro está como lo dije anteriormente el diablo ha distorsionado esta verdad junto con todas las demás verdades y ha hecho pensar a la humanidad que no importa lo que hagan con tal de que vayan de vez en cuando a una iglesia con el fin de mostrarle a Dios que ellos no son tan malos ¿Qué quieres que te diga? Jesús dice en Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. El diablo ha hecho todo cuanto posible para invalidar el mensaje del evangelio, se dice que donde va Vicente ahí va la gente. Mi consejo es este, deja de seguir a Vicente y sigue a Jesucristo. Que Dios te bendiga. Vamos a orar. Padre tú sabes cómo Satanás quiere destruir todo lo lindo que tú has creado, él es nuestro enemigo número uno. Gracias por tus promesas a la iglesia, sabemos que tenemos nuestra victoria en el Señor. Te pido que nos hagas entender cuando Satanás está tratando de destruirnos para así someternos a tu voluntad y vencerle, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 15, 2022
La Iglesia

El Poder De La Iglesia
La iglesia del Señor Jesucristo es una de las organizaciones más potente que existe en nuestro mundo hoy, no es potente debido al número de personas quienes pertenecen a ella, no es potente debido a sus recursos económicos, no es potente debido a su posición gubernamental. La iglesia es potente debido a que pertenece al Señor Jesucristo, la iglesia es potente debido al hecho que el poder de Dios opera a través de ella, la iglesia es potente porque lucha espiritualmente y porque tiene armas espirituales a su disposición. Al dar instrucciones a su iglesia de discipular a todas las naciones, Jesús termino su comisión con las palabras “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Dando a entender que la iglesia siempre podría contar con su presencia y poder. En otra ocasión Jesús dijo al apóstol Pedro que Él edificaría a su iglesia y que las puertas del Hades no prevalecerían contra ella. Tan potente es la iglesia que no hay fuerza que la detenga, siempre y cuando ella opera de acuerdo a la voluntad de sus Señor, sin embargo, muchas congregaciones hoy no utilizan del poder que está a su disposición para luchar en este mundo, la mayoría de iglesias operan a un pequeño porcentaje de su capacidad, debieran marchar a todo vapor. Hoy quiero que observemos tres áreas espirituales en donde la iglesia está siendo negligente y debido a su negligencia es que no está creciendo como debiera. Vamos a hablar de la oración, el estudio de la Palabra y el testificar. Vamos a hablar de estas tres áreas porque al fortalecer nuestras congregaciones en estas áreas veremos un avance. El primer punto de poder que está a la disposición de la iglesia es la oración. Personalmente te diré que no puedo explicar el éxito de la oración, lo que sí puedo decirte es que la oración funciona y funciona bien. La iglesia que no practica la oración es una iglesia que ha disminuido grandemente su potencial. Escucha estos comentarios que la Biblia hace concerniente a la oración. Jesús dice en Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación". Mateo 21:21 y 22 dice “Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Colosenses 4:2 nos exhorta a “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”. Santiago 5:16 nos enseña que “La oración eficaz del justo puede mucho”. 1 Pedro 4:7 dice “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”. Como podemos ver, la Biblia expresa con gran claridad que la oración es de gran importancia y la iglesia que no utiliza de la oración esta menguando excesivamente su capacidad de servicio. Otro punto potente de la iglesia es la Palabra de Dios. Cuando una iglesia se para firmemente sobre la Palabra de Dios no dejándose persuadir por presiones externas y no conformándose a las cosas del mundo, lo que encontramos es una roca sólida. El mundo hoy, el hombre pecador no desea oír lo que otros hombres tiene que decir en referencia a su disposición o desesperación, el hombre pecador quiere oír de Dios, Él quiere algo sólido sobre lo cual puede pararse para no seguir hundiéndose. Él no quiere saber lo que nosotros pesamos, Él quiere saber lo que Dios dice. La iglesia que practica la sana enseñanza de las Escrituras puede ofrecer al mundo este lugar de descanso, un lugar de confianza y seguridad. Muchas iglesias hoy día basan el éxito de su crecimiento sobre actividades y entretenimiento, hacen fiestas y venden acciones de premios, pero al terminar estas actividades el individuo que participa en dichos eventos queda vacío, no existe en la ninguna fidelidad para con la obra, al aburrirse con la actividad se alejará y es por eso que las actividades de la iglesia deben basarse sobre la Palabra de Dios. Es así porque las Escrituras pueden llenar el vacío que el individuo puede tener y al ser instruido en las cosas de Dios no fácilmente se va a alejar pues está parado firmemente. Aquellos quienes no reciben una buena enseñanza bíblica irán con el que más les impresiona, muchos hoy son como niños a quien fácilmente se le puede engañar, viene alguien predicando medias verdades mezcladas con unos cuantos dulces y ellos se los lleva con gran facilidad. Por eso es que la iglesia debe ser firme en enseñar la Palabra. Pastores y maestros son dados a la iglesia para perfeccionar a los santos, ósea los miembros, para que no sean niños fluctuantes llevados por doquier de todo viento de doctrina como lo dice Efesios 4:11-15. La iglesia debe ser potente también en su testificar. Cuando todos los miembros de la iglesia viven vidas entregadas al Señor y no hacen cosas que van en contra de su voluntad, el mundo lo va a notar, las personas van a saber lo que ha causado el estilo de vida que llevan los miembros pues ven a personas que muestran el amor de Dios en su diario vivir, personas que buscan el bien de otros sin egoísmo. Hoy hay muchas personas que hablan de Cristo Jesús, pero sus vidas muestran que no le conocen, tales hermanos hacen daño a la causa y mejor sería que cerraran sus bocas y nunca dijeran que son cristianos. El asunto es que si la iglesia llegara a operar haciendo uso de estas armas espirituales que Dios ha puesto a su disposición, veríamos un avivamiento como nunca se ha visto en la historia de la humanidad. Ya es tiempo de que la iglesia se sujete a la oración levantando su voz pidiendo a Dios que haga resplandecer su rostro sobre el ministerio que ella hace para honra y gloria suya. Todo hermano miembro de iglesia, no importa la edad que tenga, debería orar y orar y orar. Todo cristiano debiera ser un guerrero de oración, todo hermano debiera ser activo en estudiar la Palabra y los que tiene el don de la enseñanza y han sido llamado por el señor a predicar o enseñar debieran estar ejerciendo ese don con toda diligencia. Cada hermano y hermana debieran vivir de acuerdo a lo que la Biblia enseña, siendo buen ejemplo en todo. Tito 2:7 y 8 no exhorta a presentarnos en “todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”. La iglesia es la organización más potente que existe sobre la faz de la tierra, lo que sucede es que no está poniendo a trabajar los recursos que Dios le ha dado. Hermano es deber de cada miembro de la iglesia orar, estudiar la Biblia y testificar de Cristo, no solo con la boca, pero también con la vida. Al poner en uso esas armas las cuales ya posee, la iglesia será todo lo que Dios ha deseado que sea. Si tú eres miembro de una iglesia, espero que tú estás haciendo tu parte en la oración, el estudio y el testificar, y si no debes arrepentirte y buscar que estas cosas sean parte de tu vida ¿Por qué? Porque solo así es que la iglesia puede ejercer el poder que ella posee y así dar honra y gloria a Dios Padre. Vamos a orar. Padre Gracias te damos por el poder que has a tu iglesia, pero Padre muchos de nosotros no estamos haciendo nuestra parte. Señor ayúdanos a comprender lo importante que es orar, estudiar tu Palabra y testificar de ti mientras que podemos. Ayúdanos a realizar el hecho que cada uno de nosotros necesitamos hacer nuestra parte para que el poder en la iglesia puede ser manifestado y que al ser manifestado tu nombre será exaltado. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 14, 2022
La Iglesia

La Función De La Iglesia
¿Por qué existe la iglesia? ¿Cuál es su función? Vamos a concentrarnos hoy en estas preguntas. Quiero decirte que la iglesia no está aquí en el mundo por casualidad. Dios ha establecido a la iglesia con un propósito importante. Yo sé que la mayoría de las personas piensan que la iglesia es un lugar donde uno va de vez en cuando para mostrarle a Dios de que no nos hemos olvidado de Él, es un lugar donde podemos ir cuando tenemos problemas y podemos plantear nuestros problemas a Dios para que Él nos ayude, y una vez que nos ha ayudado podemos regresar a nuestra rutina diaria. Pero en nuestro estudio pasado aprendimos que la iglesia no es no es un lugar sino una organización compuesta por creyentes bautizados quienes tienen la responsabilidad de actuar como un solo cuerpo. Vimos que Jesús es la cabeza, vimos que los pastores, evangelistas y maestros son el tórax y que los demás son los diferentes miembros del cuerpo. Aprendimos que estas tres partes tienen que trabajar unidos para que la iglesia pueda tener buena salud espiritual. Pero hoy queremos estudiar acerca de la función de la iglesia, ¿Qué es lo que hace? Para contestar esta pregunta no tenemos que ir muy lejos, en realidad la respuesta es básicamente sencilla. Si vamos a Mateo 28:19 y 20 encontraremos la gran comisión que Jesús dio a su iglesia, y la función y el propósito de la iglesia es llevar a término esa comisión cueste lo que cueste. La comisión que Jesús dio es esta “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Así que la iglesia tiene tres fases a su ministerio, hacer discípulos, bautizarlos y educarlos en las cosas de Dios. Lamentablemente la mayoría de las iglesias no están funcionando apropiadamente pues no cumplen todo su ministerio y conste que no es fácil, requiere de todas las energías unidas de todos los hermanos miembros de la iglesia llevar a término esta tarea, por eso es tan importante que todos los miembros sean totalmente entregados al Señor. Al ver Satanás el rápido crecimiento de la iglesia de nuestro Señor Él tuvo que buscar la forma más apropiada de hacer tropezar el movimiento de la obra, entonces ¿Sabes qué hizo? Se unió a ellos, sí. Al ver que no pudo por fuera, se unió al movimiento eclesiástico y empezó a luchar por dentro. En alguna etapa de la iglesia, alguien fue usado por Satanás para sembrar el pensamiento de que se le debiera pagar al siervo del Señor para hacer todo el trabajo de los demás. Un solo hombre no puede discipular a todos, la carga se volvió más y más pesada. El discipulado, que es la tarea que Jesús ordeno a su iglesia hacer, fue olvidado. La iglesia para la mayoría llego a ser un lugar donde las personas podían ir a escuchar la Palabra de Dios, ser predicado por un predicador en vez de ser un poder energético de personas entregadas a hacer la voluntad de Dios. Satanás hizo bien su trabajo y lo sigue haciendo hoy día. Y si este ha sido tu pensar de lo que es una iglesia, entonces escucha bien porque has estado muy equivocado y si eres miembro de una iglesia y no estas activo en ella haces muy mal. La primera cosa que debe hacer la iglesia de acuerdo a la gran comisión es hacer discípulos. Eso se logra por medio de evangelismo. En Marcos 16:15 Jesús dijo a sus discípulos “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Lo más importante que nosotros tenemos como hijos de Dios, lo más valioso a nosotros para poder servir a Dios, es nuestro testimonio. Uno sale y habla del cambio que Jesús puede hacer en la vida de uno, pero si esa persona no puede ver el cambio difícilmente creerá. Lo que estoy diciendo es que no es suficiente que las personas escuchen del cambio que Jesús hace en la vida de uno, sino que es necesario que vean el cambio. Quiero enfatizar el hecho de que no somos agentes vendedores, no estamos tratando de vender un producto. He visto a varias personas testificar como si estuvieran realizando una transacción de negocios, y eso no está bien. Debemos recordar que la salvación viene de Jehová, no tenemos que usar tácticas de presión para que el individuo se arrepienta y venga a Jesús, ni siquiera es nuestro trabajo, nuestro trabajo es anunciar el evangelio, es mostrar al amigo que Él puede tener vida eterna en Cristo Jesús y que necesita hacerlo debido a que hay un castigo eterno para todos los que no tienen a Jesús como Salvador. Pero es el individuo quien debe tomar la decisión, no nosotros. He visto a muchos pasar a recibir a Cristo según ellos para complacer a otra persona, pero esto es absurdo porque realmente no ha habido ningún suceso en sus corazones. He visto a madres hacer que sus niños pasen al frente durante el tiempo de invitación de un servicio para recibir a Jesús, lo que hicieron no fue correcto porque solo trajeron confusión a la cabeza de la criatura. Uno tiene que aceptar a Cristo por su propia voluntad y no por la voluntad de otro, así que es deber de todos los miembros testificar de Jesús, pero es la otra persona quien tiene que tomar la decisión. La forma en que nosotros más podemos ayudar es que miren una diferencia en nuestras vidas. Cuando el individuo ha recibido a Jesús como su Salvador ahora debe cumplir con su primera ordenanza de su Señor, el bautismo. La iglesia tiene ahora la responsabilidad de hacer ver al nuevo creyente la necesidad de expresar públicamente lo que ha sucedido en su corazón por medio de identificarse con Cristo a través del bautismo. Con el bautismo uno muestra a las personas quienes observan la ceremonia que uno ha muerto al pecado que ha sido sepultado en la sangre de Jesús y que ha resucitado con Él a una nueva vida. Al salir del bautisterio uno es miembro de la iglesia quien le bautizo y ahora puede tomar parte activa en el ministerio de ella. Y esto nos trae a la tercera etapa del ministerio y función de la iglesia, porque ahora la iglesia tiene la responsabilidad de educar al nuevo miembro en las cosas del Señor. Debe enseñar al nuevo creyente como estudiar la Biblia, como orar y como vivir una vida que agrada a Dios por medio de servir a otros en su nombre. Como puedes ver, todo esto es demasiado para un solo hombre, se necesita de la cooperación de cada miembro para realizar este trabajo, todos: hombres, mujeres, jóvenes, señoritas, niños y niñas. Todos deben testificar de Jesús y educar a los nuevos convertidos. Esto es lo que la iglesia ha dejado de hacer, pero es necesario que se recupere este sistema bíblico de trabajar, si no, seguiremos perdiendo más y más terreno cada día, y más y más personas van a ir al infierno, no lo permitamos hermanos. Luchemos y ganemos a nuestro mundo para el Señor Jesús Cristo. Vamos a orar. Padre te damos gracias por todas las iglesias que realizan bíblicamente su función, si hay hermanos que no están activos en cumplir sus responsabilidades dentro de la iglesia, yo te pido que uses los estudios que hemos tenido para que puedan despertarse y puedan empezar a trabajar para la honra y gloria tuya. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 13, 2022
La Iglesia

El Cuerpo De Cristo
Una de las controversias más discutidas entre estudiantes de la Biblia es la que trata acerca del origen o inicio de la iglesia ¿Cuándo empezó? La gran mayoría te dirá que la iglesia tuvo su origen el día de Pentecostés, pero yo no estoy de acuerdo con ellos y te diré por qué. Tengo varias razones por estar en desacuerdo con la mayoría. Una de las razones principales es porque pienso que Jesús fundo su iglesia durante su ministerio personal aquí en la tierra. En el capítulo 10 de Mateo encontramos que Jesús une a sus discípulos y les da autoridad sobre espíritus inmundos y para sanar toda enfermedad. Encontramos después que los envía a una misión, les habla de persecuciones que vendrán sobre ellos y les habla de tomar la cruz para seguirle, después habla de recompensas que hay para las personas que los tratara bien y los recibieran con bien. En el capítulo 11 de Mateo en el primer versículo encontramos estas palabras “Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos”. Yo soy del pensar que este fue el inicio de su iglesia. Cuando llegamos al día de Pentecostés, no encontramos a 12 sino a 120 personas, y ¿Qué estaban haciendo? Estaban en Jerusalén esperando ser revestidos de poder, así como el Señor les había mandado. El libro de Hechos nos relata que estaban unánimes en oración y hasta eligieron a otro para tomar el lugar de Judas Iscariote quien había sido uno de los 12. Estos 120 reunidos en el aposento alto el día de Pentecostés estaban presentes cuando el Espíritu Santo llego, no solo los 12 fueron revestidos de poder, sino que los 120 ¿Por qué? Porque ellos eran la iglesia y Jesús les había prometido poder para llevar a cabo su gran comisión de hacer discípulos a todas las naciones. Salieron del aposento alto y Pedro lanzo una predica y muchas personas se convirtieron al evangelio, Hechos 2:41 dice “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”. La pregunta que quiero hacer yo es ¿A qué se añadieron? Así es, a la iglesia, a los 120 que ya estaban. Así que el día de Pentecostés no fue el inicio de la iglesia, sino el día en que la iglesia fue revestida con el poder sin igual del Espíritu Santo de Dios. Deseo que hablemos hoy acerca de la iglesia y su estructura. Muchas personas tienen a la iglesia como un lugar donde va uno para mostrar que cree que existe Dios, pero la iglesia es mucho más que eso. No es el lugar donde uno va, no es un edificio, la iglesia es una organización, un cuerpo compuesto por personas. Al hablar de iglesia no podemos señalar a una sola persona, sino a un grupo de personas quienes se han unido con el propósito de llevar a término la gran comisión del Señor Jesucristo. Todos sabemos que un cuerpo se compone de tres partes elementales: en primer lugar, tenemos la cabeza, donde está el cerebro o sea el control del cuerpo. En segundo lugar, tenemos el tórax o el tronco del cuerpo donde están los órganos vitales que dispersan la energía para que el cuerpo funcione. Y en tercer lugar tenemos los miembros del cuerpo quienes hacen que el cuerpo se mueva y realice labores. Si quitamos a una de estas tres partes, ya no tenemos un cuerpo completo, ya no podrá funcionar a completa capacidad. Todo esto lo he dicho porque la iglesia es un cuerpo que lleva esta misma estructura: Cabeza, tórax y miembros. Esta estructura es vital a la existencia de la iglesia y es de suma importancia para que pueda funcionar bien. La primera parte del cuerpo que quiero que observemos es la cabeza. Un cuerpo sin cabeza va a tener problemas, no podrá pensar, no podrá realizar nada. Un cuerpo sin cabeza no puede existir a solas porque morirá, pero ¿Quién es cabeza de la iglesia? Bueno la Biblia nos dice que Cristo es la cabeza. Colosenses 1:17 y 18 dice “Y él (hablando de Cristo) es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia”. Efesios 5:23 dice que “Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. Efesios 4:15-16 dice que debemos ir creciendo “en todo aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. Como podemos ver Jesús Cristo es la cabeza y el cerebro del cuerpo que nosotros conocemos como iglesia, el da órdenes por medio de la Biblia y nosotros obedecemos llevando a término sus deseos. La próxima pieza de la estructura del cuerpo es el tórax o el tronco. Encontramos los componentes de el en Efesios 4:11 dice “Y él mismo (Hablando nuevamente de Cristo) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”. Estas personas son los órganos vitales del cuerpo eclesiástico, de ellas sale la energía que es expresada a los miembros quienes llevan a cabo el trabajo. Así como el corazón que está en el tórax del cuerpo físico y bombea sangre a todo el cuerpo, así también los pastores, evangelistas y maestros bombean la enseñanza de la Palabra de Dios a los miembros de la iglesia para que puedan tener lo necesario para avanzar la obra de Dios. Estas personas quienes componen el tronco de la iglesia tienen la responsabilidad según Efesios 4:12 de “perfeccionar a los santos (ósea los miembros) para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Y esto nos trae a la tercera parte del cuerpo, los miembros. Los miembros son la parte del cuerpo que hacen o realizan el trabajo. El cerebro envía una señal a mi mano diciendo que levante un lápiz, mi corazón bombea sangre, mis pulmones inhalan y exhalan dando energía y la mano recibe la señal y el poder y levanta el lápiz, pero si no tuviera mano ¿Con que lo levanto? ¿Con que escribo? Es mi mano el miembro de mi cuerpo que lleva a término el deseo de mi mente, los miembros de la iglesia hacen el trabajo. Conste queso necesita de los tres elementos para tener un cuerpo completo, que podría sobrevivir con éxito. El cuerpo no puede sobrevivir si cabeza, tórax y miembros, los tres son vitales para su existencia. De la misma manera la iglesia necesita tener todos sus componentes: Jesús, dirigentes y miembros. Sin Jesús no va a funcionar, sin personas que enseñen no va a funcionar, sin hermanos dedicados a cumplir con la enseñanza no va a funcionar. Se necesita de todo el cuerpo para tener éxito. Mi hermano, mi hermana, si no estás activo en la iglesia te exhorto a que te unas con el cuerpo y comiences a cumplir con tus deberes delante de Dios. Vamos a orar. Padre, muchas personas hoy desconocen del verdadero significado de tu iglesia, muchos de mis hermanos son miembros del cuerpo de Cristo y sin embargo son miembros inválidos pues no se mueven ni se prestan para trabajar. Te damos gracias por la cabeza de la iglesia, por nuestro Señor Jesús. Te damos gracias por el tórax, que son los pastores, evangelistas y maestros. Te damos gracias por todos los miembros. Ayúdanos a comprender nuestra posición dentro del cuerpo y ser miembros activos para tu honra y tu gloria. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 12, 2022
Mi Ministerio

Lo Que Sucederá Si No Cumplo Mi Ministerio
¿Qué piensas de una persona que siendo medico rehúsa en una emergencia a ayudar a un accidentado? Lo mismo siento yo. Yo digo que si tiene la capacidad y los instrumentos necesarios debiera prestar sus servicios como es digno de su profesión. Siempre me admiro de aquellos quienes en momentos de una crisis brindan sus servicios a la humanidad en acto heroico sin tomar en cuenta muchas veces sus propias vidas. Gracias doy Dios por aquellos hombres y mujeres quienes en un momento de desastre nacional se olvidan de ganancias materiales y exponen sus conocimientos en bienestar de los que necesitan de sus servicios. Ya hemos oído historias de heroísmo de personas quienes han dado sus propias vidas para salvar a otros en momentos de terremotos, diluvios, huracanes, guerras epidemias. Algunas de estas personas reciben medallas y trofeos en reconocimiento de sus actos heroicos, otros pasan desapercibidos. Pero existen también aquellas personas quienes se aprovechan de la desgracia de otros, piensan únicamente en sí mismos y siempre quieren salir adelante, son deshonrosos en sus tratos con la humanidad y en hacer esto son una vergüenza a su profesión. Si hay alguien digno de alabanza por sus actos heroicos es Cristo Jesús. Filipenses 2:6-8 nos dice que “Jesús siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Y todo esto lo hizo para salvar al hombre pecador de las llamas del infierno por toda la eternidad, Jesús es digno de ser alabado. Hoy quiero dirigir mis palabras a aquellas personas quienes ya han recibido a Jesús como su Salvador, pero quienes no están haciendo nada para las demás personas. Hermanos, hemos estado estudiando en nuestras ultimas lecciones acerca del ministerio que cada uno tenemos como hijos de Dios. Quiero decirte que estamos en momentos de crisis espiritualmente, miles de personas mueren cada mes sin conocer a Cristo como Salvador, cada día las almas se pierden y van al infierno y muchos de ustedes no levantan un dedo para auxiliar a estas personas, algunos de ustedes tienen familiares que nunca han recibido a Cristo y sin embargo tú sigues tu camino en la vida sin avisarles del peligro que corren, tu pudiéndoles ayudar te quedas parado viéndoles morir lentamente sin hacer nada. Y si no te molesta lo que te estoy diciendo, si no te sientes mal, entonces hay algo que anda muy mal dentro de ti y tú lo sabes. Pero además de esta culpabilidad que lleva la persona que conoce a Jesús como Salvador, pero no hace nada por ayudar a otros, hay otras desventajas para los creyentes que no cumplen con el ministerio que Dios les ha encargado. El cristiano que no quiere ser activo en vivir por Jesús pierde aquel compañerismo intimo que el hijo obediente tiene con el Padre ¿No crees espiritualmente? Y de repente Dios entrega su ministerio a otro que si quiere servirle por medio de servir a la humanidad. Espero que tomando en cuenta estas cosas, si no estás sirviendo activamente en el ministerio que Dios te ha dado, que te despertaras y te darás cuenta de que haces mal y que arreglaras este error. Cada hijo de Dios necesita tener buen compañerismo con el Padre, pero no puede haber buen compañerismo si el hijo es desobediente. Si Dios el Padre nos ha dado un ministerio, no es para que nos sentemos, sino para que lo cumplamos. Ya leímos de como Jesús no se aferró al hecho de que era Dios, sino que se despojó de sí mismo y fue obediente. Filipenses 2:5 dice “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Si deseo tener buen compañerismo con el Padre, voy a tener que ser obediente. Escucha estas palabras de Jesús en Juan 14:23 “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Jesús dice que cuando somos obedientes a nuestro ministerio guardando su palabra, tenemos buen compañerismo con el padre. Otra cosa que sucede cuando uno no cumple con su ministerio es que queda estancado, ya no crece espiritualmente. Si vamos a Efesios 4 y estudiamos los versículos 11 al 16 encontraremos varias verdades que respaldan este principio, encontraremos que Dios ha constituido pastores y maestros para perfeccionar a los santos para el ministerio con el fin de que crezcan unidos y ya no sean niños que puedan ser engañados por cualquier persona. Enseña claramente el hecho de que todos los hermanos trabajando en el ministerio con los dones que han recibido de Dios se ayudan mutuamente según la actividad propia de cada miembro y reciben crecimiento para ser edificados en amor. Cuando el creyente niega aceptar sus responsabilidades en el ministerio, no hay crecimiento. Qué triste es ver a hermanos que tienen años de ser creyente en Jesús, pero todavía andan gateando espiritualmente. Como lo dice Hebreos 5:12 “Debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, todavía tienen necesidad de que se os enseñen los primeros rudimentos de la palabra de Dios”. Qué vergüenza, en cuerpo han crecido, pero espiritualmente están retardados. Déjame decirte que, si uno no quiere cumplir con el ministerio que Dios le ha dado, Dios permitirá que otro que si desea obedecer cumpla y reciba la bendición en lugar del que no quiere. El que no desea usar los dones que Dios le ha proporcionado rápidamente vera que Dios puede quitarle su don y entregárselo a otro quien tiene deseos de cumplir con su voluntad. Como hemos visto en otros estudios, estamos aquí en la tierra para dar fruto, y si no damos fruto, pues ¿Qué estamos haciendo? En la parábola de los talentos, Jesús enseño que el que cumple con sus responsabilidades es bendecido, pero el que no cumple, pierde las responsabilidades que tienen y pasan al que es responsable ante su señor. Con esto llegamos al final de nuestra serie de estudios sobre nuestro ministerio. Hemos visto que nuestro ministerio es el ministerio de Jesús y que edifica el cuerpo y que no es algo con que uno debe jugar. Espero que haber aprendido conmigo y ahora es tiempo de poner en práctica lo que la Biblia y el Espíritu Santo nos han enseñado. Si vamos a tener buen compañerismo, si vamos a crecer espiritualmente y si vamos a ser activos en la lucha contra el mal, tenemos que cumplir con el ministerio de nuestro Señor aquí en la tierra. Vamos a orar. Padre sabemos que tenemos mucho trabajo que hacer, sabemos que muchos perecen cada día y ante la tremenda responsabilidad que se nos presenta nosotros temblamos. Pero Padre sabemos que tus estas con nosotros y que no dependemos de nuestro poder sino de tu poder, operando a través de nuestras vidas. Confiando en tu Palabra y dependiendo totalmente tu poder nos lanzamos al ministerio que nos has encomendado sabiendo que la victoria es nuestra, lo hacemos para tu honra y para tu gloria. Lo hacemos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 09, 2022
Mi Ministerio

Mi Ministerio Es El Ministerio De Cristo
Como me gustaría poder decir que el éxito de mi ministerio se debe a mí, pero no lo puedo decir. ¿Sabes por qué? No lo puedo decir porque sería una mentira, yo sé que, si este ministerio ha avanzado, no ha sido por el trabajo que yo he invertido sino a que se debe a que es un ministerio del Señor Jesús que Él me ha encomendado. Si este ministerio, si este programa radial ha sido de bendición a tu vida, si en alguna manera te ha atraído a los pies de Jesucristo o te ha ayudado espiritualmente, quiero que sepas que toda la honra y la gloria se las merece el Señor Jesús porque este ministerio es de Él. Cada buen discípulo de Jesús reconoce esta verdad y al ser alabado por un buen trabajo no se quedará con la alabanza, sino que la desviara en dirección de Jesús porque reconoce que Él es el único que merece ser alabado. En nuestro último estudio estábamos hablando del hecho de que el cristiano no trabajara aparte del cuerpo de Cristo, ósea la iglesia, porque Dios el Padre se complace únicamente con la obra de su Hijo. Por eso es que Colosenses 3:17 nos dice “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”. Cuando el creyente hace las cosas por sí mismo aparte del cuerpo de Jesús, no son las obras de Cristo sino las de sí mismo. En Isaías 64:6 nos enseña que todas nuestras justicias u obras son como trapos de inmundicia, pero cuando el creyente hace las cosas en el nombre de Jesús, el Padre es glorificado en gran manera. Efesios 3:20 y 21 dice “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”. Hoy deseo que hablemos acerca de tres verdades que pienso que nos ayudaran a enfocarnos un poco mejor en el trabajo que debemos estar realizando aquí en la tierra: En primer lugar, pienso que necesitamos comprender que nuestro ministerio es el de Jesús. Nosotros como su cuerpo, simplemente llevamos a término su ministerio aquí en la tierra para su honra y gloria. En segundo lugar, necesitamos comprender que el ministerio de Jesús es cumplir con la voluntad del Padre. Y, en tercer lugar, debemos comprender que nuestro ministerio no es algo nuevo, sino una continuación de un ministerio que fue propulsado desde antes de la fundación del mundo. Creo que todos han oído decir a algún trabajador del Señor Jesucristo que los creyentes trabajamos en la viña del       Señor. Hay un himno que cantamos y dice “Trabajar y orar, en la viña, en la viña del Señor, si mi anhelo es orar, y ocupado siempre estar, en la viña del Señor.” Estas palabras son resultado de un pensamiento que ha llegado a la conclusión de que nosotros como creyentes simplemente continuamos el trabajo de Cristo aquí en la tierra, ósea que no hacemos nuestro ministerio sino el de Jesús. La meta de cada cristiano es menguar en su propia vida, permitiendo que Jesús viva en nosotros su vida y realice por medio de nosotros su ministerio. Pablo lo explica de esta manera en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Esto es lo que hace que la vida del cristiano tenga valor, no estamos haciendo una obra insignificante aquí en la tierra, estamos haciendo el ministerio de Jesús el Hijo de Dios y es por eso que lo debemos hacer correctamente y de todo corazón, por eso es tan importante vivir totalmente entregados al liderazgo del Espíritu en nuestras vidas comportándonos como buenos discípulos del maestro. Tenemos cuidado porque no es una responsabilidad leve la que tenemos, es el ministerio de Jesús. ¿Y cuál es el ministerio de Jesús? Vamos a la Biblia para contestar esta pregunta. Jesús explico repetidas veces que su ministerio era hacer la voluntad del padre. En Juan 5:30 Jesús dice “mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. En Juan 6:38 encontramos estas palabras de Jesús “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Jesús no solo decía estas palabras, el cumplió con lo que decía. La noche antes de su muerte por la humanidad pecadora Jesús dijo “Padre, si quieres, pasa de mi esta copa.” Hablando de la muerte horrible que iba a sufrir “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” El ministerio de Jesús es hacer la voluntad del Padre, y ese es el mismo ministerio que nosotros llevamos. Para poder entender más del ministerio de Jesús solo tenemos que ir al libro de Lucas 4 y leer los versículos 18 y 19, dice “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”. Después de leer estos versículos en una sinagoga, Jesús se dirigió a los que escuchaban y les dijo “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Los que estaban en la sinagoga ese día no quisieron aceptar esa verdad, pensaron que Jesús blasfemaba por decir que Él era la persona de quien la Biblia estaba hablando en esos versículos. Se enojaron con Él, de tal forma se enojaron que iban a tirarle de la cumbre de un monte que estaba cercano, pero la Biblia dice “Mas el paso por el medio de ellos y se fue”. Este mismo ministerio es el que nosotros desarrollamos hoy, a los pobres les anunciamos la buena nueva de que la salvación es gratis en la persona de Cristo Jesús, no se necesita de dinero para entrar al cielo, a los que están quebrantados de corazón pesando que ya no hay esperanza les anunciamos que en Cristo la hay, y si vienen a Él, Él puede unir nuevamente los pedazos de sus corazones quebrantados. A los que están cautivos en sus pecados, les anunciamos libertad en la persona de Cristo, a los que están ciegos por las tinieblas del pecado les alumbramos con el evangelio del Señor Jesús, a los que están oprimidas por Satanás les anunciamos libertad en Cristo, predicamos el año agradable del Señor cuando el vendrá a la Tierra para llevarse a los suyos para reinar con Él por el toda de la eternidad, y ese es mi ministerio y también es tu ministerio. No es nada nuevo, es la continuación del ministerio de Jesús. En la vida de cada creyente los métodos pueden ser diferentes pero el ministerio es el mismo, y el resultado es igual. Y toda la honra y gloria va para Dios ¿Por qué? Porque sin Él no lo podríamos realizar, el ministerio es de Él y separados de Él no podemos producir lo necesario para tener un ministerio exitoso. En las palabras de Jesús en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Vamos a orar. Padre gracias te damos por permitirnos ser parte del ministerio de Jesús, que privilegio. Te pedimos que nos ayudes a vivir dignos del Evangelio y que nos des la fuerza para levantar en alto a nuestro Salvador, no tenemos palabras con que expresar nuestro agradecimiento por dar valor a nuestras vidas por medio de hacernos partícipes del glorioso ministerio de nuestro Señor Jesús. Gracias, Padre, mil gracias. En el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 08, 2022
Mi Ministerio

Mi Ministerio Edificara Al Cuerpo
Nuestro Dios es un Dios de orden, esto lo podemos ver en toda la creación, Dios ha hecho en orden todas las cosas hasta el último detalle. ¿Te has fijado alguna vez en la estructura del cuerpo humano? ¿Quién en su sano juicio podría pensar que el cuerpo humano surgió por accidente de la nada? ¿Sabías tú que el bebé que lleva una mamá embarazada en su vientre recibe su alimentación de la sangre de ella y sin embargo la criatura tiene o puede tener un tipo de sangre diferente a la de ella? Dios hace todas las cosas bien, las hace con orden, las hace de una manera en que el hombre no puede negar su existencia. Romanos 1:20 dice “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Ahí está, el hombre no tiene por qué dudar de la existencia de Dios, debe poder ver a su alrededor y observar a la naturaleza y determinar en su mente que es imposible que tanta orden surgiera de la nada. Hay personas quienes dicen que me falta un tornillo por creer en Dios, pero ¿Sabes qué? Yo pienso que se requiere más insensatez declarar que Dios no existe y que todas las maravillas ordenadas que nos rodean surgieron por un accidente cósmico, que tontería. Además de eso, yo sé quien vive en mí, yo sé quién me dirige a mí, yo sé quién hizo los cielos y la tierra y yo no necesito pruebas de nada. En vista de que Dios es un Dios de orden, es necesario comprender que nosotros también debemos ser ordenados en nuestro caminar por la vida cristiana. En esta serie de estudios hemos hablado de nuestro ministerio y del hecho que Dios tiene un ministerio preparado para cada uno de sus hijos, pero esos ministerios que tiene preparado no son desordenados, cada ministerio tiene orden y propósito. En nuestro estudio hoy quiero que observemos tres verdades: En primer lugar, deseo que comprendamos que cada ministerio es para la edificación del cuerpo de Cristo, ósea la iglesia. En segundo lugar, quiero que observemos que todo ministerio debe ser realizado por el cuerpo de Cristo. Y, en tercer lugar, deseo que entendamos que el verdadero discípulo de Jesús no trabajara aparte del cuerpo. Puede ser que esto suene raro a los oídos de algunos, pero pienso que, si prestan atención a lo que vamos a estudiar en la Biblia, al finalizar el estudio hoy, llegaran a la misma conclusión. Vamos a ver primero el hecho de que todo ministerio ha sido dado por Dios para la edificación del cuerpo. Si vamos en nuestras Biblias a Efesios 4:11-16 leeremos lo siguiente “Y él mismo (Hablando de Cristo) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. Como vemos aquí, estos versículos hablan mucho de crecimiento y edificación. Nos dice que Dios constituyo a ciertas personas especiales, para que ellos ayudaran a los creyentes en Cristo, perfeccionarse en sus diferentes ministerios para la edificación del cuerpo. Según los versículos, estos miembros deben ayudarse mutuamente para que el cuerpo sea edificado en amor. Hoy el cuerpo de Cristo esta por la mayor parte sentado con los brazos cruzados y dejando todas las funciones en manos del pastor. Lo triste es que la mayoría de los pastores han permitido que esto siga así ¿Por qué? Porque piensan que para eso reciben su sueldo, y esta es la práctica de la mayoría de las iglesias, pero tal práctica es antibíblica. Jesús constituyo al pastor para preparar a los miembros de la iglesia para que ellos realizaran como un cuerpo la obra del ministerio. Cada uno debe usar el don que ha recibido de Dios para ayudar a los demás miembros del cuerpo y así todos los miembros reciben beneficio los unos de los otros y cada quien tiene la satisfacción de estar viviendo con un propósito. 1 Pedro 4:10 dice “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. Así que todos tenemos un ministerio que Dios nos ha dado y ese ministerio será usado para edificar a la iglesia. Esto nos trae al segundo punto que deseo que observemos, pero ¿Porque los ministerios son para edificar a la iglesia? ¿Por qué no son usados para llevar a cabo otras labores? La respuesta a estas preguntas es sencilla. Los ministerios son para edificar a la iglesia, porque es la iglesia la que tiene el deber de cumplir con el trabajo del Señor aquí en la tierra. Cuando Jesús dio su gran comisión de ir y hacer discípulos a todas las naciones, la dio a su iglesia. Algunos discuten que la gran comisión fue dada únicamente a los once apóstoles que fueron con Él al monte de Galilea, pero si así fuera, porque les diría Jesús en Mateo 28:20 “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. ¿Acaso los once apóstoles todavía están vivos hoy? Claro que no, las palabras de la gran comisión fueron dirigidas a la iglesia de Jesús, fue Jesús quien dijo “Sobre esta roca edificare mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. En mis años de servir al Señor he tenido el privilegio de conocer a muchos siervos del Señor, también he visto a muchos creyentes quienes decían que estaban sirviendo al Se ñor, pero quienes no querían nada que ver con la iglesia. Quiero aclarar algo muy importante, lo más precioso para Jesús aquí en la Tierra es su iglesia. Efesios 5:25 dice “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. Jesús amo tanto a la iglesia que se entregó por ella, el cristiano no puede decir que ama a Jesús y al mismo tiempo despreciar a la iglesia la cual es su cuerpo. De hecho, el verdadero discípulo de Jesucristo no tendrá un ministerio que trabaja aparte del cuerpo de su Señor. Jesús es glorificado únicamente a través del trabajo de su iglesia, cuando el individuo quiere trabajar aparte del cuerpo, insulta a su Señor, pues la iglesia es preciosa para Él. Todo buen discípulo de Jesús será activo en su cuerpo, la iglesia, y no hará nada que perjudicará el testimonio de la iglesia, siempre buscará obtener la bendición de la iglesia ¿Por qué? Porque lo que afecta a uno de los miembros afecta a todos. 1 Corintios 12:26 dice “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. Nuevamente quiero hacer énfasis en el hecho de que Dios ha dado a cada creyente un ministerio, con el cual el cuerpo, ósea la iglesia, es edificado. La iglesia debe ser edificada porque es ella la que tiene la responsabilidad de llevar a término la obra del Señor en el mundo, pues ella es su cuerpo. El verdadero discípulo de Cristo llevara a término su ministerio dentro de la iglesia porque de otra manera no puede traer honra y gloria a Dios el Padre, el Padre se complace únicamente con lo que hace su Hijo, la iglesia siendo el cuerpo del Hijo trae honra y gloria a Dios siempre y cuando hace la voluntad de la cabeza Cristo Jesús. Así que, si no estás dentro de una iglesia escritural, mi consejo es que te unas lo más pronto posible y comiences a desarrollar tu ministerio dentro de ella. Vamos a orar. Padre gracias te damos por la enseñanza de tu Palabra, te pido que nos ayudes a comprender y a obedecer lo que aprendemos. Gracias por la iglesia, ayúdanos a encontrar nuestro lugar en ella y así ser activos en el ministerio que nos has dado. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 07, 2022
Mi Ministerio

Dios Me Capacitara Para Mi Ministerio
Satanás es muy astuto en hacer reconocer a los siervos de Dios sus debilidades y las razones por las cuales ellos no debieran servir a Dios. Muchas veces yo me he sentado tras este micrófono pensando ¿Y tú que haces aquí? ¿Qué corona tienes tú para aceptar la grandiosa responsabilidad de anunciar verdades de la Palabra de Dios? ¿Quién te ha dicho a ti que tú eres merecedor de este puesto? Y al pensar en mi vida pasada y lo difícil que me ha sido ser fiel y obediente a mi Dios, comienzo a sentirme débil e inútil, incapaz de pronunciar principios bíblicos. Pero es entonces cuando viene mi guía, el Espíritu Santo y me dice: Ricardo, todo lo puedes en Cristo quien te fortalece, acuérdate que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es a fin de que nadie se jacte en su presencia, y tú no estás sentado tras este micrófono porque eres digno de hacerlo, sino porque Cristo te ha hecho digno de hacerlo, no estás aquí para gloriarte de ti mismo sino para traer gloria al nombre de Jesús, así que sigue adelante. Y es por eso que lo hago, y lo seguiré haciendo hasta que mi Dios me indique lo contrario. En nuestro pasado estudio vimos que Dios tiene un ministerio preparado para cada uno de sus hijos. Dios desea que nuestras vidas tengan propósito y no seremos satisfechos hasta cumplir con el propósito por el cual el Señor nos salvó. El creyente que no está cumpliendo con el ministerio que Dios tiene preparado para él, será una persona triste pues tendrá una vida vacía careciendo de propósito. El no problema no está en que Dios no da saber su voluntad a sus hijos, sino que cuando se las da a saber, viene Satanás y hace que los hijos se sientan inútiles e incapaces de llevar a cabo el ministerio que Dios les ha expuesto. Lo que cada discípulo necesita saber es que si Dios le ha expuesto un ministerio es porque Él dará también la capacidad para desarrollar ese ministerio. Además de esto, uno no es quien se coloca en la posición que uno quiere, sino es Dios quien le pone ahí. La única cosa por la cual el creyente debe preocuparse es por ser obediente, cuando Dios te dice que debes hacer algo, hazlo y no hagas preguntas, obedece. Como pastor de iglesia yo he cometido muchas veces el error de seleccionar a hermanos capacitados para ciertos trabajos, pero quienes no habían sido seleccionados por Dios. De otros hermanos he dicho: Este nunca lograra moverse en este ministerio. Y cuál fue mi sorpresa cuando lo hicieron y con gran éxito, lo que pasa es que Dios sabe lo que hace, Él coloca a las personas en las posiciones que Él quiere y les da capacidades para desarrollar su labor con mucho éxito, y esto hace con cada persona. 1 Corintios 12:18 nos dice “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso”. ¿Por qué mi Dios me selecciono para ser el vocero de El Contacto Cristiano? No lo sé, pero sé que Él me ha dicho que lo haga y voy a obedecerle confiando en Él para que todo salga bien, y tú debes hacer lo mismo. Claro está que siempre podrás exponer tus excusas para no hacer lo que Dios te expone, yo lo he hecho. Yo nunca recibí curso para hablar por la radio, no tengo ningún certificado de teología, puedo darte un millón de excusas por las cuales yo no debiera estar aquí, pero aquí estoy ¿Por qué? Porque Dios así lo ha deseado. Moisés no quiso ser vocero de Dios a Israel porque dijo que mucho tartamudeaba. Gedeón estaba tan inseguro de sí que hizo que Dios le probara varias veces que él era el hombre que Dios deseaba para la tarea. Jeremías dijo que él era demasiado joven. ¿Quién hubiera pensado que David mataría al gigante? ¿Quién hubiera creído que Daniel se escaparía del foso de los leones? ¿Quién hubiera pensado que Josué guiaría al pueblo de Israel en la conquista de la tierra de Canaán? ¿Quién hubiera pensado que Ester llegara a ser reina y que salvaría a su pueblo de una muerte segura? ¿Quién hubiera dicho que Saulo de Tarso llegaría a ser el misionero de más celo por las cosas de Señor que jamás ha existido? Y podríamos seguir con otros nombres durante el resto del programa, nombres de personas quienes nunca pensaríamos capaces de llevar a término lo que hicieron, pero lo hicieron. La razón por la cual lo lograron es porque Dios los capacito para llevar a cabo el ministerio que Él les había preparado, y hará lo mismo para ti y para mí. Cuando nosotros obedecemos a Dios, somos más que vencedores y cuando hacemos su voluntad no hay nadie quien pueda detenernos. Escucha lo que dice Romanos 8:28-31 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. Como podemos ver en estos versículos es Dios quien hará todo el trabajo, nosotros solo tenemos que ser obedientes y entregarnos a su voluntad, Él hará todo lo demás. Es una verdadera lástima que haya tantas personas que andan sin rumbo en la vida. Sus vidas vacías sin propósito viven para comer y comen para vivir, que triste ¿Verdad? Pero no es así con el que obedece al Señor. La vida del siervo de Dios nunca carece de significado y es así porque Dios hará grandes cosas en la vida de aquellos quienes cumplen el propósito por el cual Dios los ha llamado. Mi hermano en la Fe, no debes tener miedo en las tareas que Dios pone delante de ti. Dios nunca te expondrá a un trabajo que sea demasiado grande, no hay trabajo que tú y Él no pueden hacer, claro está que, si lo intentas hacer solo puede que fracases, pero si lo haces confiando en Él tendrás éxito. Conste que, si Dios te llama a un trabajo o un ministerio especial, Él no te dejara solo, Él te capacitara para que hagas la tarea que te expone, confía en esa verdad. No trates de huir de la responsabilidad por medio de pretextos y excusas, obedece, Dios te ayudara. Acuérdate que no hay nadie quien puede hacer el ministerio que Dios te ha dado mejor que tú, ese ministerio fue hecho a tu talla y medida, si quieres ser feliz y tener la satisfacción de haber cumplido con el propósito por el cual fuiste creado, debes atacar a tu ministerio con gozo y confiando que Dios te dará la victoria, y te aseguro que Él lo hará. Vamos a orar. Padre gracias te damos por el ministerio que Tú tienes preparado para cada uno de los que somos tus hijos. Gracias no solo por el ministerio, sino por la capacidad de llevarlo a término. Padre sin ti nosotros somos inútiles, pero contigo somos más que vencedores. Te pedimos que nos ayudes en ser fiel a tu voluntad, indíquenos lo que quieres que hagamos y danos las energías para hacer los que nos indicas. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 06, 2022
Mi Ministerio

Dios Tiene Un Ministerio Para Mi
Qué bueno es ser salvo, que bueno es saber que ya no hay condenación para uno, que bueno es ser libre. No me canso de darle gracias a Dios por la salvación que tengo en Cristo Jesús y diario le sirvo en agradecimiento a lo que Él ha hecho por mí. Algunos me critican por mi andar con el Señor y me cuentan de lo que me estoy perdiendo, pero déjame decirte algo: Yo ya estuve en tu manera de vivir, yo sé lo que es. Se lo que es fingir la felicidad, se lo que es tapar el dolor que uno siente en el vacío de su ser con una sonrisa falsa. Pero ahora conozco a Cristo y se lo que es ser verdaderamente libre ¿Sabes qué? Tú puedes quedarte con tu forma y estilo de vida, yo ya no quiero tener nada que ver con ella. Dios tiene algo mucho mejor que hacer con mi vida y quiero llevar a cabo su voluntad al igual que lo hizo mi Señor, yo quiero ser un verdadero discípulo de Jesucristo, Él es mi Salvador. Pero yo quiero que Él también sea mi Señor, dirigiendo mi vida y controlando todo lo que yo hago. Cuando Dios envió a su Espíritu Santo para entrar en mi espíritu humano y me dio vida eterna haciéndome nacer a su familia, Él tenía algo preparado para mí. Todo lo que Dios hace tiene un propósito. Dios no hace las cosas descabelladamente como las hacemos nosotros, todo lo que Él hace tiene orden. Esto es demostrado claramente en toda su creación, una vida sin Dios es una vida sin propósito porque es Dios quien da significado a la existencia de uno, y cuando uno reconoce esta verdad, se arrepiente de sus pecados e invita a Jesús en su corazón, nace espiritualmente, es hecho una nueva criatura y recibí algo por lo cual vale la pena vivir. Antes de recibir a Cristo la vida de uno es una vida de egoísmo, día tras día uno vive para sí, buscando un poco de felicidad momentánea por aquí y otro poco por allá. Uno se levanta, estudia o trabaja y se vuelve a acostar para hacer lo mismo día tras día, semana tras semana y año tras año. Pero al recibir a Cristo eso cambia, siempre y cuando uno vive una vida entregada a Él, uno ya no vive para sí mismo, sino que vive para su Salvador para su Señor y esto trae gran satisfacción. Tú me dices: Pero espera hermano Ricardo, yo he visto a muchos cristianos tristes que viven peor que otras personas que yo conozco. Y yo tengo que afirmar lo que dices, pero lo que sucede es que estas personas son tristes por una de dos razones: En primer lugar, puede ser que estén fingiendo ser cristianos. O, En segundo lugar, puede ser que no están cumpliendo con el ministerio que Dios les ha dado. Debes comprender que no todos los que dicen ser cristianos lo son, yo he conocido a muchos jóvenes que por ganarse el corazón de una jovencita cristiana han pasado adelante en un servicio eclesiástico fingiendo recibir a Cristo y hasta bautizándose, pero una vez que las jóvenes se unieron en matrimonio con ellos, se retiraron por completo de la obra del Señor. Jesús enseña la realidad de los que fingen ser cristianos en Mateo 7:21-23 diciendo “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Como puedes ver, muchos andan por ahí diciendo que tienen la verdad, diciendo que Jesús es bueno, pero ni siquiera los conoce el Señor ¿Por qué? Porque nunca se han arrepentido de sus pecados y nunca le han pedido que entre en sus corazones aceptándole como único y suficiente Salvador de sus vidas. Otros le han recibido, pero ellos son oidores y no hacedores. Santiago 1:22 dice que estas personas se engañan a sí mismos, pues no tienen ninguna seguridad, son como personas que se ven en un espejo y luego se olvidad de como son, eso no debe ser así. Dios te ha dado vida eterna con un propósito, Él tiene planes para tu vida, Él quiere que tu vida tenga significado, pero esto se logra únicamente cuando el individuo se entrega por completo a Él y le obedece. Uno no debe ser oidor de la Palabra, sino hacedor de ella. Cuando uno recibe a Jesús como Salvador deposita toda su confianza en Él creyendo de corazón, siendo obediente a lo que Dios dice en su Palabra, pero no debe terminar ahí la fe. El creyente en Cristo debe seguir confiando en Dios el resto de su vida, depositando toda su confianza en Él para todo y ser obediente en todo lo que Dios pide de uno. Acuérdate de las palabras “El justo por la fe vivirá”. Toda nuestra vida debe ser una vida de fe, tú me dices: Hermano Ricardo, yo sé que Dios tiene un trabajo para mí en su viña, pero tengo temor de fracasar y quedar mal con él no me siento capaz de hacer su trabajo. Bueno ponte en fila, ¿Crees que yo no decía lo mismo cuando Dios me entrego el ministerio de El Contacto Cristiano? ¿Crees tú que yo me sentía capaz de hacer lo que hago? No, pero si tuve confianza en Dios y le dije: Padre, si tú quieres que yo haga esto entonces vas a tener que ayudarme, porque yo sé que solo no lo voy a poder hacer. Y ¿sabes qué? No me ha dejado solo, pero ni por un momento. Pero no solo nosotros hemos tenido este sentir, muchos en la Biblia pusieron excusas para no aceptar el puesto que Dios les daba. Moisés dijo que él no podía porque era tartamudo, Jeremías dijo que él era muy joven, y ¿Cuál es tu excusa? No importa cuál sea, porque en realidad no tiene validez. Dios tiene una oficina para ti en su obra, en la puerta de esa oficina está tu nombre, yo no puedo entrar a esa oficina porque no es mía, yo tengo mi propia oficina. Solo hay una persona quien tiene derecho de entrar en esa oficina y eres tú ¿Vas a entrar? ¿Vas a ser hacedor de la Palabra o solo oidor? A cada uno de sus hijos Dios les ha dado un ministerio, no hay nadie quien puede desarrollar el ministerio que Dios te ha dado a ti mejor que tú mismo. Dios ha preparado ese ministerio a tu medida, es algo especial que solo tú puedes desarrollar y esto es cierto con cada hijo de Dios. Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Este versículo solo añade a la verdad que Dios tiene un ministerio preparado para cada uno de sus hijos. Nos ha creado en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales preparo de antemano para que anduviésemos en ellas. Todo lo que Dios hace tiene un propósito, Dios no te ha hecho su hijo para que estés sentado con los brazos cruzados, engordándote y desperdiciando tu vida valiosa. Dios quiere que hagas algo con tu vida, porque Él sabe que nosotros tenemos la necesidad de saber que somos útiles para algo, al terminar su vida uno mira para atrás, si ha logrado algo se siente satisfecho, si no, se siente triste y amargo. Qué bueno si todos pudiéramos decir como Pablo en 2 Timoteo 4:7 “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. Mi hermano en Cristo, Dios tiene algo preparado para ti, no te quedes sentado, ponte a trabajar y se obediente a la Palabra. De repente por tu fidelidad, Dios te mostrara lo que Él quiere que hagas, cuando te muestre tu ministerio, cumple, te prometo que no te arrepentirás. Vamos a orar. Padre gracias te damos por el amor que tienes para con nosotros, ayúdanos a comprender cuál es nuestro ministerio y a llevarlo a término con todas nuestras energías. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 05, 2022
Oración

Poniendo Pies A La Oración
¿Sabes por qué la mayoría de nuestras oraciones no son contestadas? No son contestadas porque no hay nadie dispuesto a realizarlas. La mayoría de nuestras oraciones llegan a Dios, pero como son oraciones que faltan de sinceridad no hay nada que Él quiere hacer con ellas. Es importante que comprendamos que, al orar, expresando a Dios nuestras peticiones, debemos estar listos por si Él quiere contestar nuestra oración a través de nosotros mismos. En la mayoría de los casos nosotros queremos exponer el problema, pero no deseamos ser involucrados con resolver el problema. Por ejemplo, sabiendo que hay una necesidad del evangelio en África, oramos a Dios pidiéndole que envíe a un misionero a ese lugar, pero que tal que Dios contestara tu oración y te dijera: “Está bien, empaca tus cosas porque mañana te acompañaré a África. Ahí harás mi voluntad”. Entonces las cosas cambian, ¿Verdad? Nosotros queremos que Dios conteste nuestras oraciones, pero queremos que utilice a otros en contestarlas. No estamos dispuestos a ponerle pies a nuestras oraciones. Deseo que hablemos hoy de tres cosas que debemos llevar en la mente cuando vamos a Dios en oración. En primer lugar, que Dios puede utilizar muchos diferentes medios para contestar la oración; en segundo lugar, que cuando oramos, debemos creer de corazón que Dios nos contestará; y en tercer lugar que debemos estar preparados porque puede ser que Dios desea usarnos a nosotros mismos para contestar nuestras propias oraciones. Dios no tiene que contestar nuestras oraciones de la manera que nosotros pensamos que las debe contestar. Viene a mi mente la ilustración del viejito que se encontraba en medio de una inundación, poniéndose de rodillas sobre el techo de su casa clamó a Dios diciendo: “Padre sálvame, pongo mi vida en tus manos. En ti confiaré”. El agua seguía subiendo, después de unos minutos llegó una patrulla de rescate en una lancha, y pidieron al anciano entrar con ellos en la lancha, pero el ancianito dijo: “Mi confianza está en Dios. Él me salvará. No iré con ustedes”. Viendo que el señor no se iba a meter a la lancha lo abandonaron. El agua seguía subiendo y el anciano nuevamente alzó sus ojos al cielo para pedir auxilio. Después de unos minutos llegó un helicóptero, y del helicóptero extendieron una soga al ancianito para salvarle, pero éste la rehusó y dijo: “Mi confianza está en Dios. Él me librará de este dilema”. El helicóptero se fue. El agua siguió creciendo, el ancianito nadó por lo que parecía una eternidad; pero finalmente se cansó y se ahogó. El relato cuenta que cuando el anciano llegó al cielo estaba un poco molesto y estando frente a Dios le preguntó: “¿Por qué no me salvó?, yo puse mi confianza en ti, ¿Por qué no me contestó?”. Dios meneando la cabeza le contestó: “Hijo, primero te envié una lancha, y luego un helicóptero, y en ninguno de los dos te quisiste subir”. Muchos de nosotros deseamos que Dios conteste nuestras oraciones, pero queremos que las conteste como nosotros pensamos que debiera contestarlas. Le decimos: “Padre quiero conocerte mejor, quiero tener buen compañerismo contigo y saber lo que te agrada”; y Dios dice: “Muy bien, ahí está mi Palabra, estúdiala y me conocerás mejor. Sabrás lo que me agrada”. Pero esa no es la respuesta que queríamos escuchar, así que seguimos igual, siempre pidiendo a Dios conocerle mejor. Dios puede contestar nuestras oraciones por muchos medios, pero debemos estar dispuestos a recibir el medio que Él escoge. Cuántas personas van al infierno porque no quieren aceptar el medio que Él ha establecido para la salvación. Él les dice que la única manera que van a llegar a Él es por medio de Jesús, pero ellos no quieren escuchar eso; ellos quieren llegar por sus propios medios, y lo triste es que no podrán. Otra cosa que necesitamos comprender de la oración es que cuando pedimos no debemos dudar de que Dios nos escucha, y de que nos contestará. Santiago 1:6-7, dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”. Si nosotros pedimos de acuerdo a la voluntad del Señor, y si nuestra relación con Él está bien, entonces debemos poder pedir, no importa cuál sea nuestra situación, y saber con seguridad que Dios nos contestará. Un predicador del viejo oeste fue invitado a un servicio de oración, se subió a su caballo y buen rato después llegó a la capilla donde los hermanos se iban a reunir para orar. La oración era una gran necesidad de ese día, porque habían pasado meses en que no llovía y las cosechas ya estaban por perderse. Hoy todos los hermanos se iban a congregar para pedir a Dios que abriera los cielos, y dejara caer la lluvia que todos necesitaban. El predicador al llegar a la capilla desmontó y empezó a desamarrar la silla de su animal. Cuando entró a la capilla todos lo miraron de una manera muy rara, pues traía consigo la montura o albarda de su caballo. Al preguntarle el porqué de su acción el predicador contestó: “Venimos a pedirle a Dios que nos de lluvia, yo estoy seguro de que va a contestar nuestra oración, y no quiero que mi montura se moje y se arruine”. ¿Ves la diferencia entre el predicador y los demás? Él venía a orar de verdad, ellos no estaban muy seguros de lo que ellos iban a hacer. Cuando oramos debemos pedir sabiendo que Dios nos escucha y se complace en contestar nuestras oraciones, siempre y cuando son para su honra y gloria. Siempre debemos estar preparados para que Dios nos utilice a nosotros mismos, para contestar nuestras propias oraciones. He oído de personas quienes tienen años de estar orando por la salvación de familiares o amistades, y me dicen: “Hermano Ricardo, quiero que me ayudes a orar por tal y tal persona”. Yo tengo años orando para que se salve, pero Dios todavía no me ha concedido mi petición”. Después de oír esto de sus propias bocas, les pregunto: “¿Y cuántas veces les has explicado a tu amigo el plan de salvación?, ¿Cuántas veces los has invitado a ir a la iglesia contigo?”. Después de unos momentos de silencio me contestan: “Eh, bueno, ninguna, pero es que yo no soy la persona indicada, pero sí estoy orando por ellos”. Por favor, ¿Y quién es la persona indicada?, cuando oramos por las personas nosotros debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para que se realice lo que pedimos. Dios desea que nosotros pongamos de nuestra parte también, de nada serviría pedirle a Dios que te ayude a bajar de peso y seguir comiendo desenfrenadamente. De nada sirve pedirle a Dios que te ayude a sacar buenas notas en un examen, si no estás dispuesto a estudiar. ¡Qué será, que nosotros queremos que todas las cosas nos vengan fáciles! Te diré un secreto: no es así la cosa, lo que el discípulo hace es pedir la ayuda de Dios, y luego ser obediente a Él. Uno se esfuerza y cuando Dios ve la sinceridad, y cuando uno piensa que ya no puede más, entonces Dios entra con su mano poderosa y da las energías para seguir adelante, pero no nos ayudará si nosotros vamos a sentarnos con los brazos cruzados. Hemos llegado al final de nuestra serie de estudios sobre la Oración, espero que el Espíritu Santo te haya hablado a tu corazón, y te haya hecho ver la necesidad de orar, pero también de estar dispuesto a hacer algo en cuanto a ello si es que Dios nos dice que lo hagamos. Yo he orado por la oportunidad de ayudar a mis hermanos por medio de instruirlos en la sana doctrina, y Dios me dice Ricardo tienes la oportunidad, y he hecho todo lo posible para hacer lo mejor que puedo. No te olvides de orar por mí, que Dios me dé fuerzas para seguir adelante. Te lo voy a agradecer con todo mi corazón. Y ahora. Vamos a orar. Padre gracias por la oración y por escuchar nuestras oraciones. Hemos comprendido la necesidad de ser sinceros contigo cuando oramos, y de estar dispuestos a hacer algo si tú nos lo indicas. Gracias Padre por todos los que oran por este ministerio, pido que les bendigas y que les ayudes a tener un contacto cristiano con todos quienes los que los rodean. En el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 02, 2022
Oración

Intercesión Y Agradecimiento
Uno de los ingredientes más importantes para tener una vida cristiana victoriosa es la oración. Este ingrediente hace falta en la mayoría de los hogares cristianos hoy, y debido a ello es que estamos en la situación que estamos. Como hijos de Dios debemos practicar la oración, pues es un medio por la cual podemos llegar al Padre celestial con nuestras peticiones, es un medio que Él mismo estableció con el fin de ayudarnos. La oración no es algo que el hombre inventó, la oración es algo que Dios ha entregado al hombre, y si el hombre se acerca a Dios orando dentro de las reglas establecidas tendrá en su vida un arma potente que abre las ventanas del cielo y hace caer bendición tras bendición. En nuestro último estudio establecimos el precepto de que hay unos pasos ordenados, que forman la estructura de una oración y que pueden servirnos para ayudarnos en formular nuestras propias oraciones para comunicarnos más adecuadamente con Dios. Los pasos de la oración se pueden dividir en cuatro etapas: Alabanza, Confesión, Intercesión y Agradecimiento; ya hemos visto las primeras dos etapas, al comenzar nuestras oraciones llegamos a la conclusión de que es bueno reconocer a Dios, alabándole por sus atributos divinos y dándole el puesto que merece en nuestra vida. Después pasamos a la Confesión, exponiendo a Dios nuestras fallas y pecados, limpiándonos de todo para encontrarnos en santidad ante su presencia. ¿Y por qué no nos limpiamos antes de llegar a Él en oración? No podemos porque Él es el único quien puede limpiarnos, habiendo sido sinceros con Dios en el asunto de la Confesión, podemos pasar a las próximas dos etapas: la Intercesión y el Agradecimiento. La Intercesión es una de las partes favoritas de Dios, cuando se habla de la oración, es así porque la intercesión es orar en bienestar de otros; a Dios le agrada la Intercesión porque uno deja de ser egoísta y se pone a pensar en otras personas, pidiendo a Dios por las necesidades de ellos. ¿Te acuerdas de los dos grandes mandamientos que Jesús nos dio? Se encuentran en Mateo 22:37-40, escucha esto: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Ahora piensa en lo que ya hemos estudiado, vienes a Dios en oración y le dices lo mucho que el significa para ti; alabándole por sus atributos divinos; después le cuentas lo mal que te sientes por fallarle y le pides perdón, confesándole tus errores; en esto has cumplido con el primer mandamiento de amar a Dios, si es que lo haces con sinceridad. Luego vienes en tu oración y comienzas a pedir por las necesidades de otras personas, y orando a Dios y suplicando su ayuda en bienestar de ellos; al hacer esto estás cumpliendo con el segundo mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo. Claro está que esto no es todo lo que involucra cumplir estos mandamientos, pero hoy estamos hablando de la oración, y vemos cómo se debe relacionar la oración a estos dos mandamientos que Dios mismo estableció. Si quieres saber por qué Dios no contesta nuestras oraciones hoy, es porque oramos mal. Escucha lo que dice Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. La mayoría de las oraciones dirigidas a Dios son oraciones llenas de egoísmo: Dios bendíceme; Dios dame esto; Dios dame lo otro, estas oraciones no son bíblicas, no califican para ser contestadas, y por eso es que Dios no las contesta. En cada oración que nuestro Señor expresó en la Biblia, encontraremos que lo único que pide para sí mismo es poder para cumplir la voluntad del Padre. Las oraciones del Maestro Divino expresaban su deseo para el bienestar de Dios y de sus hermanos y hermanas en la fe; sus actos no eran egoístas ni tampoco lo fueron sus oraciones. Cuando nosotros nos presentamos delante de Dios todo poderoso, habiéndole reconocido en nuestros corazones como el único quien todo lo puede; y habiéndole expresado nuestro arrepentimiento por nuestras debilidades, entonces estamos listos para levantar en oración a las personas a quienes tanto amamos, y pedirle a Dios que nos use para ayudar en lo que podemos. Debemos orar por nuestras familias pidiendo a Dios darle fuerza espiritual, a traerlos a los pies de Jesucristo si es que no son salvos; debemos también interceder por ellos llamándolos por nombre ante el Señor y exponiendo el caso personal de cada quien. Al mismo tiempo debemos pedirle a Dios, que nos muestre cómo nosotros podemos ayudar para resolver la situación de cada quien. Debemos pedir las bendiciones de Dios sobre misioneros, evangelistas, pastores, predicadores y maestros de la Palabra de Dios. Debemos levantar en oración los diferentes ministerios de nuestras iglesias. Debemos orar por programas radiales como esta que tienen la dicha de esparcir la semilla a mayor cantidad de personas por medio del aire. Debemos rogar a Dios por la salvación de nuestros amigos, y aún enemigos, pidiendo al Padre que nos de fuerza para presentarles buen testimonio en todo tiempo. Debemos orar por los gobiernos del mundo y por sus líderes. Debemos levantar en oración a los enfermos, las viudas y los huérfanos. Como puedes ver este asunto de la Intercesión es trabajo, porque requiere energía. Al orar con sinceridad por estas personas y organizaciones y ministerios, muchas veces el que ora queda exhausto. La oración es algo muy emocional pues, uno expresa su corazón al Señor. Lucas 22:44, nos habla de Jesús, diciendo: “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Todos los personajes grandes de la Biblia eran personas que practicaban la oración, intercediendo en bien de otros, y si nosotros vamos a ser como nuestro Señor, tendremos que hacer lo mismo. Uno no puede considerarse discípulo de Jesús si no intercede por otros en oración. Y eso nos trae a la última fase de la oración, la fase de Agradecer a Dios por todo. Muchas palabras han perdido su valor a través de los tiempos, la palabra gracias es una de ellas. La mayoría de las personas hoy dicen gracias, pero lo dicen como una formalidad y no algo que se siente en el corazón. Dios conoce nuestro corazón; Él sabe si de veras estamos agradecidos o no. Todos los días escucho a personas orar, pidiendo a Dios que les de esto y lo otro, pero muy pocas veces escucho a alguien dar gracias cuando Dios les concede su petición. En esto mostramos nuevamente nuestro egoísmo, no debemos olvidarnos nunca de dar gracias por lo que Dios nos da. Nuevamente se nos ha ido el tiempo, y no te olvides de practicar las cuatro fases o etapas de la oración: la Alabanza, la Confesión, la Intercesión y el Agradecimiento. Si Dios lo permite en nuestro próximo estudio hablaremos de ponerle pies a la oración. Vamos a orar. Padre eres maravilloso. Sabemos que Tú eres la fuente de toda energía y que sin ti nada puede funcionar como es debido. Y Padre reconociendo esta verdad venimos delante de ti pidiéndote que tomes control de nuestras vidas. Usándonos como tú deseas. Muchas veces hemos sido negligentes haciéndote a un lado en nuestras vidas, viviendo como nosotros hemos deseado, perdónanos. Padre te pido que nos animes en tu servicio y que nos des las fuerzas que necesitamos para ganar al mundo y así engrandecer tu reino. Gracias Padre por la vida y victoria que tenemos en Cristo Jesús. Gracias por la oración. Gracias por el estudio de hoy extraído de tu Palabra. En el nombre de Jesús oramos y te agradecemos. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 01, 2022
Oración

Alabanza Y Confesión
¿Cuánto tiempo, pasas tú hablando con Dios? ¿Tienes una hora especial en el día cuando te apartas  para encontrarte a solas con el Padre celestial? La oración es una parte vital de la vida del cristiano, enséñame a un cristiano que no ora, y yo te enseñaré una vida de escaso poder. Ya hemos visto en los dos estudios pasados, la necesidad de orar y también observamos algunos personajes de oración, hoy quiero que iniciemos un estudio de los ingredientes de la oración. Espero que, al terminar el estudio, tendremos información suficiente para saber cómo orar, y le pido a Dios que sabiendo cómo, nos animaremos a poner lo aprendido en práctica. Pido esto porque la mayoría de los cristianos, hoy día, no oramos, y por eso es que el mundo está en la situación en que está. Imagínate lo que sucedería si después de esta lección, todos los cristianos nos arrodilláramos donde quiera que estuviéramos y le pidiéramos a Dios que enviara un avivamiento a su obra, aquí en la tierra. La oración es un arma potente que los cristianos no utilizamos, y ya es hora que comencemos a orar, pero primero debemos saber cómo. Yo pienso que la oración se compone de cuatro ingredientes: Alabanza, Confesión, Intercesión y Agradecimiento. Hoy vamos a tomar los primeros dos ingredientes y estudiarlos; y en el próximo estudio hablaremos de los otros dos. Alabanza y Confesión, estos son los primeros dos ingredientes, una oración sin alabanza no es oración, una oración sin confesión ni siquiera será escuchada por Dios. Vamos a tomar esos ingredientes uno por uno y estudiarlos para llegar a una buena compresión de cómo podemos orar. Siempre es bueno iniciar nuestras oraciones a Dios con alabanza; la alabanza a Dios es simplemente hacer buenos comentarios a Dios sobre su naturaleza divina; es reconocerle por quién es; no es asunto de recordar a Dios de sus cualidades y atributos, sino de darle a entender, aunque ya lo sabe, que nosotros sabemos quién es Él. Es reconocerle como el todo de nuestra vida, es mostrarle y magnificarle por ser digno de tener toda nuestra atención y aprecio. Alabar a Dios es colocarle sobre todas las cosas en nuestras vidas y publicar que Él es lo máximo para nosotros. Escucha la alabanza del salmista en el Salmos 84 “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. Porque sol y escudo es Jehová Dios; Jehová de los ejércitos, Dichoso es el hombre que en ti confía". En esos versículos el salmista ha puesto a Dios en su corazón sobre todas las demás cosas, y sí que agrada a Dios que sus hijos le alaben de corazón; digo de corazón porque hay quienes alaban con la boca nada más. Isaías 29:13 dice: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”. Uno no puede llegar donde Dios y comenzar a elogiarle para después pedirle un favor, así como hace con otras personas; uno no lo puede hacer porque Dios conoce el corazón de uno, a Él no se le puede engañar. Él sabe perfectamente bien si las palabras que estás diciendo vienen de tu corazón o no, así que, si vamos a alabar a Dios, es mejor que seamos sinceros con Él, alabándole de corazón y no de boca nada más. A veces cuando comienzo a orar me viene a mente un coro de alabanza, y comienzo a cantar a Dios, de vez en cuando leo un Salmo en voz alta haciendo mías las palabras del Salmista. En la oración modelo que Jesús nos da en Mateo 6, Él comienza su oración con las palabras: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra”. En primer lugar, Jesús reconoció al Padre como el que está sobre todos, exponiendo el hecho de que el Padre está en los cielos, ¿Quién está más arriba de Él? Ninguno. Y después dice “Santificado sea tu nombre”, o sea Padre tu nombre es separado de cualquier otro, es algo muy especial. Y para continuar, Jesús dice: lo más importante aquí en la tierra es que “Se haga Tu voluntad”, así como todos te obedecen en el cielo, así debiera ser aquí también en la tierra. ¿Te fijas? Jesús empezó su oración con alabanza. Pero la alabanza no es efectiva a menos que salga de un corazón sincero, y esto nos trae al segundo paso: la Confesión. Confesión es admitir nuestras faltas ante Dios y estar de acuerdo con Él, de que lo que hemos hecho está mal, es ser honesto y sincero. Primero en la oración reconocemos quién es Dios, y en segundo lugar reconocemos quiénes somos nosotros. La confesión es sumamente importante debido al hecho de que, si hay pecado tapado o cubierto en la vida de uno, Dios verá que la persona no es sincera con Él, y por lo consiguiente no lo escuchará. La confesión lleva un factor importante involucrado en ella el arrepentimiento, cuando uno confiesa sus errores a Dios debe admitir que ha fallado, debe reconocer que su error es pecado ante Dios y que está mal que lo haya hecho, pero también tiene llevar el deseo sincero en su corazón de no volver a hacer esa cosa jamás. No puede uno venir delante de Dios y decirle: “Padre tú eres lo más importante en la vida para mí; quiero hacer lo tú deseas que yo haga, porque quiero agradarte. Pero Padre tengo que confesarte que ayer asalté un banco, sé que hice mal y quiero que me perdones. Hoy tengo pensado asaltar otro banco más grande”. Eso no es una oración sincera, esta persona está jugando con Dios, y con Dios no se puede jugar. Cuando un confiesa sus faltas ante Dios debe ser con un corazón contrito, el individuo debe estar profundamente herido por el mal que ha hecho, de otra manera Dios no escuchará su oración. El salmista dice en el Salmos 66:18: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”; Proverbios 28:13 dice: “Quien encubre sus pecados no prosperará; Más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Como puedes ver la confesión es una parte muy importante en la oración, sin la confesión da igual que uno no ore, porque, aunque hable con Dios sus palabras no serán escuchadas por Él ¿Por qué? Porque no viene uno con sinceridad ante Dios. Hay quienes piensan que pueden abusar de Dios usándole, así como usan con su astucia a otras personas, déjame decirte algo: Dios no es juguete de nadie, y entre más rápido comprendamos esa verdad mejor nos va a ir. ¿Por qué no nos confesamos con Dios antes de alabarle? Buena pregunta, pero la respuesta es sencilla: En primer lugar Dios debe recibir lo primero siempre, Él es más importante que nosotros, así que primero lo reconocemos a Él; En segundo lugar debemos comprender y establecer en nuestra mente que hay un ser Supremo más alto que nosotros, a quien debemos pedir disculpas, al alabar a Dios antes de comenzar la confesión establecemos esa verdad en nuestra mente; Y en tercer lugar Dios ya sabe lo que le vamos a decir antes de que se lo digamos, debemos entender que la oración no beneficia a Dios, la oración es un medio que Dios ha establecido para nuestro propio bienestar; Y en cuarto, y último lugar, esa es la forma en que Jesús nos enseñó. En Mateo 6 encontramos la oración modelo, y veremos que Jesús establece primero la alabanza y después dice: “Y perdónanos nuestras deudas”. Bueno se nos ha acabado el tiempo, espero que estarás conmigo en nuestro siguiente estudio donde hablaremos de las otras dos partes de la oración: Intercesión y Agradecimiento. Vamos a orar. Padre eres maravilloso, ¿Quién como Tú? Perdónanos por no darte el lugar que mereces en nuestras vidas Señor. Perdónanos por menospreciar muchas veces tus consejos. Padre te pido que nos ayudes a orar con más constancia. Te pido que podamos aprender a comunicarnos en todo tiempo contigo. Gracias por el estudio de hoy. Gracias por la oración y el privilegio de podernos comunicar contigo. En el nombre de Jesús te agradecemos. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ago 31, 2022
Oración

Personajes Que Oraron
¿Qué tan importante es para ti la oración? ¿Cuánto tiempo, pasas en oración cada día? En nuestro estudio pasado vimos que todo cristiano debe orar, porque es el medio que Dios ha establecido para que nos comuniquemos con Él. También vimos que hay veces cuando nuestras oraciones no son escuchadas por Dios, debido a pecado que hay en nuestras vidas, o porque pedimos egoístamente. Hoy quiero que observemos lo importante que era la oración para otros. Si vamos a ser discípulos de Jesús, tendremos que practicar la oración, porque nuestro Señor era un hombre de oración. Pero hubieron otras personas que tuvieron en alta estima la oración también, de hecho, todos los grandes hombres de Dios eran personas que practicaban la oración con gran fervor. El Señor Jesucristo consideraba la oración como una parte muy vital a su ministerio, no era cosa rara ver a Jesús levantarse muy de mañana y buscar tiempo para estar a solas con el Padre, Marcos 1:35 dice: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Era difícil para el Maestro encontrar tiempo para estar a solas con el Padre en oración, siempre estaba rodeado por sus discípulos; y casi siempre grandes multitudes de personas le buscaban para que les sanara o les diera de comer. Muchas veces Jesús tuvo que usar tácticas para deshacerse de todos, y así poder estar solo para orar. Tal es el caso que encontramos en Marcos 6:45 y 46, dice: “En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de Él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que Él despedía a la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar”. Había veces cuando Jesús pasaba toda la noche en oración, la oración era tan importante para Jesús, que sus discípulos lo notaron y le pidieron que les enseñara a ellos a orar. Ellos vieron que la oración era algo importante para Él, y querían practicar la oración en sus vidas. Jesús les enseñó por medio de darles una oración modelo, un ejemplo o muestra que podían tomar para guiarse en sus oraciones. El ejemplo que les entregó fue una oración grabada en Mateo, capítulo 6, versículos 9 al 13, muchos le han dado título a esta oración, la llaman El Padre Nuestro, y va así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. Sí, nuestro divino Señor era un hombre de oración, pasaba largas horas hablando con el Padre celestial. Pero Jesús no es el único en la Biblia que practicaba la oración, todos los grandes hombres de Dios eran hombres que practicaban la oración. Vamos a observar algunos personajes del Antiguo Testamento, en Génesis 19:27, leemos lo siguiente: “Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová”. Abraham era un hombre de oración, a él le gustaba encontrarse con Dios en la mañana, aún tenía un lugar especial, donde se encontraba con Dios en oración. Ahora vamos a Éxodo 34:2, para encontrarnos con otro hombre de oración, dice: “Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte”. En este versículo Dios está dando instrucciones a Moisés de encontrarse con Él para conversar, podemos observar nuevamente que Moisés, al igual que Abraham, se va a encontrar con Dios de mañana, dándole la primera parte de su tiempo. Dios es más importante que todo y merece ser primero en todo lo que hacemos, escuchemos ahora lo que dice el rey David en el Salmos 5:3: “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”. También David no estaba dispuesto a encontrarse con un nuevo día sin haberse primero consultado con el Padre celestial. Daniel era otra persona que daba mucha importancia a la oración, Daniel 6:10 dice: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias a Dios, como lo solía hacer antes”. Daniel tenía costumbre de ir tres veces al día a un lugar especial con el fin de conversar con Dios. En realidad, esto no nos impresiona tanto, hasta que llegamos a saber cuál era el edicto que había sido firmado en el versículo que acabamos de leer; el edicto se encuentra en el versículo 7, escucha esto: “Que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones”. Ciertos hombres se habían juntado por envidia que tenían de Daniel, en un esfuerzo de quitarlo fuera de sus vidas; ellos sabían que Daniel oraba todos los días a su Dios; ellos sabían que la oración era importante para él, y para humillarle presentaron al rey un edicto para ser promulgado. Claro está que el rey muy elogiado por tal edicto, lo promulgó y su palabra era irrevocable hasta terminar los treinta días. ¿Qué haría Daniel? Tenía varias opciones, podía dejar de orar por treinta días, podía orar en silencio en su corazón y nadie se daría cuenta; pero Daniel no se avergonzaba de su Dios. Dios y la comunicación con Él era lo más importante para Daniel, y prefería morir antes de abandonar la oración. Daniel fue fiel a Dios, siguió orando, fue echado al foso de los leones; pero Dios envió ángeles y taparon la boca de los leones y no hicieron daño a Daniel. Podríamos pasar horas hablando de diferentes personajes que practicaban la oración, podríamos hablar de cómo las oraciones de ellos eran escuchadas por Dios, y de cómo Él les contestó dándoles ricas bendiciones. Pero todo eso está en el pasado, por alguna razón la gente de hoy piensa que Dios ha dejado de contestar la oración. Si hubiera un tiempo en toda la historia cuando el pueblo de Dios debiera estar de rodillas es ahora. Te digo que Dios no ha dejado de contestar las oraciones de los suyos; te digo que Él es tan potente hoy como lo era en los días de Moisés, cuando abrió el Mar Rojo y los israelitas pasaron en tierra seca; te digo que Él es tan potente hoy como en los días de Josué, cuando tumbó los poderosos muros de Jericó. Entonces ¿Qué sucede? Lo que sucede es que nosotros no oramos, lo que sucede es que nos hemos alejado demasiado de nuestro Padre celestial, lo que sucede es que nos hemos dejado llevar demasiado por este mundo en que vivimos. Pienso que Isaías 59:1 y 2, lo expresa mejor que nadie, dice: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”. Dios no se ha alejado de nosotros; nosotros nos hemos alejado de Él, nosotros ya no oramos, nosotros ya no vivimos de acuerdo a su voluntad, nosotros somos los culpables, y no Él. ¿Qué podemos hacer? ¿Podemos regresar a Dios y a su Palabra? ¿Podemos estudiar, orar y testificar? ¿Podemos arreglar nuestras vidas y ser obedientes a Dios, así como todos estos personajes, que vimos en el estudio de hoy? Podemos practicar lo de 2 Crónicas 7:14 que dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. ¿Es importante la oración para ti? Si no lo es, debiera serlo, yo te reto a comiences hoy a practicar la oración en tu diario vivir. Comunícate en todo momento con Dios, reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. Vamos a orar. Padre antes de cualquier otra cosa queremos pedirte perdón por ser negligentes en el asunto de la oración. Hemos estudiado hoy de grandes personajes bíblicos y entendemos que el éxito que tuvieron fue en parte por ser hombres de oración. Ayúdanos, Padre a pasar más tiempo contigo cada día, reconociendo tu presencia con nosotros y buscando hacer tu voluntad. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ago 30, 2022
Oración

La Necesidad De La Oración
Si tienes tu Biblia vamos al Libro de Lucas capítulo 18 y vamos a leer los versículos 1 al 8. Lucas 18:1-8, leamos: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”. Estamos iniciando hoy una nueva serie de estudios en nuestro programa de discipulado, vamos a tener cinco estudios sobre el importante tema de la oración. Mi oración es que, al terminar esta serie de cinco mensajes, tú y yo seremos verdaderos practicantes de la oración, guerreros de oración. En el estudio de hoy quiero que observemos tres puntos muy importantes en referencia a la oración. En primer lugar: la necesidad de orar; En segundo lugar: la razón por la cual debemos orar; Y en tercer lugar el por qué a veces nuestras oraciones no son contestadas. Nunca llegará el día, mientras que vivimos en este planeta, en que no necesitaremos orar. En el caso de la viuda de nuestro texto, encontramos que ella se enfrentaba a un adversario, el cual no le importó el hecho de que ella estuviera indefensa; en su situación sólo había una cosa que ella podía hacer: presentar su caso a alguien que sí podía hacer algo referente al problema; y al encontrar a ese alguien, el juez, la viuda fue persistente hasta obtener justicia. Como creyentes en Cristo Jesús nosotros también tenemos un adversario contra el cual somos indefensos, nuestro adversario es Satanás. 1 Pedro 5:8 dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Solo existe una persona quien tiene poder para librarnos de un adversario tan potente como el diablo, y esa persona es Dios. Vivimos en un mundo que camina bajo la dirección del príncipe del aire, bajo la dirección de Satanás; no importa donde vayamos encontraremos que nuestro adversario ya tiene control: las drogas, pleitos, el alcoholismo, prostitución, lesbianismo, homosexualidad, abuso, violaciones por doquier, robos, hechicerías, y podría seguir yo por horas con esta lista; el diablo lanza estas cosas diariamente en el camino del cristiano, lo hace por puro gusto, sólo para vernos tropezar. Es en esos momentos cuando sólo queda una cosa por hacer: Orar. Tenemos que aceptar el consejo que Jesús da en Mateo 26:41, cuando dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Tomando en cuenta nuestra naturaleza carnal, sólo queda una cosa por hacer: acudir a un poder más alto, acudir a Dios, solo Él puede darnos justicia, ¿Pero nos defenderá? ¿Se preocupará Dios por nuestra situación? Jesús dice que sí, Jesús dice: “Ya ves, el juez injusto hizo justicia a la viuda, ¿acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a Él día y noche? Os digo que pronto les hará justicia”. Jesús dedicaba su tiempo a la oración, cuando el Señor tenía una decisión grande que hacer, pasaba toda la noche anterior en oración con el Padre. Te digo que, si Jesús sentía la necesidad de orar, cuánto más nosotros debiéramos orar. Pero ¿Por qué la oración? ¿Por qué no por otro medio? Tiene que ser por medio de la oración porque ese es el medio que Dios ha establecido para que nos comuniquemos con Él. Orar es simplemente hablar con Dios; es decirle con el corazón lo que sentimos; es ser honestos con Él; orar no es decir algo que otros han escrito, no es un encantamiento, no es memorizar palabras y repetirlas una y otra vez. Jesús dice en Mateo 6:7: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos”. Repito: orar es hablar con Dios, es comunicarnos con Él. Lo podemos hacer donde quiera que estemos, porque Dios está en todas partes; podemos orar en voz alta o podemos orar dentro de nuestros pensamientos, no importa porque Dios nos oye. Uno puede estar parado, sentado o acostado, la posición tampoco tiene importancia. 1 Tesalonicenses 5:17 dice que debemos “Orar sin cesar”. O que debemos estar en comunicación continua con Dios. Claro está que la oración es algo de fe, aquellos quienes dudan de la existencia de Dios, no van a hablar con Él. Existen muchos cristianos que piensan que la oración es pérdida de tiempo, digo que esto es su pensar porque no oran; si tuvieran fe, y creyeran que Dios contesta la oración, pasarían más tiempo comunicándose con Él. La mayoría de los creyentes buscan a su Padre celestial únicamente cuando están metidos en problemas y no tienen otra alternativa. Las personas quienes hacen esto son personas interesadas que se aprovechan de la nobleza de Dios. Esto nos trae al tercer punto de nuestro estudio hoy, ¿Por qué a veces Dios no contesta nuestras oraciones? Existen varias razones por las cuales Dios no contesta nuestras oraciones; una de las razones es porque nosotros pedimos egoístamente. ¿Por qué me va a dar Dios un Mercedes Benz a mí, cuando todos los que viven junto a mí andan en bicicletas? Lo que pasa es que yo pido un Mercedes Benz, porque así la gente me respetará más a mí, ¿No es verdad? ¿Por qué Dios no contesta mi oración cuando le pido un Mercedes Benz? Pues, porque mis razones por pedirlo no son buenas, ni son honestas. En Santiago 4:3 encontramos estas palabras: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Así que cuando vamos a Dios en oración, no debemos ser como niños mimados que sólo piensan en su propio bienestar, debemos acercarnos a Él pidiendo su voluntad y no la nuestra. Otra razón por la cual Dios no nos contesta es porque hay pecado no confesado en nuestras vidas, el Salmos 66:18 dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado”. Pero si venimos a Dios con pesar en nuestro corazón por nuestra maldad y le pedimos perdón, y buscamos arreglar nuestras vidas, el Señor nos oirá y nos contestará. 2 Crónicas 7:14, dice: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. No podemos vivir en contra de lo que Dios dice, siendo desobedientes a Él, y esperar que Él conteste nuestras oraciones, eso es ridículo. Pero hay quienes lo hacen, y se enojan con Él porque no les da lo que piden. Espero que nuestro estudio hoy te haya servido para abrir la mente y reflexionar sobre el asunto de la oración. La oración ha sido puesta a un lado en la vida de demasiados cristianos, es hora de que echemos mano a este poderoso medio de compartir con los poderes de las tinieblas. Es hora de levantar nuestras voces al cielo y pedir justicia de aquel quien puede aplicarla correctamente. Si quieres ser buen discípulo de Jesús, vas a tener que practicar este asunto de la oración. Vamos a orar. Padre gracias te doy por este medio tan importante, por medio del cual nosotros nos comunicamos contigo. Gracias por escucharnos y por contestarnos. Te pido que uses la lección hoy, para reprendernos y acordarnos de lo importante que es la oración. Ayúdanos a estar en constante comunión contigo hoy, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Por: Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ago 29, 2022

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